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Kazunari siempre conseguía lo que quería fuera donde fuese, así que de esa forma habían terminado ambos juntos en el recinto de la que se suponía sería una inolvidable fiesta llena de rock y música, ahí se presentaría un importante grupo de rock que por supuesto no conocía, el lugar estaba llenísimo y apenas podía escuchar como su amigo gritaba eufórico.
Kouki odiaba el apretujamiento, el calor húmedo de la noche, los altavoces que hacían de alguna manera que escuchara sus latidos en sus oídos. Fue entonces que lo sintió, pero a los segundos, lo vio.
Era alguien quizá una cabeza más alto que el, de unos ojos bicolores que no paraban de mirarle, Kouki se había exaltado por la intensidad de la mirada, por la sensación de calor que le hacía sentir a su cuerpo; o quizá era la bebida que tenía en la mamo la que lograba eso.
El sonido de la voz fuerte del cantante se perdía en el gran lugar, no podía escuchar su voz cuando le decía a su amigo que deseaba salir ya y entro en más pánico cuando de un momento a otro este se le perdió.
De pronto el tipo se había movido llegando hasta donde estaba, entre una columna y el gentío. Se suponía que había acabado ahí para lograr ubicarse y ubicar a su amigo, pero lo único que había logrado era perderse y encontrarse con ese tipo. Ya le había sentido pegarse a su cuerpo en varias ocasiones durante la noche, cosa que no le extrañó ya que en un concierto es lo más normal del mundo, incluso sentir quedarse sin dedos en los pies de los continuos pisotones.
Conforme transcurría el tiempo, el dueño de esos preciosos ojos rojos y amarillos llamaba más y más su atención, no paraba de mirarle y sonreírle con una cara atrevida y pícara. Kouki no se dejaba intimidar por nadie, nunca. A pesar del miedo que tuviera, de la intensidad de la mirada que le dieran o sus propios patéticos temblores. Así que le desafío; quizá fue la bebida la que lo envalentono, pero lo miro fijamente con el ceño fruncido, su insistente mirada le empezaba a molestar, le estaba distrayendo de su principal objetivo, encontrar a Kazunari para salir por fin del concierto.
Sin embargo el tipo se le acercó aún más y elevando la voz para que lo pudiera escuchar bien le dijo al oído.
—Si antes me ponías por lo dulce que te veías en medio de esta manada de lobos, ahora con esa cara de enfado casi exploto—
Ahora Kouki sí que estaba enfadado, intento darle un golpe, pero no le dio tiempo ya que le agarró de la mano con fuerza y le miró fijamente a los ojos. Sí; el tipo era guapísimo, tendría tal vez uno 5 años más que él, podía verle pelo totalmente rojo ahora por la cercanía, cosa que la oscuridad antes le había hecho creer que era negro.
El tipo le besó y Kouki no pudo evitar resistirse, en si interior tuvo que reconocer que le encantaron aquellas palabras, se sentía tan bien que no era humanamente posible... el pelirrojo hundió su lengua en su boca y la sacó poco después para lamerle desde el cuello hasta el lóbulo de la oreja.
¿Qué le pasaba? ¿Por qué no se negaba?
Kouki nunca había tenido sexo con un desconocido y mucho menos en público pero quería seguir sintiendo ese pecaminoso placer. El pelirrojo le giro de nuevo, haciendo que su espalda quedara contra su pecho, alargo su mano para hacerle tocar su pene a través de su pantalón, estaba duro, muy duro pero no podía tocarle bien con la tela de por medio. El pelirrojo lo pegó a su cuerpo para que nadie se percatara de lo que hacían, haciendo que le bajara el cierre del pantalón y sacara su pene para masajearlo mientras el metía las manos dentro de sus pantalones y hundía con algo de dificultad dos dedos dentro de su culo. El tipo sonrió al verle mirar a un lado y hacia abajo, ya que podía ver bien lo que sostenía entre su mano.
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31 DIAS DE AKAFURI DICIEMBRE
FanfictionReto para la pagina "Porque amamos el AKAFURI" 31 días 31 historias Todo Diciembre para darle amor al AKAFURI