miedo a las alturas.

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y así se hizo. los guardias eran unos verdaderos incompetentes, y el emperador roncaba como si no hubiese un mañana. owlbert, al igual que eda, era un gran ladrón, así que no tuvo problema alguno para entrar a la habitación del emperador.

increíblemente, el soberano tenía cosas muy extrañas en su baño; tenía cremas faciales, al igual que cremas de manos, entre otras cosas. quién diría que el emperador se cuidaba tanto, siendo tan hijo de puta.

el búho entendió que no era momento de burlarse de la higiene corporal tan extraña del emperador, sino de liberar a luz, que era la verdadera razón por la cual estaba ahí. así que busco las llaves por todo el baño, para encontrarlas en la ducha al lado de un patito de hule. al ser tan pequeño y de un color oscuro, el búho pudo escabullirse sin problema y tomarlas con su pico. eran un poco pesadas, pero nada que él no pudiera soportar.

en realidad, lo que más le costó mientras cargaba las llaves fue que tuvo que volar varios pisos más arriba para buscar y encontrar el cuarto de lilith, que tenía unas ojeras tan violetas como su cabello por no dormir sus horas por quedarse despierta esperándolo. cuando llegó, se las dejo en las manos y salió volando a buscar a eda; él ya había cumplido su parte. ahora lo único que podía hacer era regresar al bastón y no perder la esperanza de que luz estaría bien.


arriba, lilith se guardó las llaves en el bolsillo de su pijama y se escabulló por los pasillos. después de haber vivido tanto tiempo en ese palacio, conocía cada esquina como la palma de su mano, así que le fue muy fácil encontrar la jaula, y a luz sentada en una esquina muerta de miedo y de hambre. 

—¿luz?—la llamó en voz baja.

—¿lilith?—susurró la chica, sorprendida—¿no es un poco tarde para que me conviertan en piedra ahora mismo?

lilith rodó los ojos. durante aquellos años, habían descubierto que, en realidad, luz no era estúpida; sólo le hacía muchísima falta un poco de lógica.  

—no vine a convertirte en piedra, tonta. vine a sacarte de aquí.—le aclaró la mujer, tomando las llaves de su bolsillo y metiéndolas en el cerrojo de la jaula.

luz se impresionó.

—¿por qué me estás ayudando?—le preguntó—¡si te descubren, tu vida aquí... o bueno, tu vida en general, se hará un completo desastre!—le recordó, y lilith suspiró.

—no me lo recuerdes o harás que me arrepienta, niña. no lo hago por ti; lo hago por eda.—a pesar de que la mujer dijo eso para sentirse fuerte, lilith sabía que no era totalmente cierto, pues en la maldad, siempre se encontrará un poco de bondad—aunque bueno... quizá un poco por ti.

en el mismo momento en que dijo eso, amity apareció de la nada.

—¡luz!—murmuró.

—¡amity!—tanto luz como lilith exclamaron en voz baja.

—¿tú qué haces aquí?—lilith comenzó a perder los papeles poco a poco— ¡tú deberías estar con eda!

—amity, tienes que irte ahora antes de que alguien te vea.—luz le ordenó, pero amity negó con la cabeza. había recibido órdenes durante meses; era momento de hacer lo que a ella se le viniera en gana.

—no puedo permitir que algo te pase sin estar yo aquí contigo.

sus palabras le dieron ternura a su chica; sin embargo, lilith no tuvo la misma reacción.

—amity, no tenemos tiempo para estas cursilerías,—le recordó, tomando la mano de luz, que ya había salido de la jaula—tenemos que irnos de aquí antes de que sea demasiado tarde.


—¡caray, amity blight!—maldijo willow, hablando sola—¿te era muy necesario escapar?

—luz y ella son tal para cual;—aseguró eda—arruinando los únicos planes que en realidad sí tienen chance de funcionar.

eda estaba consciente de que la mayoría de los planes que ella creaba no tenían oportunidad alguna de ser exitosos; sin embargo, los llevaba a cabo porque con mucha razón insistía en que era mejor perder luchando que perder sin intentar.

—sólo espero que estén bien...—willow intentó tener fe, pero con la cantidad de guardias, la torpeza de luz y la falta de autocontrol de amity, las posibilidades eran considerablemente bajas—¿deberíamos ir a buscarlas?

—no.—negó eda al instante—lilith no dejará que nada les pase. a ti te castigarán si te descubren y a mí me matarán. sólo nos queda vigilar y tener esperanza de que las cosas no saldrán mal.


amity salió primero por la ventana de modo que si luz tropezaba, ella podría agarrarla, como si ella fuera un príncipe y luz su damisela en peligro.

"¡amity!"—pensó, regresando a su estado de seriedad— "¡no hay tiempo para tus tonterías!"

una vez fuera, la siguiente que debía salir era luz, evidentemente. sin embargo, desde que luchó con aquel monstruo para salvar a gus de ser devorado meses atrás, había desarrollado un miedo a las alturas tremendo.

—¡me voy a caer, estoy segura!—decía luz antes de saltar, con los ojos fuertemente cerrados y la mandíbula apretada y firme, muerta de miedo.

—¡no lo harás, luz! ¡salta!—le aseguró amity, y a la chica no le quedó más opción que saltar. y efectivamente, no se cayó al vacío.

—¡te lo dije!—la chica de cabello verde le dio un beso corto.

todo parecía estar saliendo de maravilla hasta el momento en que lilith quiso salir para asegurarse de que llegaran con eda a salvo, y, con una pierna ya afuera, un guardia la atrapó.

Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora