Especial Navidad 3

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Los Akatsuki

La hermandad, es algo tan unido y perfecto en la universidad, prácticamente es como una segunda familia que jamás olvidarás, después de todo compartir la casa durante seis años aproximadamente es algo inigualable... claro, eso sería así si no estuviera con los Akatsuki.

-¡Vuelve aquí maldito!

-¡Tobi no hizo nada Deidara senpai, le juro que esta vez no fui yo!

Los gritos desde las escaleras nos hicieron pegar un brinco o despertar una curiosidad ante el "problema" que estaba ocurriendo.

-¿¡Entonces quién rompió esta pieza!?

Un rayo negro cruzó la sala tratando de evadir uno amarillo que se ensañaba a él buscando la manera de detenerlo, usando los objetos que se cruzaran frente a él y la mayoría se estrellaban contra los muros o muebles.

-¡No fui yo, lo juro!

En ese momento el azabache corrió hasta el árbol que estabamos decorando y por obra de la mala suerte su trasero golpeó con fuerza la escalera en donde me estaba apoyando para alcanzar las ramas que no tenían nada.

Mi equilibrio comenzó a perderse y cuando me di cuenta ya iba cayendo, así que cerré los ojos en espera de que el suelo golpeara con mi espalda, pero en eso unas manos se aferraron a mi cintura. Al darme cuenta que no había terminado como tapete, me encontré con los ojos profundos de Hidan.

-¿Estás bien?- asentí levemente y traté de bajarme, pero se aferró más a mí.

-Gracias, pero ya puedes bajarme- una sonrisa petulante atravesó su rostro y cuando me di cuenta su mano apretó mi trasero.

-¡Baka!- exclamé golpeando su cabeza con el puño.- ¡Ya bájame, tarado!

-Ah Ashuri, si nos estamos divirtiendo- se burló pegándome más a él.

-Hidan- ambos giramos en dirección a la cocina encontrándonos con unos ojos grisáceos.- Bájala ya.

-Maldición, aquí uno no puede hacer una broma.

En cuanto mis pies tocaron el suelo, sonreí a Sasori que no mostró expresión alguna y seguido de ello los brazos de alguien se aferraron a mi cuerpo.

-¡Ashuri senpai!, ¡Ayude a Tobi!- bajé la mirada para encontrarme con los negros del Uchiha que estaban llorosos, seguido de eso un estruendo nos hizo saltar.

-¡No te vas a esconder de nuevo en los brazos de Ashuri maldito!- amenazó un furioso rubio que nos miraba con recelo.

-¡D...De...Deidara senpai!, ¡Gomen!, aunque no haya echo nada- pidió temblando aquel chico sin soltarme.

-Deidara-san, tranquilizate, ni siquiera sé porque tanto alboroto- le pedí tomándolo de los hombros aún con Obito aferrado a mi cintura.

-¡Porque este imbécil rompió figura para el nacimiento!- gritó mostrándome un pequeño ángel de un peculiar color dorado.

-Etto...- murmuré sin saber cómo iba a ayudar al Uchiha en esta ocasión.

-Ah, gracias, era lo que me faltaba.

El segundo Uchiha de la casa entró a la sala con ese aire despreocupado, tomó sin problemas la estatuilla dorada y la llevó de vuelta a la cocina.

-Espera, ¿qué demonios?- preguntó el rubio anonadado.- ¿Por qué?

-Es el fondant para el postre- soltó como si nada haciendo reír a todos los presentes menos a ese de mirada azulada.

-¡Kuso!- balbuceó el chico saliendo de la estancia por aquel ridículo que había hecho.

Naruto-one shots. (PEDIDOS ABIERTOS !!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora