Capítulo 14.

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-¡¿PERO QUÉ?!- Sandra mira a su hermana llena de rabia, con los ojos inyectados en sangre.

-Uy, no te pongas así, si es solo tu compañero de piso- la mira con una sonrisa socarrona y Pablo se aleja de ella sin dejar de mirar a Sandra.

-Pues va a ser que no es solo mi compañero de piso, ¡es mi novio! Y ya te eché ayer del piso, vete por tu propio pié antes de que vuelva a hacerlo- Pablo abre los ojos mucho más cuando escucha la palabra "novio", e intenta ocultar una pequeña sonrisa.

-¿Y por qué no lo presentaste como tu novio ayer?

-Porque no quiero que me vuelvas a hacer lo mismo que la otra vez- ya no grita, y no sólo está furiosa, también está triste.

-Las personas cambian, Sandra.

-Las personas con corazón, tú no tienes de eso, ni lo tendrás nunca.

-Sabes que no es así- se acerca a Sandra, pero ésta da una paso atrás diciendo que no con la cabeza.

-Nunca has hecho nada bueno por nadie a no ser que quisieras algo a cambio, ¿qué quieres? ¿Ahora quieres ser la hermana mayor ejemplar que siempre debiste ser? ¿Qué quieres a cambio de que ahora seas amable conmigo?

-Sandra, las cosas no son así, me arrepiento de todo.

-¡Já! Fíjate que hay algo en mí que no me deja creerte. Quiero que te vayas y que no vuelvas nunca más a mi vida, ya te fuiste una vez.

-No me fui, me echasteis mamá y tú, ¿lo recuerdas?

-Plantéate porqué tu propia madre te echó de su vida- eso es la gota que colma el vaso para Lola, sale del salón dándole un empujón y se va.

Mira a Pablo y una lágrima cae por su mejilla, él se acerca rápido y la abraza. "Lo siento" le susurra Pablo al oído. La arrastra hasta la habitación de él y cierra la puerta tras de sí, se tumban en la cama y Sandra se acurruca abrazada a él sin decir nada. Pablo tampoco abre la boca, para empezar no sabe qué decir, así que lo mejor es quedarse callado.

No sabe cuánto tiempo ha pasado hasta que Sandra abre la boca, ¿una o dos horas?

-He conseguido contactar con uno de los que desapareció misteriosamente- Pablo la mira completamente serio.

-¿Cómo?

-En realidad me ha encontrado él a mí, no sé como, pero lo ha hecho. Me ha estado contando que a él también le robaron su obra, le hicieron lo mismo que a mí, él les intentó denunciar, pero no tenía pruebas, fue a hablar con ellos y de lo que pasó después no se acuerda, de nada. No sabe nada de su familia, cree que lo tuvieron drogado durante varios meses, pero lo que sea le quitó las ganas de seguir adelante. Me ha dicho que tenga cuidado y que no tenga nadie cerca, Pablo, y tú estás muy cerca.

-Me da igual, no me pienso alejar, ¿vale? Te quiero- las palabras salen de su boca y Sandra gira la cabeza hacia él, la está mirando con ojos interrogativos, esperando una respuesta.

-Yo también te quiero- Pablo suelta todo el aire que tenía dentro y Sandra le besa.

-¿Quieres hablar sobre lo de tu hermana?

-¿Seguro que quieres escucharlo?

-Segurísimo.

-Cuando yo nací Lola tenía tres años, mi madre siempre me dijo que hasta que yo nací ella había sido bastante tranquila, pero ya sabes los celos de los hermanos mayores cuando nace el pequeño. Cuando yo cumplía años también había que regalarle algo a ella, yo nunca podía tener algo mejor, ni más cosas, mis padres lo consintieron, si yo tenía amigas se encargaba de que no fuera así, si sacaba mejores notas escondía mis libros, si cantaba mejor me robaba todo lo que estuviera relacionado con eso. Siempre me ha encantado tocar el piano y se me daba bastante bien, iba a clases particulares sin que ella lo supiera. Cuando cumplió los dieciocho yo tenía quince, se sacó el carné de conducir y un día pasó delante de mis clases de piano y me vio salir, hizo como si no le importase, a la semana siguiente me llamaron de la escuela, que me habían echado, ya no podía volver, mis padres nunca supieron porqué, yo sí, me lo contó ella, envió una carta con mi firma, nunca me dijo qué puso, pero eso provocó que me expulsaran. Yo no podía ya más y para relajarme empecé a escribir, por eso decidí esa carrera. Mi primer año de universidad conocí a un chico, ella tenía novio, así que no tenía por qué preocuparme. Cuando yo llevaba año y medio con él, Lola cortó con su chico. Mi novio llegó un día a mi casa, pero yo todavía no estaba, así que se quedó a esperarme, a Lola siempre se le ha dado muy bien mentir y le dijo que yo no llegaba porque quería cortar con él. ¿Sabes? No solo las mujeres somos las despechadas, le comió la cabeza y se acostaron, cuando estaban en ello llegué a casa y lo pillé en plena faena, le dije que era mentira y él quiso volver, pero no podía estar con alguien que no confiaba en mí. Eso me dejó destrozada, me encerré en la habitación, solo salía a las clases, no comía, ni dormía y ella se reía de mí. No sé qué le haría a mis padres que un día los escuché discutir, salí corriendo y ella estaba tirando toda la vajilla al suelo sin dejar de gritar, después de eso la echaron de casa. No volvimos a saber nada más de ella, hasta ayer, y no sé por qué ha vuelto a aparecer en mi vida, pero quiero que se largue, esa gente no cambia, te hacen creer que sí, pero no es así.

Antes de ti. [Completa] [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora