Espejito TaeHyung || KookTae ||

IV

– JungKook, el año que viene cumples 20...– mencionó su madre.

– Aja...– soltó dejado al aire aquella palabra, pero no escucho respuesta alguna lo cual lo hizo fruncir el ceño directo a su madre.– ¿Que quieres que haga con eso?– el príncipe alzo una ceja.

– Cumpliras 20, tienes que casarte.– dijo su padre severo.

– No me casaré.– dijo completamente reacio a esa idea, ya tenia un lindo rubio en su armario, bueno... Espejo.

– Pero JungKookie. Tienes que conocer chicas nuevas, y si no te gustan las chicas no hay problema, podemos presentarte algunos chicos que estén interesados en ti.– sonrió su madre pensado que ese era el problema.

– Ese es mi problema, todo el mundo esta interesado en mi.– rodó los ojos con fastidio.– Y dudo mucho que en mi precisamente.

– Hijo, no digas eso. Seguro hay alguien que te pueda ver a ti y no a tu puesto cielo.– su madre en si era una dulzura pero muy desinteresada e ignorante en como se sentía su hijo.

– ¿Y si ya encontré ese alguien?– estos temas lo ponían de muy mal humor tenia que ser sincero, pero la presión de que se tuviera que casar cuando al fin encontró a alguien que lo hacía sentir completo lo ponía en una situación muy incomoda, se sentía entre la espada y la pared.

– Oh... En ese caso, ¿por que no nos lo presentas?– quiso saber su padre.

Jeon suspiró abatido.– Lo pensare.

Terminó la charla, y al terminar su comida se fue al patio trasero dispuesto a buscar a su caballo para prepararle la sorpresa a TaeHyung, pero al recordarle se dio media vuelta a buscar a Marietta, no estaba listo para ir a su potrero y no encontrar a su Estelar.

– ¡Marietta!– exclamo al encontrarla llena de carbón por la reciente tarea que estaba haciendo.

– ¿Que ocurre?– pregunto al ver al menor frente a ella con una sonrisa, rápidamente camino hacia el príncipe sacudiendo su ropa.

– ¿Me puedes ayudar a cazar mariposas?– juntó sus manos.– Por favor.

– Claro, no tienes que pedirlo así. Vamos.

La esbelta mujer comenzó a caminar al jardín directo al invernadero viendo un monto de mariposas revolotear por doquier. Marietta fue a un pequeño armario al costado del lugar sacando dos redes y un contenedor de cristal con agujeros en su tapa.

– Aquí tiene.– le tendió la red de mariposas para comenzar con su trabajo.

Pasaron mas o menos cuatro horas, atrapar a esos escurridizos insectos no era fácil.

– ¿Cuantas hay?– pregunto JungKook con su mano aparentando un poco la red en su punto mas ancho para que no pudiesen escapar los hermosos insectos que había atrapado.

– 18, 19, 20... Y las que traes, son 23 en total.– sonrió ayudando al príncipe a encerrar a las ultimas tres mariposas.– Y... ¿Porque estamos haciendo esto?– quiso saber.

– Se las voy a regalar a alguien.– contestó seco viendo con orgullo su trabajo.

– No no, ¿porque estamos haciendo esto?– volvió a preguntar.– Por que sabes que si las querías solo se lo pudiste haber ordenado a alguien y ya, ¿cierto?