II

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Entro nuevamente al armario cerrando con seguro y encontró a Tae en el mismo lugar, obviamente, pero con una taza de té.

– Oh, ¿gustas?– ofreció estirando su mano hacia él.

– Como... ¿Como... Entro?– pregunto dudoso.

– Solo toma mi mano...– sonrió con aun la taza en la otra mano.

JungKook no lo pensó dos veces para estirar su mano para tratar de agarrar la mano del rubio sorprendiéndose en demasía al pasar el cristal del espejo pudiendo tomar la extremidad del contrario.

– ¿Como... Hice eso?– preguntó anonadado a sentir el suave tacto del mayor.

– ¿Hace falta que responda?– alzo su ceja señalando lo obvio.– Vamos adelante, cuidado con el borde.

Jeon decidió no pensar mucho de lo que estaba sucediendo, su cabeza dolía de tanta información en tan poco tiempo, si se ponía a analizar trataría de buscarle lógica a todo, y esto específicamente no es que tuviese mucha.

Al pasar al otro lado lo primero que hizo fue ver al rubio percatándose de su bello color de ojos de cerca, un verde esmeralda muy intenso.

– Bien. Bienvenido a mi mundo, amo.– dijo con una sonrisa– ¿Quieres té?

Todo el mundo de TaeHyung, o bueno la habitación en la que estaban era algo oscura y sombría. Pero al rubio abrir la puerta se encontró con un un pasillo demasiado similar al suyo.

– Eh...– soltó dudoso de salir.

– Se lo que estas pensando. Este mundo literalmente es el espejo del tuyo, pero a diferencia de que aquí estoy solo.– informo.– Vamos a la cocina te prepararé té, amo.

– ¿Amo?– apenas y le presto atención al apodo que TaeHyung usaba en él.

– Si, eres mi dueño. Ahora tu tienes el espejo, tu eres mi dueño.– se encogió de hombros.

– Bien, entiendo.– siguió al rubio escaleras abajo suspirando en alivio al no encontrar a nadie. El hecho de que estaba en un lugar idéntico a su casa le hacia pensar que estaba todo el caos que había en su mundo, pese a que el rubio le dijo que estaba solo.

Al estar en la cocina el mayor le dio una taza de te verde recién hecho, no quiso pensar como carrizos funcionaban las cosas.

– ¿Quieres saber algo amo?– preguntó TaeHyung ya en su tercera taza y en puro silencio desde que se sentaron en la mesa del inmenso comedor.

– ¿Puedo entrar y salir el tiempo que quiera?– estaba necesitado por escuchar una respuesta afirmativa.

– Pues eso depende.– dijo el rubio.– Solo puedes pasar si yo te lo permito.

– Pero siempre me permitiras entrar aquí, ¿cierto?– parpadeo un par de veces tratando de verse adorable.– Dime que si TaeHyung, te lo ruego.

– Claro.– mostró su rectangular sonrisa.– Pero no te arrodilles por favor.– le dijo con una sonrisa burlesca al ver cómo el menor había bajado su cabeza juntando sus manos en forma de ruego.

• • •

– ¿Ya quieres volver?– preguntó TaeHyung al ver que el azabache miraba su reloj cada cinco minutos.

– No en realidad no, ni se han movido las manecillas pero estoy seguro que ha pasado bastante tiempo y mis padres ya deben estar buscándome.– dijo molesto.– Me quiero morir.– soltó rendido apoyando su codo en la mesa descansando su cabeza en su mano.

Espejito TaeHyung || KookTae ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora