Imagina que Tom Riddle jamás hubiera existido, que Colagusano no hubiera sido un merodeador. Y que Sirius y Remus hubieran estado felizmente casados.
La pareja Black-Lupin deseaba tener un pequeño o pequeña cachorr@ que correteara por la casa y que...
Sirius y Remus estaban durmiendo tranquilamente, cuando de repente escuchan un llanto proveniente del cuarto de la pequeña Lily.
Sirius al escucharlo gruñe porque no quiere levantarse y el que lo hace es Remus.
El licántropo al llegar a la habitación de su hija va hacia su cuna y la coge en brazos para intentar calmarla. La pelirroja al sentir que su padre la cogió en brazos se va calmando poco a poco y Remus al darse cuenta de que la niña se había tranquilizado la volvió a dejar en su cuna delicadamente. No pasaron ni dos segundos cuando Lily volvió a empezar a llorar, pero está vez mucho más fuerte. Su padre la volvió a coger en brazos y se dio cuenta de que los ojos de la bebé ya no eran del mismo tono de azul que antes, ahora era un azul eléctrico muy fuerte.
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(Algo así)
Remus al principio se sorprendió un poco pero, después recordó lo que les había contado Rose sobre la pequeña. El licántropo intento darle de comer, de dormirla y muchas más cosas pero con ninguna de ellas consiguió dormir a Lily.
Así que hizo como si la fuese a dejar otra vez en la cuna, pero unos centímetros antes de dejarla la pelirroja empezó a hacer un puchero y a que se le empezasen a llenar los ojos de lágrimas. En ese momento Remus entendió lo que sucedía, lo único que quería su hija es estar con ellos.
Dicho y hecho, Remus se dirigió a su habitación con Lily en brazos. Al entrar por la puerta, Sirius lo escucho y abrió un poco los ojos.
-¿Ya conseguiste dormirla?- le preguntó sin percatarse de que tenía su hija en brazos, cuando se dió de lo que sucedía abrió los ojos sorprendido-¿No puede dormir-.
- Lo único que quiere hacer es dormir con nosotros- le respondió mientras se dirigía a su lado de la cama-.
Remus se echó en la cama y colocó a Lily en medio de los dos para que no se cayese de la cama. Al poco tiempo la pequeña niña se durmió y sus padres la miraron con una sonrisa. Sirius y Remus se miraron entre ellos sonriendo y se dieron un pequeño beso en los labios para, acto seguido acostarse en la cama con las manos entrelazadas y una sonrisa en su rostro.
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