Capítulo 7.

1.4K 62 0
                                    

-Hombre, al final has venido Pablito- dice Álvaro sin soltar a Sandra- ¿por qué no vas a saludar, a beber o a lo que sea? Me da igual, pero piérdete, que estamos ocupados- una sonrisa amenaza en su cara y a Sandra le entra un escalofrío.

-Venga Álvaro, suéltala- cierra la puerta y se acerca a ellos, Álvaro no le hace caso y le fulmina con la mirada-. No sería la primera vez que nos peleamos y sabes quién acaba perdiendo- por fin la suelta y Sandra corre al lado de Pablo.

-Ay, Pablito, no me dejas disfrutar nada, ¿la quieres solo para ti? Siempre tan egoísta- sonríe, pasa por su lado y sale de la habitación.

-Sandra, ¿estás bien?- ella no responde, simplemente se abraza a él y solloza- Venga, no llores, vámonos a casa.

-Necesito sentarme un segundo- dice Sandra andando hacia la cama.

Se sienta, apoya los codos en sus rodillas y hunde la cara en sus manos mientras sigue llorando. Al principio, Pablo se queda quieto sin saber muy bien lo que hacer, pero cuando consigue reaccionar se acerca a ella y le pasa el brazo por encima de sus hombros. Ella no levanta la cabeza, sigue ensimismada y él le da un pequeño beso en el hombro que tiene más cerca, después apoya su frente en el mismo sitio que le ha besado y se queda en silencio. Él bien sabe que en momentos de bajón no se necesitan palabras, solo apoyo y ese es el mejor apoyo que puede dar.

-Voy a preguntarle a Sergio si podemos ir a su habitación, ¿vale?- Sandra solo asiente y Pablo sale de la habitación cerrando la puerta.

De pronto vuelve a escucharla y Sandra mira en esa dirección asustada, no puede ser Pablo, porque se acaba de ir, ve a María al otro lado de la puerta y ésta echa a correr a su lado y la abraza. Sandra se lo devuelve y le vuelven a caer un par de lágrimas, aunque ya está más tranquila. Cuando llevan unos cinco minutos así Pablo vuelve a entrar y se queda mirando a María.

-Me ha dicho Sergio que vayas a su habitación, sin problema- Sandra asiente y va hacia Pablo, pero María la para.

-Pablo, tú mejor vete a casa, ya la acompaño yo- Sandra la mira alucinada, ha hablado poco con ella, pero no la había visto tan seria ni borde.

-¡No! La llevo yo a la habitación.

-¿Ya la has visto, Pablo? No, ¿verdad? Pues vete antes de hacerlo, te lo recomiendo.

María sale de la habitación arrastrando a Sandra con ella, abre la puerta que hay al lado y entran, cierra la puerta tras de sí y se sientan en la cama. La puerta se abre y entra Pablo, esta vez no mira a María, se sienta al lado de Sandra, le pone la mano en el muslo y la mira preocupado. María se levanta y sale de la habitación dando un portazo.

-Te dije que no vinieses...

-Mira Pablo, no me vengas con esas, ¿vale? Al principio muy simpático, pero no sé qué te ha pasado que te has puesto como un gilipollas conmigo, ni me preguntaste si quería venir a la fiesta, claro que no quería venir, pero odio que me prohiban hacer algo, joder, y más si te importo una mierda, porque eso has demostrado estos días, solo intentaba llevarme bien contigo, acercarme a ti, que somos compañeros, pero tú nada, a tu rollo...- Pablo se acerca a ella y la besa haciendo que se calle.

Sandra cierra los ojos y abre un poco la boca dejando que Pablo la siga besando, él pone una mano en su nuca y otra en la cadera para acercarla más a él, Sandra deja de besarle y apoya la frente en la suya, sin abrir los ojos.

-Ya sé cómo callarte- los dos sonríen y se miran a los ojos.

-Sigo pensando que eres un gilipollas- Pablo suelta una carcajada y la abraza- ¿Cómo es posible que me gustes si casi no te conozco?

-Ah, es fácil que te guste, ¿me has visto?- señala su cara y Sandra se ríe secándose las lágrimas.

-¿Por qué eres amigo de Álvaro? Tú serás un capullo, pero no del mismo tipo que él.

-Eso me llevo preguntando hace mucho y no le encuentro respuesta, la verdad es que últimamente no he salido mucho, problemas personales, clases, exámenes, el trabajo. Álvaro y yo nos hemos pegado un par de veces- cuando dice eso Sandra pone cara de susto y Pablo no puede reprimir una sonrisa-, es un capullo, como tú dices, se lo suele merecer.

La puerta se abre y aparece una chica con el pelo rojo sirenita a la altura de los hombros, Sandra no la conoce, pero por la cara que tiene Pablo, él sí. La chica lleva un vestido demasiado corto, que deja poco a la imaginación. "Se agacha un poco y se le ve hasta el DNI" Sandra se ríe por su ocurrencia, pero al ver la cara de Pablo vuelve a ponerse seria. Se frota un poco los ojos porque le pican de haber llorado y ve que la chica de la puerta sonríe levemente sin dejar de mirar a Pablo. Se nota demasiada tensión en la habitación y eso a Sandra empieza a incomodarle bastante.

-Celia, ¿qué haces aquí?

-Me ha dicho Álvaro que habías venido- deja el vaso que lleva en la mano encima de un escritorio que hay al lado de la puerta y se acerca a la cama-. No te esperaba aquí esta noche.

-No iba a venir, pero...- agacha la cabeza, pero en seguida vuelve a levantarla y la mira furioso- ¡no tengo que darte las putas explicaciones!- Sandra da un respingo y se aleja un poco de él asustada por como se acaba de poner. Se pone en pie, agarra a Sandra de la mano y la obliga a levantarse de la cama- Vámonos ya de esta mierda de fiesta.

-Oh, venga ya, Pablo, ¿tan pronto te vas a ir?

-Pablo...- le susurra Sandra y entonces él se da cuenta de que le está apretando mucho la mano de la rabia- me haces daño- se la suelta en seguida y se gira hacia ella como si la chica peliroja no estuviera.

-Lo siento, ¿estás bien?- sus ojos han pasado de furiosos a preocupados. Sandra asiente y él se vuelve a dar la vuelta- Nos vamos- anuncia y tira de Sandra para salir de la habitación.

-¿Todavía me echas de menos? Porque yo a ti sí- dice la chica con una sonrisa en la cara mientras están saliendo por la puerta.

-Si me fui es por algo, Celia, estás loca- se le cambia la cara, se pone completamente seria y se acerca a él amenazante, Sandra se esconde un poco detrás de Pablo sin soltarle la mano.

-¡QUE YO ESTOY LOCA!- empieza a reírse como... eso, como una loca y en seguida se vuelve a poner seria- ¿Y me lo estás diciendo tú? ¿De verdad te crees el más indicado para llamarme loca a mí?

-Yo me controlo, lo sabes, tú ni si quiera aceptas que tienes un problema.

Celia cierra los puños y va a cargar hacia él pero alguien se le adelanta, un bulto salta encima de Pablo y lo tira al suelo, haciendo que Sandra se desequilibre y caiga de culo, María se acerca a ayudarla y la levanta. Alguien encima de Pablo le suelta un puñetazo en la mandíbula y empieza a sangrar, pero con un movimiento rápido Pablo da la vuelta y ahora está él encima. Cuando Sandra se fija puede ver la cara del chico, que ahora no se le ve con tanto valor como antes.

Antes de ti. [Completa] [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora