El tiempo que iba y pasaba entre el bautizo de Philip y el inevitable encuentro que la familia Laurens tendría con la familia Schuyler era inevitablemente angosto y por lo tanto: Preocupante.
Muy pocas personas sabían lo que era batallar con los arreglos necesarios para unir a dos jóvenes de familias poderosas, establecidas y con una preocupante cantidad de dinero bajo su nombre. Qué extraña parecía la vida normal una vez que las personas olvidaban poco a poco la carencia inimaginable y consecuencias de la época de la iluminación.
Si el mayor general Philip Schuyler preguntaba por las costumbres de los varones de la familia Laurens y su relación con el ambiente lealista en Europa; Henry Laurens le respondía sobre la vasta cantidad de corrupción e impurezas sucediendo al rededor del mundo y cómo esas influían en el carácter benevolente y astuto de un caballero moderno. Justificando a los tutores privados, los internados, estadías, y por supuesto la prestigiosa asociación a Middle Temple.
—Usted sabe, honorable general, mi abuelo el señor Henry Laurens primero piso tierras neoyorquinas antes de decidirse por Carolina del Sur.
Una ceja arqueada y ambas manos en el bastón, su apariencia era idéntica. Sus posiciones como sea, chocaban como el chirrido que el viento provocaba en una tarde nublada.
—¿A caso estaba intimidado por la fertilidad y oportunidad de esta ciudad?
Una risa sonora y falsa hacía que ambos se estremecieran en sus asientos.
—Al contrario su honorabilidad, es porque definitivamente le parecía muy poca cosa.
Si Henry Laurens se atrevía a preguntar sobre la situación de fertilidad en la familia Schuyler y la razón por la cual sólo habían concebido tres hijas, El general le respondería amablemente que su complicada y ajetreada vida de militar lo dejaba con muy poco tiempo para cuestiones familiares y por lo tanto presencias femeninas en el hogar eran indispensables para el óptimo funcionamiento de la propiedad. Cosa que cualquier hombre distinguido de la sociedad colonial necesitaba saber.
Era un ritual o una danza que a ambos les gustaba bailar, pero en la última semana antes de hacer el compromiso público: los dos no dejaban de aterrorizar a sus hijos con su constante presencia en ambas casas.
—Los dotes legales de mi Angie son suficientes y no demasiado, con dos mil será suficiente ¿Qué tipo de esposo dependería de la mujer? ¿A caso el valor del trabajo no se ha inculcado en el seno de una familia tradicional como la suya señor Laurens?
—Apreciable señor, déjeme decirle que para nada estoy cuestionando lo que su familia quiera determinar cómo regalo de iniciación; Mi intención era informarle que si en realidad espera que los jóvenes decidan no alejarse de Nueva York, lo mejor sería darles una cantidad inicial segura.
—¿Y la herencia del muchacho? No me diga que planea hacer que sobreviva a flote con el dinero de su servicio como un hombre sin honor o legado. Mi Angie es una muchacha que requiere la mejor de las atenciones y cuidados, pero no veo a demasiados empleados o sirvientes en su hogar.
—Si no tenemos empleados o sirvientes al momento es porque nuestros valores son todos aquellos que nos permiten avanzar hacia el bien con integridad ¿A caso no es mejor enseñar eso desde una edad temprana a tener que corregir malos hábitos en el futuro?—Henry Laurens seguía caminando en círculos al rededor de la mesa del centro— Y jamás tendrá que preocuparse por la servidumbre en la casa de su hija como una integrante de la familia Laurens, a nombre de mi Jack hay alrededor de 40 negros que pasarán a ser su propiedad en cuanto se quiera mover a la finca que le corresponde.
–¿40? ¿No cree que es una cantidad arriesgada para un joven que jamás ha estado al mando de un hogar?
—Jack es inteligente desde el día que nació, y siempre ha sabido bien cuál era el futuro que le deparaba—Henry miraba hacia las pinturas que colgaban en su oficina, particularmente la que tenía de su hijo mayor sin su uniforme militar—. Creo fielmente que su tiempo en el ejército es suficiente prueba de que está listo para esta nueva etapa de su vida.
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Friendship
FanfictionJohn Laurens es un soldado que sobrevivió a la guerra de independencia, destruyendo su aspiración principal de morir con un propósito entre las manos, y resultándose a una penosa continuación. No tiene demasiado en común con Angelica Schuyler; una f...