Friendship

Letter from the past

(Esto es un pequeño especial por las 7 mil lecturas por eso es bastante corto, espero que responda algunas de sus preguntas)

-Solo entregue esto.- La voz de la mujer moribunda se hacía cada vez más débil- No me queda mucho tiempo.- decía la mujer en sus últimos momentos.

-¿Pero que pasará con la niña?- La dama de compañía que se encontraba junto a ella estaba dejando ver su preocupación en máximo esplendor.

-Mi bebé estará bien...- su tono dejaba ver que estaba ya en sus últimos momentos de vida- Entrega la carta, te lo ruego.-

-Así será.- La dama de compañía dejó caer unas lágrimas al ver que la mujer que yacía junto a ella daba sus últimos respiros.

La dama de compañía presenció como la señorita cerraba sus ojos dejando el mundo, y dejando a su propia hija.

-Frances... - la mujer moribunda dejó ir, susurrando con sus últimas fuerzas para finalmente fallecer.
——————————————————————————————————————

-¿Hermana?- Mary Eleanor y Martha yacían en el ático de la residencia Laurens, ambas enfocadas en la bóveda celeste.

-¿Sucede algo Mary?- replicó Martha, pero lamentablemente se quedó sin respuesta.

Generalmente ella y Mary se quedaban en situaciones así. Dónde el amor fraternal dominaban pues ambas sabían que ambas eran el mayor confidente de la otra.

Martha acariciaba suavemente el pelo de Mary, y en situaciones como esa podía ver el recuerdo de su madre estampado en su hermana menor.

Martha miraba directamente a su hermana y como la luz de la luna alumbraba su rostro con pecas. Solo por esas veces eran por las cuales Martha podía decir que tenía una razón muy fuerte para seguir adelante y luchar por su familia.

Atesoraría a su hermana con todo su ser, muy en el fondo Martha sentía que su pequeña hermana era el vínculo que los conectaría para siempre con su madre.

Aunque Martha se sentía derrotada porque no pudo recuperar y restablecer su relación con su hermano mayor, Mary le daba esa sensación de esperanza para toda su familia.

-¿Que crees que esté haciendo Henry Jr. ahora?- Mary pregunto sin sacar su atención de las estrellas.

-había dicho que tenía mucha prisa.- Martha alegó en respuesta.

-¿A dónde fue?-

-Creo que había ido a la oficina postal a recoger el correo.-

-¿Tenemos correo?- los ojos de Mary se expandieron con incredulidad. Era cierto que era muy extraño recibir correo de esa manera.

-Supongo que suena extraño.- Martha respondió sonriendo. La hora de dormir de Mary se había pasado por media hora.

Bueno, quizá y podría hacer una excepción solo por esa noche. Continuó acariciando el pelo de su hermana hasta que sintió una sensación somnolienta.

-¿Hermanita?- Mary logro despertar a Martha que se encontraba a punto de cerrar los ojos.

-Deberías dormir de una vez, no quiero que estes cansada.- Martha murmuró con pocas ganas, había sido un día cansado.

-¿Puedo preguntarte algo antes de dormir?-

Instintivamente Martha volteó para quedar frente a su hermana.

-Sabes que puedes preguntarme lo que quieras.- Martha sonrío.

-¿Crees que la señorita Mannings y su bebé estén bien?- Mary se hizo camino entre los brazos de su hermana mayor, con cierta preocupación.

-Seguramente ya estén con el papá del bebé.- respondió Martha abrazando a Mary.

Martha Mannings era la hija de uno de los trabajadores de su padre, había alojado a John y Henry Jr. Cuando estudiaban en Europa.

Cuando su padre las alejó un tiempo de Carolina del Sur por los constantes enfrentamientos, fueron a dar a la casa de los Mannings.

La familia Mannings las recibió con mucha calidez, el Sr. Y la Sra. Mannings siempre se esmeraban por mantener su casa como un lugar alegre. La menor de la familia Mannings, La Srta. Martha Mannings era una muchacha hermosa y siempre sonriente, con una hija de apenas dos años llamada Frances.

Martha y Mary conocían muy poco acerca de la familia con excepción de que su hermano, John, había sido buen amigo de Martha Mannings. Eso no impidió que poco a poco crecieran a integrarse muy bien con ellos.

El paradero del padre de Frances siempre fue algo que desconcertaba a las hermanas Laurens e incluso a los señores Mannings, por lo que sabían Martha había quedado embarazada antes del comienzo de la guerra y el padre de Francés era un soldado peleando por la independencia. Mary estaba fascinada con la pequeña niña.

Cuando su padre por fin decidió traerlas de vuelta a América, ambas se enteraron de que Martha iría a Francia a reunirse con el padre de Frances, sin embargo jamás se enteraron cuál fue el desenlace.

Ya habían pasado casi siete meses desde el suceso, ambas deseaban que Martha y su bebé se encontraran bien pues las estimaban bastante.

Pero nada era realmente seguro, la guerra era un gran mar de tragedias y lo mejor que podían hacer era tener esperanza.

-Rezaré para que pueda volver a jugar con Francés...- Mary hablaba bastante bajito, era señal de que el cansancio por fin hacía efecto. Martha no pudo dejar ir una sonrisa al verla.

-Descansa Mary, sueña con mamá y con James.-

-Te quiero Martha.