Imagina que Tom Riddle jamás hubiera existido, que Colagusano no hubiera sido un merodeador. Y que Sirius y Remus hubieran estado felizmente casados.
La pareja Black-Lupin deseaba tener un pequeño o pequeña cachorr@ que correteara por la casa y que...
Lily corría sin parar por los pasillos de Hogwarts al lado de los gemelos. Estos le habían convencido a Lily para gastarle una broma a algunos alumnos de primer año de Slytherin con tinte para el pelo de color morado, a elección de Lily.
Se escondieron en una esquina mientras eran perseguidos por una horda de enfurecidos Slytherins con el pelo morado. Respiraron profundamente y recuperaron su respiración habitual. Al ver que no había ninguna serpiente a la vista se echaron a reír.
La verdad es que aquella había sido una broma genial. Lily había conseguido los tintes y los había metido en globos, mientras que los gemelos habían usado algunos hechizos para encantarlas.
Los tres iban riendo por los pasillos camino hacia el gran comedor hasta que se encontraron con Neville Longbottom acompañado de una bonita chica de Hufflepuff. Lily chocó contra ella sin querer, por lo que la ayudó a recoger los libros que se le habían caído.
-Lo siento mucho, ¿cómo te llamas?-Lily tenía curiosidad por saber su nombre, ya que la había visto varias veces por los pasillos-. Yo soy Lily, Lily Black.
-No te preocupes, yo iba distraída. Soy Harleen, Harleen Longbottom.
Lily le sonrío.
Era una chica bonita. Tenía el pelo castaño y unos grandes y bonitos ojos marrones, como los de su hermano.
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-Oye, ¿queréis acompañarnos al Gran Comedor?-Lily quería hablar más con ellos, parecían grandes personas-. Tengo hambre y me gustaría conoceros más, podéis sentaron con mis amigos y conmigo.
Lily esperaba sonriente su respuesta, mientras que los gemelos se distraían con cualquier cosa. Harleen miró a su hermano, quién asintió con la cabeza.
-¡Claro! Sería un placer-la chica Longbottom le sonrío y los cinco fueron juntos al Gran Comedor-.
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Todos habían congeniado perfectamente con Neville y Harleen, Pandora también se había sentado con ellos y habían estado hablando de su estadía en Hogwarts y anécdotas graciosas.
En resumen, habían hecho nuevos amigos y se alegraban mucho con ello.
Ahora Lily estaba en la sala común de Gryffindor con Tom mientras escribía una carta para sus padres y padrinos.
