XI

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– Todo esto es una locura...– dijo la madre de JungKook caminando de un lado al otro.

– ¿Y papá?– la voz de Jeon la hizo voltear.

– En algún lugar resolviendo estos problemas...– se mordió el labio inferior con nerviosismo.– Ya pronto volveremos a nuestra normalidad JungKookie, no te preocupes.– le sonrió tratando de mantener la calma pero la verdad es que estaba temblando mas que una gelatina.

– Kookie...– la voz de Tae hizo que ambos girasen en su dirección.

– Calma mi vida.– acarició el marco del espejo.– No te pasara nada, te lo prometo.– levantó su mano derecha y con la zurda hizo una "x" en su pecho viendo a Tae poner su mano en el cristal.

– No es eso.– susurró dándole una indirecta muy clara a JungKook.– ¿P-Puedes venir?– extendió su mano viendo al pelinegro pasar inmediato.

Ambos salieron de la habitación del espejo dejando sola a Nina. Tae pensaba en como decirle a JungKook la situación de su padre pero no encontraba las palabras.

– ¿Es muy malo cielo?– Tae miraba a los lados no queriendo encontrarse con el rostro de Jeon.– Tae dime que es lo que pasa.– pidió tomando el rostro ajeno obligándolo a mirarle.

– Deberías buscar a tu padre Kook.– esas palabras lo hicieron asentir para entrar a la habitación nuevamente y con ayuda de Tae salir con prisa.

– ¿A donde vas?– pregunto Nina levantándose de su puesto apresuradamente.

– ¿Donde esta papá?

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– ¡¿Como se te ocurre comprometerme?!– chilló con enojo Jeon quien tenia la cara completamente roja del enfado.

– Hijo entiende. Fue- – JungKook lo interrumpió con un bufido.

– No me casare con nadie. Si ese viejo hijo de puta quiere un legítimo esposo para la zorra de su malcriada hija dejame decirte que no soy el indicado para esta mierda, que se case él con ella.– maldijo a diestra y siniestra importándole muy poco que el rey del estado vecino, quien era el culpable de la invasión, los estuviera escuchando, pues literalmente estaba al lado de ellos.– No me casare con nadie.

– Majestad, de verdad tiene que hacer algo con el lenguaje de su hijo.– habló el otro señor poniendo peor a JungKook.

– Cierre el maldito hocico.– lo señalo viendo a hombre fruncir el ceño.– ¿No fue ya suficiente con todo lo que hizo? Todo por plata y privilegio, porque no se pone en su estatus social y pide una visita como un ser humano normal.– se le notaba lo molesto que estaba.

Su padre quien estaba entre la espada y la pared suspiro no sabiendo que hacer.– JungKook, lo arreglamos en la casa.– murmuro teniendo por resultado la negación de este.

– Anula esta mierda y nos vamos, porque esto no se queda aquí, se lo diré a mamá.– amenazó con desespero mas que nada por TaeHyung, su madre no podía cargar aquel espejo sola.

– No puedo, ya esta hecho.– JungKook ahogó un grito saliendo de la habitación con prisa.– Que conste que su hija se quedara esperándome en el atar.– dijo volviendo para decir eso y volver a agarrar su paso hacia el castillo que ya estaba en reparaciones por el destrozo que hizo el otro hombre.

– Gracias por todo.– musitó el rey saliendo detrás de su hijo.

• • •

– ¿Que harás?

–Nada.

– ¿Que me estas diciendo con que no harás nada?

– Nada.

Nina gruño enojada hasta decir basta.

Ya estaban en su normalidad a medias, pues escuchaban los martillos haciendo bulla, trabajadores de aquí para allá, todos hablando entre si, mientras que la familia real discutía en plena sala y JungKook por otro lado con su espejo entre sus brazos sentado en el sofá viendo a sus padres discutir.

– Anula esto.– exigió Nina señalando la puerta.– Ahora.

– No puedo, ya esta hecho.– suspiró abatido.– Era la única forma de... Seguir en pie.– dijo cansado de la situación que en sí no lo rodeaba a él sino a JungKook, todos los reinos vecinos querían que sus hijos o hijas se casaran con el Jeon menor, y aquí va una pregunta... ¡¿Que coño tenia el pelinegro?! Llamaba la atención de todos, era como el pecado imposible, todos lo querían pero no podían tenerlo.

– Iré a mi cuarto... Sino es que esta hecho una mierda también.– bufó enojado preparándose para cargar a su espejo.

Su padre lo vió levantarse e irse pero no soltaba aquel objeto por nada del mundo. Pensó que con ese caos que solo duro todo un día, se olvidaría por completo de aquel espejo y que lo dejaría botado y roto, pero su sorpresa fue grande cuando lo vio en la cabaña que tenían en el final de todo su terreno, algo sinceramente no estaba bien y era esa cosa, ya venia suponiendo de que se trataba.

– JungKook tiene una obsesión muy grande con esa cosa.– musitó el rey viendo a Nina tensarse.

– No es obsesión.– quiso excusarlo.– Recuerda que JungKookie era muy apegado a tu padre, el que él le haya regalado tal antigüedad era de esperarse que Kook la cuidase con su vida.– suspiró caminando escaleras arriba para inspeccionar que todo estuviera en orden.

[. . .]

– Bebé.– llamó JungKook a su novio viendolo entrar en la habitación con prisa.– Ya está. Todo esta... Mas o menos normal...

Tae ante el tono tan raro que uso JungKook inmediatamente fruncio el ceño. – Nada de sexo Jeon.– se acerco al cristal con sus brazos cruzados viendo al azabache acercarse al espejo con prisa.

– ¿Por quien me tomas?– alzo una de sus cejas.– No quiero, al menos ahora mismo no, pero dime por favor que allá no se escucha el ruido.– rogó y su rostro se ilumino al ver al rubio negar.

– ¿De que ruido hablas?– el pelinegro besó el cristal y comenzó a desvestirse.– ¡¿Que haces?!– lo ojos de Tae se abrieron por la sorpresa de ver a JungKook comenzar a bajar su pantalón.

– No seas dramático.– rodó los ojos buscando la bata de baño que juraba tenerla en algún lado de su closet.– Como si nunca me hubieses visto desnudo.– musitó con picardía en su voz.– Iré a bañarme, tengo calor, estoy pegajoso, lleno de polvo  y sobretodo mi vida es una mierda.– ¡la encontró! Estaba con los zapatos, ¿quien puso eso ahí?– Parezco un plebeyo.– musito con rechazo.

– No digas eso.– Tae con algo de pesar vio a su novio, su vida no era perfecta pero tampoco era horrorosa, como la hacía ver Jeon.

– Excepto tú, claro.– le guiño el ojo encaminándose al baño.– eres lo mejor que me ha pasado mi amor.– le mandó un besito volador.– Ya vuelvo.

Se metió al baño dejando a Tae con un puchero. Éste busco una silla en su habitación sentándose en la espera del menor, suspiró dejándose caer en ella con cansancio mental, le frustraba y aterraba lo que su cabeza le gritaba, no era nada, nada bueno y no sabia como decirle a JungKook que muy pronto estaría en una situación complicada.

Espera, no podía decirlo así nada mas. No podía adelantarse a los hechos.

Quizá solo estaba paranoico, ¿verdad? Esperemos que si.

Espejito TaeHyung || KookTae ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora