El sonido de vidrios rotos era escuchado de vez en cuando, gruñidos, sonidos por demás amenazantes y un tanto incomprensibles. Las pobres mucamas habían corrido aterrorizadas en busca del amo del lugar. Sintiéndose por fin seguras, dejaron que este se hiciera cargo del problema, mas no contaron con verle volver completamente enrojecido del rostro, un golpe en la frente que sangraba débilmente y; una única petición.
Una semana de descanso pagada en un onsen.
Las tres chicas jóvenes gritaron entusiastas, y la mujer mayor solo sonrió con calidez al hombre.
—Es más... voy a acompañarlas— les había dicho
Masaomi Akashi no tardo ni un segundo en hacer las reservaciones, estaba entre abochornado y molesto, pero no había nada que pusiera hacer en contra de la naturaleza.
Pero ¿Qué era lo que había sucedido en la cocina que lo dejo medio herido, con el orgullo por los suelos y huyendo de su propio hogar?
Pues fue culpa de su hijo.
Seijuuro había peleado en un par de ocasiones con su padre, el hombre quería que se casara con una bella chica alfa, con la que había acordado una unión para procrear otro alfa, como era la tradición de la familia.
Pero Seijuuro había llevado a casa un joven omega, su padre no podía negar que; a pesar de no ser tan hermoso y exótico como un modelo, Furihata Kouki era sin duda bello, más en el aspecto de lo lindo y sencillo.
La guerra por la decisión final se llevó a cabo ese día, saliendo ganador por supuesto Seijuuro.
—No quiero que pasen ningún celo juntos hasta la mayoría de edad— había dicho Masaomi, por lo que Seijuuro comenzó a tomar bloqueadores.
Kouki sin embargo no pudo, ya que los supresores lo habían puesto tan enfermo que le enviaron al hospital. Así que las cosas salieron relativamente bien.
Ese fin de semana, Seijuuro había invitado a Kouki para pasarla juntos, antes de los exámenes de fin de curso para pasar a tercer año. Kouki había tenido su celos hacia dos semanas y Seijuuro de la misma forma por lo que no corrían peligro.
Las palomitas, botanas y bebidas fueron amablemente servidas por las mucamas, secretamente felices por la sonrisa en el rostro de su joven amo. Por lo que los dejaron tranquilos.
—tengo Sed Sei ¿Puedo ir a la cocina por algo frio?—
—Sabes que no debes pedirme permiso Kouki, puedo llamar a...—
—No, se que es su trabajo pero puedo hacerlo por mí mismo— había respondido
Seijuuro le sonrió a su lindo novio, sabiendo que no le gustaba dar problemas por lo que le dejo ir solo. No es que fuera a perderse pero la cocina era enorme, solo la había conocido gracias a Kouki, porque anteriormente nunca la había pisado.
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31 DIAS DE AKAFURI DICIEMBRE
Fiksi PenggemarReto para la pagina "Porque amamos el AKAFURI" 31 días 31 historias Todo Diciembre para darle amor al AKAFURI