Seijuuro era un alfa que podía darse el gusto, como pocos alfas hacían, de que incluso hasta los de su misma casta se inclinaban a sus pies a su paso.
Su aura imponía no solo respeto, sino también una lealtad que abrumaba hasta al alfa más experimentado.
Sus oponentes; cuando era joven y ya siendo un adulto, caían como moscas a sus pies, literalmente.
En sus juegos cuando era joven, no temía enfrentarse a los oponentes más difíciles con tal de obtener la victoria, y decir que fue difícil para su ego de alfa el perder en ese tan afamado partido de invierno sería una mentira.
Pero saco algo bueno de ello y como todo alfa tomaría lo que la vida le ponía a sus pies.
Es así que; casi 10 años después, puede decir con orgullo que tiene no solo al mejor omega como pareja de vida, sino que alguien a quien ama incondicionalmente y quien le ama de igual o; incluso admitiéndolo, le ama mucho más.
Akashi Seijuuro es un alfa, un alfa entre los alfas. Un líder nato, poderoso, casi podría decir que omnipotente. Con una sola poderosa mirada podría provocar fiebres altas al pobre infeliz que osara con mirarlo mal, a él o a su pareja, su visión empresarial aterrorizaría incluso a su padre quien es el fundador de su empresa, jóvenes y adultos aceptan que es el mejor entre los mejores. Al menos lo es hasta el día en que llega su celo.
Kouki siente y escucha el ronroneo a sus espaldas, da una bocanada de oxígeno intoxicado que lo hace estremecerse ahí en su cama, a duras penas logra dar con el teléfono en su mesita de noche, justo en el momento en el que es atacado por la espalda, siente la fuerza impresa en la mordida en su cuello y deja salir un vergonzoso gemido, siente como su parte baja poco a poco se humedece, liquido mojar su ropa interior y su pijama, misma que desaparece con rapidez y es remplazada por su esposo entre sus piernas.
Las manos le tiemblan, el aroma le abruma, las caricias y sensaciones están a solo segundos de fundir su cerebro, pero no puede permitirlo.
—Ho-Hola.... ¿Ma-Masaomi-san?— dice tras el auricular, ganándose un fuerte gruñido y una sensación viscosa en sus muslos, haciendo que muerda fuertemente sus labios —Sei... Sei está en celo, el... no ira a tra...ahh-bajar—
Solo necesito de una afirmación balbuceante y avergonzada tras el teléfono, sabe que se hará cargo de todo lo necesario en esa semana o más si lo necesitan, Kouki apaga el teléfono y lo lanza sin saber dónde, valiéndose de sus codos para alzarse en la cama, viendo un par de gemas de distinto coló asomarse entre sus piernas,
Kouki lanza un gemido, ve como los colmillos de su alfa se muestran cuando abre su boca, para después sentir la mordida en la curva de sus nalgas, Kouki grita pero lo disfruta, sonriendo totalmente enamorado y en calor por culpa del celo de su esposo.
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31 DIAS DE AKAFURI DICIEMBRE
FanfictionReto para la pagina "Porque amamos el AKAFURI" 31 días 31 historias Todo Diciembre para darle amor al AKAFURI