Imagina que Tom Riddle jamás hubiera existido, que Colagusano no hubiera sido un merodeador. Y que Sirius y Remus hubieran estado felizmente casados.
La pareja Black-Lupin deseaba tener un pequeño o pequeña cachorr@ que correteara por la casa y que...
Lily estaba en su habitación, se había quitado el vestido y se había puesto el pijama, mientras su tía le preparaba una taza de leche para poder dormir.
Alguien tocó la puerta y Lily pensando que era su tía la dejo pasar.
La sorpresa fue que no lo era, detrás de la puerta se encontraban su padre, su tío y Harry. Cuando los vio frunció el ceño y se giró mirando para su ventana.
- Florecita, ¿podemos hablar?- preguntó Sirius, entrando a la habitación junto con Harry y James-.
-¿Qué queréis?- les dijo Lily sin mostrar emoción alguna en su voz- ¿Ya acabasteis de limpiar?- se giró para poder verles la cara-.
Ellos asintieron y se quedaron callados, tenían miedo de lo que pudiese pasar.
-¿Queréis algo más o...?- la pelirroja dejo la pregunta en el aire esperando a que alguno de los tres le respondiera-.
- Queríamos hablar contigo- dijo James desordenando su cabello por los nervios-.
- Vale, hablar, ¿qué queréis decirme?- hablo la niña, los tres se miraron para saber quién empezaba a hablar- No tengo todo el día, tengo que irme a dormir-.
- Queríamos pedirte disculpas por lo de la cena, no queríamos estropearla, no era nuestra intención- habló Harry- ¿Nos personas?- preguntó, y los tres hicieron un puchero que sería irresistible para cualquier chica, pero no para Lily-.
Hubo un silencio en la habitación, Lily estaba pensando si personales o no cuando se le vino una idea perfecta a la cabeza.
-Vale, os perdono- respondió como si nada, los tres hombres se miraron sorprendidos sin percatarse de la pequeña sonrisa que tenía la niña en la cara- Pero no es a mí a quien tenéis que pedir perdón, es a Severus- al oír ese nombre los tres se giraron a mirar a Lily- y si no le pedís perdón yo tampoco os perdonaré-.
- Nos disculparemos- dijeron los tres a la vez, pero como Lily quería que sufriesen un poco hizo como que no los había oido-.
-¿Qué dijisteis? No os he entendido- tenía una sonrisa en la cara-.
-Nos disculparemos- dijeron, pero Lily les hizo un gesto para que lo dijeran vas alto aún- ¡Nos disculparemos!- gritaron y en la cara de la pelirroja se formó una sonrisa muy satisfactoria-.
- Perfecto, mañana le avisaré para que cuando pueda venga, ahora fuera tengo sueño y voy a leer un poco- se levantó de su cama y dejó un beso en la mejilla de cada uno- Buenas noches, ¡Os amo mucho!-.
La pequeña Lily los acompañó hasta la puerta y cuando se fueron la cerró y cogió uno de los libros que le habían regalado los Weasley por su cumpleaños: Alicia en el País de las Maravillas.
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