quince

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- ¿Ya me puedes decir a dónde vamos?

Casi desde que Luke había pasado por mí había estado con los ojos vendados, el viaje en el auto lo pasé a ciegas y ni siquiera tenía una pista de a dónde nos dirigíamos.

- No hagas trampa, te estoy vigilando – me respondió Luke mientras caminábamos por lo que parecía una pendiente, lo suficientemente inclinada para hacer que la respiración me comenzara a faltar. Poco a poco fui sintiendo que el suelo comenzaba a ser mas plano hasta que llegamos a donde estaba segura de que lo era. Durante el trayecto Luke me llevaba tomada de la mano para guiarme en el camino y que no cayera, pero al llegar a la parte plana me soltó un poco diciéndome "espera un momento, no veas"

- ¿Esta listo? – oí susurrar a Luke, luego, otras voces conocidas le contestaron

- Nos debes una grande por esto – estaba casi segura de que era la voz de Reggie, ¿dónde estábamos?

- Somos amigos, no se supone que cobres los favores – respondió Luke

- Ya vámonos Reggie, suerte, Luke – dijo la inconfundible voz de Alex, luego se escucharon pasos amortiguados por el césped que había en el suelo alejándose

- ¿Estas lista? – me preguntó Luke, poniéndose detrás de mí y colocando sus manos sobre mis hombros

- Desde hace un largo rato estoy lista – mis nervios estaban a flor de piel, no me imaginaba que se traería Luke entre manos, ni siquiera cuando me quitó la venda de los ojos me podía creer lo que había enfrente de nosotros

Estábamos en la cima de una colina en medio de un gran parque, el horizonte estaba coloreado de color verde por todos los arboles y se limitaba con el azul del cielo, que comenzaba a tomar tonos naranjas por el atardecer. A lo lejos se veían dos siluetas que se alejaban caminando, podría apostar a que esos eran Alex y Reggie. A nuestros pies, sobre una manta color blanco había un montón de comida; fresas, uvas, manzanas, sándwiches, papas fritas y, porque no, mas pizza. Al lado de lo que parecían botellas de jugo de naranja estaba la guitarra de Luke. Él seguía detrás de mí, así que pasó sus brazos alrededor de mi cintura y pegó su barbilla a mi hombro

- ¿Te gusta? – preguntó, separándose de mí y tomándome de la mano, dirigiéndome hacia la gran manta. Ambos nos sentamos. Por fin pude ver lo guapo que se veía ese día, traía puestos unos jeans oscuros, y en lugar de sus habituales playeras, traía puesta una camiseta blanca de botones, y completando el toque, sus vans. El vestido negro decorado con dibujos de pequeñas rosas rojas y mis converse hacían juego. La mirada que Luke me estaba dando se veía llena de entusiasmo y de nervios, el de verdad se había esmerado en esto y esperaba que me gustara. La realidad es que mas que gustarme, estaba encantada pero no lograba que las palabras salieran de mi boca

- Esto es...Luke, en que momento... - las palabras comenzaron a fluir sin poder terminar ninguna oración

- Los chicos me ayudaron, Alex parecía incluso mas emocionado con todo esto que yo – dijo – no es porque yo no lo estuviera, quiero decir, si lo estoy, pero también estaba muy nervioso, ya sabes – se pasó un brazo por detrás de la cabeza, apenado por las cosas medio rebuscadas que comenzó a decir. Le tomé la otra mano y la acaricié levemente, viéndolo a los ojos tratando de transmitirle todo lo que me hacia sentir

- Es perfecto, nunca nadie había hecho algo así por mi – por fin pude soltar, él me dedicó una gran sonrisa mostrando su blanca dentadura

- Tú te mereces lo mejor del mundo – dijo, al mismo tiempo que se iba inclinando poco a poco hacia mi hasta que quedamos muy cerca uno del otro, comenzamos a respirar el mismo aire uno del otro hasta que nuestros bocas se juntaron. Nuestros labios se movían armoniosamente uno sobre el otro y encajaban a la perfección. Nos fuimos separando, pero nuestras miradas seguían conectadas.

𝘊𝘖𝘕𝘎𝘌𝘓𝘈𝘋𝘖 // Luke Patterson // JATP // *en edición* TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora