LUNA CARMESI

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Continuación del día 14.








Continuación del día 14

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Había algo acechando en la oscuridad, algo que no sabía identificar pero a la vez le era conocido. Como una tormenta después de mucha calma.

Kouki odiaba el frio, le hacía sentir vacío y solo. Kouki conocía la soledad de primera mano, el paso de las eras, de la humanidad y el siempre ahí, sin cambios.

Pronto sintió como algo se rompía en medio de esa oscuridad, como el vacío se abría bajo sus pies.

Escucho y sintió el sonido del fuego carcomer la madera, el dolor de los humanos, el aroma de la sangre, había tanta, tanta sangre.


—¡Kouki-sama!— escucho entre la espesa oscuridad —¡Por favor Kouki-sama, responda!—


—Deja de gritar Ryota, así no va a volver—


Kouki se dio la vuelta en la cama algo consternado. Sabía que había estado en la terraza, ¿Entonces porque se hallaba en la cama?


—¿Qué me paso?— dijo con una voz que nadie más que los que estaban en la habitación habrían podido oír


—Casi caes de la terraza, si no fuera quien soy y si no fueras quien eres, con seguridad estarías muerto— le dijo un serio Yukio


—¿Cuándo... llegaste?— le dijo Kouki mientras se incorporaba de la cama, aun se sentía cansado, tan cansado


—El tiempo justo para verte casi caer— le dijo, pero el pelinegro solo recibió una dura mirada —Tsk!... llegue hace dos noches pero hasta hoy he podido deshacerme de quien me seguía—


—¿Lo mataste?— pregunto Kouki apesadumbrado, como siempre pasaba cada que uno de los suyos moría


—Si— le dijo sin más —Pero ese no el motivo de mi visita— Yukio se levantó de la silla en la que estuviera cuidando a su amo, hincando la rodilla en el suelo, bajando la mirada —El sello se ha roto, el prisionero no está. Ruego que vuelva con la resistencia para guarnecerse—


Kouki hizo que el color castaño de sus pupilas cambiara de color, haciendo que el carmesí de esta saliera a flote, mostrando la supremacía de su poder en el iris brillante como la sangre.


—Me quedare donde estoy ahora Yukio, soy menos peligroso aquí— le respondió —En nuestro hogar al ser un blanco, haría que inocentes mueran y no estoy dispuesto a ello, si eso es todo retirare por favor—






—Me quedare donde estoy ahora Yukio, soy menos peligroso aquí— le respondió —En nuestro hogar al ser un blanco, haría que inocentes mueran y no estoy dispuesto a ello, si eso es todo retirare por favor—

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31 DIAS DE AKAFURI DICIEMBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora