Signos de amor [ZODIACO Yaoi/Gay]

🌟ESPECIAL: final🌟

FELIZ AÑO NUEVO<3 VOTA Y COMENTA, POR FAVOR.

Es el especial final y es largo, así que por favor tómate tu tiempo jjijsksjk<3 y en especial, disfrútalo<3

—¡Te prometo que es una casa preciosa!—dijo Ofiuco, sonriendo abiertamente. Cetus parpadeó para no volver a quedar bobo con la sonrisa de su novio y asintió. Total, imposible que con esa sonrisa estuviera mintiendo, ¿no?

Frente a la fachada de la casa, se permitió dudar un poco. ¡Pero vamos! Seguro que solo por fuera no estaba bien cuidada... Ofiuco se hizo con su mano y tocó el timbre. No sonó nada. Volvió a tocar y el botón quedó hundido tras la caja del aparato.

La serpiente abrió su boca en un pequeño "oh".

—Mi error—dijo entonces. El castaño rodó los ojos.

—¿Y si les llamas?

—¡Claro!—Ofiuco tomó aire. ¿Y eso? ¡Cetus se refería a una llamada de su celular—. ¡¿ALÓÓÓÓÓÓ?!

De saber que su novio tenía tanta potencia pulmonar, se hubiese tapado los oídos. Mas no pudo, y ahora escuchaba un pitido suave de fondo. Y agradecía que estuvieran en un pueblo chiquito con las casas tan alejadas entre sí, porque sino estaría revolviéndose de vergüenza en el suelo.

Medio minuto después del colosal grito, una señora mayor abrió la puerta.

—¡¿Sí?!—gritó desde el portal de su casa.

—¡HOLA, ABUELA! ¡SOY EL QUE ARRENDÓ ACÁ!

—¡AH, YA!

Si no fuera por el contexto, juraría que aquellos dos eran familia. La potencia de sus gritos era sin duda otro nivel...

Pero, ¿una señora tan mayor...? Miró con nerviosismo sus manos entrelazadas. Quizás se enteraba que eran pareja y los echaban de la casa. Quedándose sin lugar donde alojarse...

Daba igual. Prefería dormir en una plaza que volver a su casa. Y Ofiuco pensaba igual.

Por fortuna, la mujer hizo caso omiso de la relación entre los dos chicos. Por desgracia, la casa no estaba mucho más linda por dentro. Cetus vio cucarachas escurridizas huyendo de ellos, y la lámpara en el techo se balanceaba peligrosamente.

Apretó la mano de la serpiente, pero él no era muy atinado e intentaba hablar con la señora, que al parecer era un poco sorda.

—¡Acá está la cocina—señaló la mohosa habitación—, y ustedes se alojarán arriba! ¡Arriba hay dos cuartos y un baño y...!, ¡¿por cuánto se quedaban?!

—¡Dos meses!

—Un mes y medio...—susurró Cetus.

—¡Eso!

—¡Entonces síganme!—y caminaron a dos metros por hora tras la jorobada señora. Aunque, amable sí era.

Arriba no estaba mucho mejor. Por lo menos no había cucarachas: solo grandes arañas. Por poco y el castaño se desmaya. Ella los llevó al dormitorio, con una cama de una plaza y media, un velador y un clóset. La luz no funcionaba, pero les dejó velas y fósforos. Hicieron un tour por el baño (cuyo váter era más idóneo para vomitar que para su función esencial) y finalmente, se despidió de ellos y bajó.

Cetus parpadeó.

El tour más rápido de la vida del chico.

—¿Y?—Ofiuco se giró hacia él con una sonrisa de oreja a oreja—. ¿Te gusta?