el mapa.

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—no iré hoy a la escuela, eda...—avisó luz a su mentora—me duele hasta pensarla, imagina cómo me lastimará siquiera verla. 

—está bien, niña, te entiendo. sólo no te acostumbres; deprimirte aquí sólo te hará más daño.

luz asintió con una sonrisa triste y caminó lentamente a su habitación, como si fuera un alma en pena. king intentó seguirla, pero eda lo detuvo al instante.

—¡pero necesita apoyo moral!

—no king,—eda lo miró con lástima, y luego al pasillo por donde luz caminaba triste—lo que necesita es estar sola.

arriba, luz estaba recostada su cama, mirando las fotografías con su madre. había aprendido a dejar de extrañarla tan locamente, porque sabía que pasaría tiempo hasta que encontrara la manera de regresar a casa.

en realidad, luz sí había oído por ahí una historia acerca de una segunda llave que abría el portal hacia su mundo. según la leyenda, estaba escondida en los límites de las islas hirvientes. sin embargo, con eda diciendo que eran falacias y con sus ganas de quedarse a ser feliz ahí jugándole en contra, jamás se había molestado en ni siquiera tratar de buscarlas para poder regresar. pero ahora que el dolor la quemaba por dentro, decidió que quizá era mejor perder que no intentar. 

—¿¡que luz hizo QUÉ?!—gritó willow. afortunadamente, ya era la salida, y todos ya se habían ido. sin embargo, incluso los pájaros en los árboles saliendo volando del grito de impresión.

—lo sé, lo sé.

—amity. amity, por favor dime que no lo arruinaste por completo. por favor, dímelo.

amity se quedó callada, y su amiga suspiró en decepción.

—interpretaré tu silencio. amity, por el amor de dios, ¿qué hiciste?

—quiero empezar diciendo que vino en el momento más inoportu...

—amity, te pregunté qué hiciste.

—me ganaron los nervios porque vino cuando mis padres habían invitado a jesse a ven...

—amity, te pregunté qué hiciste.

la chica suspiró; iba a recibir un merecido sermón por parte de willow.

—bueno, digamos que fue jesse quien le abrió la puerta y que cuando me lo dijo en un jardín lejano salí corriendo hacia mi casa y cuando me alcanzó le cerré con llave con un portazo en la cara.

willow se incorporó, dejando a amity sentada sola en las escaleras. se paró frente a ella y la miró con enojo y decepción.

—amity, ¿¡tú estás loca?!—le gritó—sabes lo sensible que es luz ¿y le haces esto? ¿estás segura que la quieres? ¿en serio?

—¡quiero a luz más que a mi propia vida!

—¡ENTONCES DEMUÉSTRALO, AMITY!—los ojos de willow empezaban a ponerse el mismo tono de verde del color de cabello de amity, pero al ver lágrimas brotar de los ojos de su amiga, volvieron a la normalidad, al mismo tiempo en que soltaba la ira en un suspiro—está bien, está bien, lo siento. me estoy poniendo agresiva, y no es la ocasión. es sólo que no lo entiendo, amity. me dices que la quieres, que harías lo que sea por estar con ella, pero cuando descubres que siente lo mismo, sales corriendo.

—no es tan fácil, willow...

—sí lo es.—afirmó eda, saliendo por detrás de los arbustos. amity se sonrojó como siempre, y willow abrió los ojos como dos platos. ¿había escuchado la conversación entera?—no se asusten, niñas, ya lo sé todo por parte de luz. es por ella que estoy aquí. me pidió tomarse el día libre para poder recuperarse un poco del dolor, pero cuando entré a su habitación para ver cómo estaba, sólo encontré esto.

eda les extendió una nota, y amity la tomó de inmediato con esas "manos rápidas" de las que luz se había fijado años atrás.

—déjame ver a mí también...—pidió willow, sentándose en las gradas, más cerca a amity.

"eda,

desde que comencé a ser tan feliz aquí, no creí que haría esto nunca. no tienen idea de lo especial que me hicieron sentir, y se los agradezco...

pero creo que sabes por qué he decidido que es mi momento de partir, y no hace falta explicación.

dile a willow y a gus que los quiero, pídele a amity que me perdone, ráscale la pancita a king de mi parte y eda... gracias por dejarme entrar en tu vida.

-luz <3 "

—no puede ser—susurró amity, caminando de un lado a otro mientras lo repetía cada vez más fuerte— no puede ser no puede ser no puede ser no puede ser ¡no puede ser! todo esto es mi culpa...

—pues sí, técnicamente-

—¡eda!—exclamó willow.

—¿qué? ¡es cierto!

—cierto o no, ¡no puedes ir culpando a la gente como si nada!

—¡¿a quién le importa ahora?!—interrumpió amity en un sollozo fuerte—luz va a encontrar la supuesta llave y se va a ir, y dejará todo lo que le ha hecho tan feliz, y todo va a haber sido mi culpa por no saber controlarme y ser un desastre angustiado y gay.

—pero... creí que esa llave no existía. tú misma lo dijiste, eda.

—oh, esa llave es más real de lo que ustedes creen. siempre le dije que no existía para que no se fuera.—todas se quedaron en silencio, las dos chicas mirando a eda desconcertadas—fue egoísta de mi parte, lo sé, lo sé, pero lo que importa ahora es hallarla e impedir que se vaya. ¿o ustedes son unas santas y dejarán que su amiga se aleje como si nada?

—¡no!—dijeron en unísono, pero fue willow quien continuó—pero, los límites de las islas hirvientes son larguísimos, y ella nos lleva quién sabe cuánto de ventaja en distancia. ¿cómo vamos a alcanzarla a tiempo?

—es verdad que los límites son gigantescos, y que luz partió a horas desconocidas, y hasta podría estar muy cerca de encontrar esa llave;—cuando eda dijo esto, a amity se le agrietó de nuevo la mitad más rota de su corazón ya destrozado—sin embargo, hay algo que luz no tiene: el bastón mágico más rápido del lugar, y más importante, este bebé.

eda sacó un gran mapa que marcaba una ruta exacta. willow se lo arrebató.

—pero, ¿cómo has conseguido esto?—sonrió.

—lo tomé del bolso de lilith para mi colección de objetos robados. de día soy bruja y de noche ladrona, ¿recuerdan?

amity se secó las lágrimas y recuperó un poco de esperanza.

—¿qué estamos esperando? ¡no hay tiempo que perder!

Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora