XIII

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– Hijo...– era la voz de su madre quien entraba a la habitación. Al no verle en ella decidió entrar al armario, claro, cerrando todo a su paso con seguro.– JungKookie...– sonrió al verle hablando con su novio, Jeon ya afuera del espejo.

– Hola mamá.– dijo con una gran sonrisa brillante.– Nos vemos mi ángel.– caminó directo hacia su madre siguiéndola afuera de dicha habitación.

– ¡¿Que te dijo?!– quiso esconder su emoción pero claro esta que fallo en eso.

JungKook enseño su aconejada sonrisa asintiendo efusivamente.– ¡Dijo que si!– gritó en un susurro escuchando a su madre hacer los mismo.

La emoción no cabía en ellos, Nina ya estaba imaginando una hermosa boda, ¡tenia que ser la boda del siglo! Y si quería aquello tenían que prepararse desde ya.

– ¿Ya planearon algo?– la negación de su hijo la hizo borrar su sonrisa y esta fue remplazada con una mueca de enojo.– Jeon JungKook, ¡tienes que empezar ahora!– la risa de su hijo atrajo la atención de cierto hombre que pasaba por enfrente de la puerta de su habitación.

Así que toco la puerta tensándolos a ambos.

– ¿Puedo pasar?

– Mierda...– maldijo JungKook viéndose a si mismo para encaminarse a la puerta.

– Vocabulario.– regaño su madre haciéndolo rodar los ojos.

Cuando su padre entro fruncio el ceño, pues veía a su mujer y a su hijo un tanto nerviosos por su presencia en aquella habitación.

– Sabes hijo... Quería hablar contigo.– el rostro de los contrarios perdieron el nerviosismo y se clavo la duda en ellos.– De tu matrimonio...– acabó la frase que hizo a JungKook bufar, estaba tan feliz sabiendo que se casaría con Tae y vino su padre a romper su burbuja recordando que también tenia otro "compromiso".

– JungKookie no se casara con ella Jeon.– su madre se impuso sin miedo hacia su esposo viendo ya el enojo creciendo en aquel hombre tan irascible.– Y si lo llegas a obligar seré la primera en llevarme a mi hijo de ahí.

– Si lo hará, no tenemos otra opción si queremos seguir aquí.– JungKook alzo la cejas y negó.

– No quiero seguir aquí. Tampoco me quiero casar, por mi, nos quedamos sin reino.

Esas insolentes palabras hicieron que su padre apretara el puño con enojo contenido.

– Por mi, no sera así.– farfulló.– Y soy yo quien sigue siendo el rey, ¡soy yo quien esta al mando!– gritó caminando imponente hacia su hijo pero este no se inmuto en lo absoluto.– Y tu deber, Jeon JungKook, es que si yo sigo al mando, tu haces lo que yo diga.– lo agarró bruscamente del cuello de la camisa amenazándolo con la mirada.

– Sueltalo ahora.– nuevamente Nina se interpuso viendo a JungKook negar con... ¿Burla?

– ¿Tu crees que me intimidas?– murmuro sonriendo de lado sintiendo como su padre lo empujo lejos.– Golpeame.

Esa simple palabra hizo que el rey lanzase un puño en su dirección, obviamente si lo golpeó, el grito de su madre lo hizo recomponerse para devolver el mismo gesto iniciando una pelea incesable. Las plegarias de su madre para que se estuvieran hizo que un rubio se preocupara. Estaba pasando.

Varios empujones fueron hacia Nina para que ella no saliera herida, pero seguía persistente a querer separarlos. Aterrorizada de ver sangre caer al suelo salio corriendo fuera de la habitación para hacer algo mas lógico, pedir ayuda.

Casi de inmediato cuatro guardias entraron de golpe agarrando a ambas bestias separándolos.

Insultos iban y venían, aunque ya no se golpeaban seguían hiriéndose mutuamente.

– ¿Tu crees que todas tus putas decisiones son para el bien de quien? ¡Solo piensas en ti! ¡Solo quieres poder y ambición! ¡Yo me voy a casar con otra persona, maldición!– soltó JungKook, al instante se arrepintió pero no había retroceso.– ¡Yo estaré con quien se me de la maldita gana!– grito a más no poder.

– Matare a quien sea esa persona JungKook.– lo señalo respirando erráticamente sintiendo las gotas de sangre caer por su labio.

– Atrevete a tocarle un solo cabello y seras tu quien no lo cuente.– bruscamente se deshizo del agarre de los guardias limpiándose con la muñeca la nariz.

– JungKook, cállate.– fue su madre quien hablo esa vez.

– Ya esta dicho.– musitó Kook tronandose el cuello sin cuidado. En ese momento el azabache suspiró y con todos sus cojones sonrió.– ¿Quieres saber quien es esa persona papá?

Como dos sortijas destinadas a un amor casi imposible, el que está a cargo de la historia puede elegir el paradero del destino.

3 caminos distintos.
3 vidas a las que se le puede poner el peligro.
A la ruta que tu corazon elija, siempre será la vía correcta.

Espejito TaeHyung || KookTae ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora