Naruto-one shots. (PEDIDOS ABIERTOS !!)

Tobirama Senjū

Título: El atardecer te hará visible

Pedido por: @_reyko_ (no me deja mencionarte :c)

Espero que te guste ^^.

Cuando era una niña lo único en lo que podía pensar era en la vida como una cosa efímera y carente de belleza; todo se basaba en la guerra, las muertes, sobrevivía el más fuerte, espiar para saber los movimientos del enemigo y sobre todo, nunca confiar en alguien. No era como si pudiéramos tener una vida tranquila ni una infancia para niños; éramos individuos que nacíamos con una kunai bajo el brazo para atacar en la primera oportunidad, así que al llegar a cierta edad la muerte no era algo a lo que temíamos, pensábamos que sería un paraíso en el mejor de los sentidos. Esa era mi vida, hasta ese momento.

Recuerdo que al tener seis años mis padres me enviaron al río con dos de mis hermanos mayores para acarrear agua, aunque fuera una tarea relativamente fácil, el ataque sorpresivo de un enemigo siempre era una posibilidad que tocaba a la puerta. En cierto momento mis hermanos me dejaron sola, tal vez para hacer una broma infantil o simplemente vieron algo que yo pasé por alto; en mi familia importaba más sobrevivir que preocuparse por los demás, después de todo éramos los mensajeros del jefe del clan, nuestra vida era "necesaria".

Cuando me quedé a la intemperie, expuesta a los peligros decidí caminar hacia la fuente de agua para ocultar mis intenciones de querer descubrir algún enemigo. En el momento en que mis tobillos tocaron el agua y comencé a llenar el gran cantaro que había cargado en todo el camino; al fin noté lo que mis consanguíneos habían observado.

Un par de adultos, uno de mi clan y otro del enemigo se veían fijamente en las orillas del río con dos niños frente a ellos, respectivamente; y fue en ese momento en que toda mi perspectiva cambió. No reparé en correr a los arbustos para evitar que notaran mi presencia, solo me perdí en él. Era alto para alguien de su edad, tal vez la mía, tal vez un poco mayor, no importaba; tenía ojos rojos profundos como el color de la sangre cuando chorreaba de los cuerpos en el campo de batalla, y su cabello, un hermoso color entre en el blanco y un rubio claro que se perdía en compañía de los rayos del atardecer.

Creí en ese momento en el amor a primera vista; no lo conocía pero lo quería a mi lado, alto, decidido, guapo y una perfección que no podía dejar pasar por nada del mundo; me sentía como una mosca rodeando un nuevo cadaver en la colección que los guerreros acumulaban, sin embargo solo yo quería merecer ese cuerpo.

Sentía que perdía mi razón, solo quería acercarme a él, para verlo más de cerca, para terminar de desearlo con fuerza, pero eso fue imposible. Cuando removí mis piernas para ponerme de pie, un agarre se afianzó a mi brazo con fuerza impidiendo que realizara otro movimiento que llamara la atención de esas personas que parecían estar a punto de comenzar una pelea.

-¿Qué carajo estás pensando loca?- murmuraron sobre mi oído aún aferrando mis brazos y piernas a su cuerpo.- ¿Acaso quieres que te maten?

Mis hermanos, esas voces eran de ellos, pero no me interesaba prestarles atención alguna, mi mirada seguía fija en ese sujeto, ¿Cuál sería su nombre?

Con el pasar de los días obtenía cualquier clase de excusa para dirigirme al río, tal vez, con un poco de suerte, sería capaz de volver a verlo una vez más. Sin embargo mi suerte no era mejor que la de una tortuga recién nacida y cada ciclo de horas se convertía en un martirio personal, porque al darme cuenta me había quedado con el deseo de volver a verlo, pero ese día hice una promesa; encontraría ese chico sin importar lo que pasara, incluso si tenía que deshacerme de todo el que se interpusiera en mi camino, tenía que lograrlo.

A partir de entonces dejé mi puesto como mensajera y espía para la familia del clan principal y comencé a formarme como una ninja de élite; los cuales se dedicaban únicamente a cuidar a los jefes del clan, lo cual significaba que estaría cerca de ellos y así mismo podía tener a mi alcance información de cualquiera de nuestros miembros, tal vez, de esa manera era como podría conseguir volverlo a ver; lo que no esperaba era que con los años estuviera destinada a algo más que mi objetivo.