Imagina que Tom Riddle jamás hubiera existido, que Colagusano no hubiera sido un merodeador. Y que Sirius y Remus hubieran estado felizmente casados.
La pareja Black-Lupin deseaba tener un pequeño o pequeña cachorr@ que correteara por la casa y que...
Hace unas semanas que las clases habían vuelto a empezar. Desde el primer día ya les habían puesto tarea así que Lily y Harry no habían podido todavía tener su picnic.
La pelirroja llevaba unos días preparándolo para que todo fuese perfecto y disfrutasen de un bonito momento de mejores amigos.
Con ayuda de los gemelos había podido colarse en las cocinas para conseguir comida. Y también conoció a unos elfos domésticos muy bonitos que le dijeron que fuese a por comida todas las veces que quisiera.
Había conseguido mucha comida, entre ella helado, bollos de chocolate y mucha tarta de melaza para Harry.
También encontró un sitio cerca del Lago Negro perfecto para el picnic. Ahora solo faltaba que Harry terminará su última clase del día para que pudiesen ir.
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Llevaban un rato caminando hacia el lugar que había encontrado Lily y Harry ya estaba cansado.
-¿Falta mucho?- era la decimoquinta vez que Harry le hacía esa pregunta-.
-Solo un poco- y era la decimoquinta vez que Lily le respondía eso-.
-Dijiste eso las primeras quince veces- se quejó el pelinegro-.
Lily no le respondió porque justo habían llegado. Era un pequeño claro en frente del Lago Negro y con el bosque prohibido detrás, en la hierba había pequeñas flores creciendo ya que pronto sería primavera.
La pelirroja se paró y sacó de la cesta una manta. La estiró con la ayuda de Harry y pronto estuvieron los dos sentados mirando el lago.
Se miraron a los ojos y ambos sonrieron, definitivamente iba a ser perfecto.
Lily empezó a sacar la comida de la cesta mientras que Harry miraba todo con ojos hambrientos.
-De uno en uno- le dijo Lily al ver como estiraba las dos manos para coger dos trozos de tarta a la vez-.
-No eres mi madre- le respondió él, la niña le miró con una ceja alzada- Valeeee, perdón Lils, pero tengo hambre-.
-Aún así coge de uno en uno, nadie te va a robar la comida- Lily sacó más cosas de la cesta, cabe aclarar que le había echo un hechizo de expansión para poder meter todas las cosas-.
Los dos empezaron a comer y charlar mientras disfrutaban del momento de mejores amigos.
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