Kouki camina aun algo temeroso por el enorme pasillo de la enorme mansión en el Reino Bladan, hacía apenas 6 meses desde que vivía ahí y aun sentía el nerviosismo y la sensación de ser poca cosa al lado de tanto lujo y solemnidad.
Si bien su estatus no era cualquiera, podía notar como era mirado por encima del hombro, podía escuchar los cuchicheos en las esquinas más alejadas de las habitaciones, de los salones de fiesta y de conferencias. Porque ahí donde fuera Seijuuro, Kouki lo acompañaría.
Kouki venia del lejano Reino del Sol. Un lugar lleno de luz, de aire tibio, rodeado de dunas inexploradas y mar. Su vida como uno de los príncipes menores no era mala. Taiga, el príncipe heredero estaba feliz de casarse con un hombre que había conocido en un viaje a las montañas nevadas del norte, más específicamente del Reino de Cinco Too, llamado así por las 5 enormes torres que franqueaban la ciudadela, por lo que el siguiente en la línea sucesoria aun así no sería el.
El reinado recayó en Kiyoshi, quien ya estaba casado con su profesor en herbolaria, Hyuga. Kouki planeaba convertirse en un catedrático de la medicina y quizá si su padre le permitiría; al igual que sus hermanos elegir una pareja que le amara y al que amara de la misma forma.
Pero entonces, mientras Kouki daba una clase en el edificio médico, el pandemonio estallo.
El reino del Sol era pequeño, con lo necesario para sustentarse, con tratados con otros pequeños reinos vecinos y en general, una sociedad tranquila y desarmada. Así que una guerrilla de la zona alta del desierto los atacara había sido impensable. No abundaban en recursos, pero si en capacidad estratégica. La mayoría de los tratados de forma secreta, trataban de ciudadanos que ayudan con estrategias militares o de infraestructura en los reinos a los que eran llamados.
Los guardaespaldas de Kouki fueron abatidos justo antes de que llegara a su refugio seguro, así que lo último que vio fue a Kawahara desangrarse en un intento fútil de salvarlo.
Cuando despertó estaba en una tienda en medio de un lugar que no conocía, atado de pies y manos, escuchando como sus captores se debatían entre atacarlo o esperar por su rescate.
Lo que pocos sabían, porque esa clase de información se ocultaba, era que Kouki no solo era diestro en tácticas de combate, hablaba varios idiomas y era un as en la creación de explosivos y veneno.
El problema recaía en ese momento era que estaba deshidratado, herido porque según sentía, tenía por lo menos dos costillas rotas.
Kouki no hizo ni un solo sonido, intentando saber más de quienes lo tenían, forzando sus muñecas lastimadas para sacarse las sogas, pero los gritos y pedidos de clemencia hicieron que se detuviera para intentar saber que era lo que pasaba.
Su corazón sentía que latía de una manera atroz sin saber nada del exterior de la tienda. ¿Sería una bestia? ¿Otro enemigo? ¿La ayuda?
Cuando por fin después de unos segundos logro deshacerse de lo que lo ataba y; con la dificultad de lo que confirmaba como tres y no dos costillas rotas, se levantó.
Respirando con dificultad tomo lo primero que tuvo a mano para defenderse, que se trataba de un cuchillo herrumbroso y con poco filo.
Camino sintiendo dolor que le hacía querer tumbarse en la arena, pero debía escapar lo más rápido posible, por los árboles secos y las ruinas podía intuir que estaba en una parte de alguno de los dos desiertos desolados, así que camino y camino con el pudiente sol en lo alto del cielo hasta que a lo lejos vio un grupo de hombres a caballo acercarse.
Kouki estaba harto de perder la conciencia, de no saber si lo que veía seria esta vez lo último, apesadumbrado por el dolor que le causaría a sus padres y a sus hermanos, que para esos momentos ya deberían estar enterados; por lo menos Taiga que estaba tan lejos, sería difícil notificarle de su muerte.
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31 DIAS DE AKAFURI DICIEMBRE
FanfictionReto para la pagina "Porque amamos el AKAFURI" 31 días 31 historias Todo Diciembre para darle amor al AKAFURI