diez

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Íbamos en silencio en el auto de Luke, desde que salimos de la reunión de alcohólicos anónimos no nos habíamos dirigido la palabra, pero era una clase de silencio agradable, donde estábamos asimilando lo que había pasado. No sabia a donde nos dirigíamos, solo se que con cada kilómetro que avanzábamos nos estábamos alejando de la ciudad.

- Luke, ¿A dónde vamos? - pregunté

- Solo aguarda – el respondió con la mirada aun fija en el camino

Siguió conduciendo hasta que salió del camino, entrando a una especie de cortafuegos que conducía a una colina. Llegamos hasta allá y bajamos del auto, aun en silencio. Luke se dirigió a la cajuela y de ahí sacó un par de mantas, luego fue hacia la orilla de la colina, donde no esperaba ver lo que nos aguardaba. Desde ahí se podía ver toda la ciudad, tan pequeña como si nosotros fuéramos lo mas grande que existiera en el mundo. Las luces formaban patrones hermosos que parpadean y que iluminaban todo de una manera hermosa. La ciudad de Los Angeles nunca terminaba de sorprender. Luke extendió una de las mantas en el suelo y se sentó sobre ella, me invitó a que hiciera lo mismo y lo hice.

- A mis padres no les parece que este en una banda, dicen que es una perdida de tiempo, que en eso no hay un buen futuro, peleaba constantemente con ellos hasta que un día decidí irme de casa. Desde ese entonces no he vuelto a hablar con ellos. Mi madre lloraba mucho esa noche y mi padre recién regresaba del trabajo. Esa noche había terminado de ensayar con los chicos y mi madre me llamó, había llegado una carta de mi antigua escuela donde se les informaba a mis padres que había solicitado la baja de la escuela. Ella estaba muy molesta, estaba culpando a la banda de que quisiera echar mi vida a perder. Nunca me apoyaron en nada, mi primera guitarra la compré yo mismo con las propinas que me daban los vecinos por podar sus jardines. Mi padre llamaba "ruido" a nuestras canciones, varias veces llegó a correr a los chicos de nuestro garage cuando llegaba mas temprano del trabajo, siempre cuidaba que nuestros ensayos fueran cuando el no estuviera, pero no siempre lograba hacerlo. Ya no lo soportaba, así que decidí irme de ahí y probar suerte por mi cuenta.

No sabia que decir, no esperaba que Luke hubiera pasado por todo eso y que fuera lo que había detrás de sus adicciones. Sabía que debía decir algo, pero también sabia que el solo quería que lo escuchara, que estuviera ahí para él.

- Luke, muy triste, pero te dejaste llevar por un mal camino, y debiste haberles demostrado que se equivocaban, no darles la razón – por fin logré hablar, aunque no sabia si eso era lo que él quería oír.

- Yo lo sé, pero me las vi muy grises cuando me fui de casa, conocí a gente mala que me convencían de hacer cosas igual de malas y por buscar una manera de olvidarme de todo lo demás aceptaba. Pero luego te conocí, y no me gustó que me vieras de esa manera, antes sabía que estaba mal, pero no me importaba, ahora es diferente. No quiero que tengas una mala imagen de mí, ni que esa sea la causa de que te alejes de mí. Me importas, Blair

Me quedé en silencio, viendo hacia las brillantes luces de la ciudad. Es increíble ver que Luke era como una de esas luces brillantes, con su personalidad y su carisma era capaz de iluminar en medio de la oscuridad, cuando esta arriba de un escenario no le puedes quitar la vista de encima, roba todas las miradas e irradia tanta seguridad y conecta con el público de una manera que es capaz de verse desde kilómetros de distancia.

- Nunca podría alejarme de ti – dije – admito que, si tuve miedo, pero no por mí, si no mas bien por ti. Esa noche no me fui por miedo de que me pasara algo a mí, no podía soportar ver como te estaban haciendo daño y como contribuías tu con eso. Estaba asustada porque no sabia como tratar con ese Luke,

- Ese Luke ya no existe – me interrumpió, viéndome a los ojos dándome una de las miradas mas sinceras que podía dar.

- No podría soportar verte así otra vez – dudé un poco en creerle, no sabia si podría llegar a ver otra vez a Luke en ese estado, haciéndose daño.

- No tendrás que hacerlo, hoy quería que vieras que de verdad estoy dispuesto a cambiar. No quiero perderte

Lo admiré durante unos segundos. En su rostro se podía ver el arrepentimiento y una dulzura que nunca había visto en él. Necesitaba abrazarlo, hacerle saber que todo estaría bien. Me levanté un poco y me abalancé sobre él, rodeándolo por el cuello con mis brazos. Al principio lo sentí un poco tenso, pero luego se relajó y pasó sus fuertes brazos por mi cintura. Hundí mi cabeza sobre su cuello y el me pegó mas hacia él. Nos alejamos un poco, quedando lo suficientemente cerca para poder admirar cada detalle de su rostro. Él acercó una de sus manos hacia mi rostro y me colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja. Luego me acarició suavemente la mejilla, admirando cada centímetro de mi rostro.

- Eres tan perfecta – dijo casi en un susurró, mientras me veía a los ojos. Diablos. Justo tenía que decir esa palabra.

- Soy todo menos perfecta – quité mis brazos de sus hombros, donde los había dejado descansando y volví a tomar mi antiguo lugar. La pequeña sonrisa que Luke había tenido los últimos segundos había desaparecida, siendo remplazada por una expresión de preocupación.

- ¿Dije algo malo? Lo siento mucho, no era mi intención – tomó mi mano, y la apretó, viéndome fijamente con una expresión de arrepentimiento.

- No, no fue tu culpa es solo esa estúpida palabra – hice lo posible por evadir su mirada, dirigiendo la mía hacia abajo, mientras lo sentía ponerse tenso

- No lo sabía – soltó poco a poco mi mano, podía sentir que irradiaba su sentimiento de culpa, tenía que hacerle saber que estaba todo bien, que no tenía por qué sentirse así

- No te preocupes, de verdad, es solo que...me recuerda a mis padres

- ¿A tus padres? – preguntó Luke, un poco confundido – suspire, tratando de ordenar todo lo que diría a continuación

- Mis padres son del tipo que buscan la perfección en su familia. Conmigo siempre fue perfectas calificaciones, perfecta apariencia, perfecta actitud, ser un ejemplo para mi hermana pequeña. Siempre he estado presionada para no salirme del camino y ser su orgullo. A veces siento que no me dejan respirar gracias a todo lo que tengo que hacer por no perder la apariencia que ellos quieren que tenga hacia los demás. Me han moldeado a su gusto para llegar a ser perfecta que ya no soporto pensar que lo soy, porque en realidad no lo soy – tomé una gran bocanada de aire, no había notado que había estado hablando con todo el coraje que tenía acumulado, pero se sintió bien, en especial con Luke, sabia que él me comprendería.

- No tienes porque darles gusto, ve la vida como cuando tomas fotos – lo miré extrañada, él lo notó y explicó – sí, mira, cuando tomas una fotografía lo haces porque te gusta lo que ves, porque encuentras el momento perfecto y eso es decisión tuya, no los demás. Nadie te dice como hacer lo que mas te apasiona, solo lo decides tú y así eres feliz. Así debería de ser todo el tiempo, solo vive para ti – nunca lo había visto de esa manera, y teniendo esa nueva perspectiva parece todo tan fácil. Ojalá lo fuera. Me tiré sobre el suelo, viendo las estrellas.

- A veces me gusta pensar que podemos ser como una estrella. Tener un brillo constante y llegar a ser infinitos – Luke tomó una manta, la puso sobre mí y se acostó a un lado de mí, mirando también hacia el cielo

- Estoy seguro de que puedes llegar a serlo – volteé a verlo y por un momento me perdí en sus ojos, esos ojos profundos de color verde con dorado. Era fácil admirarlos por horas, tenía una combinación de colores hermosa. Me acerqué a él, colocando mi cabeza sobre su hombro. El pasó su brazo por debajo de mí fundiéndonos en un cálido abrazo. El estaba acariciando mi cabello y poco a poco fui cerrando los ojos, cediendo ante su suave tacto, sintiéndome segura entre sus brazos.

𝘊𝘖𝘕𝘎𝘌𝘓𝘈𝘋𝘖 // Luke Patterson // JATP // *en edición* TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora