Naruto-one shots. (PEDIDOS ABIERTOS !!)

Shino Aburame

Título: Aquello por lo que peleé.

Pedido por: franco48fu (no me deja mencionarte :c)

Espero que te guste ^^.

Creo que las cosas alrededor de la vida se dan de maneras muy poco comprensibles. Podemos crecer arraigándonos a ideas y tradiciones de manera tan ferviente, que al momento en que nos quitan la venda de los ojos de esa infancia memorable que muchos de nosotros, o no, vivimos; caemos en el borde de un pozo sin fondo, sin saber el cómo, cuándo o dónde de nuestra vida misma; sin pensarlo nos perdemos en un sendero que creemos conocer de principio a fin, al menos, sostengo que eso es lo que ocurrió conmigo.

El bullicio del lugar me molestaba, los llamados de los demás era desconocido para mí, después de todo la casa era mu callada, y a pesar de un insistente tironeo en mis pantalones, observé con más detalle la delgada línea de hormigas que marchaba sin titubeos por el marco de mi ventana; no me interesaba lo que ocurría, ellas eran más importantes que el resto de las cosas.

Flashback.

Esta era la tercera vez en la semana, no me sorprendía, pero en gran parte me sentía harto de la situación.

-¡Vamos Shimomura, danos lo que traes en las manos y te dejaremos en paz!

Mis extremidades temblaban, tener a alguien más grande y fuerte que yo delante de mí no me hacía tener la confianza de siquiera levantar la cabeza, pero tampoco podía entregarles lo que me habían confiado esta vez.

-¡Anda!, ¡no seas necio!

Así fue como comenzaron, los golpeas se sembraban en cualquier parte que mis brazos o rodillas dejaran expuestas, eran tan veloces y fuertes que caían como una lluvia torrencial que impedía un contrataque de mi parte, y aunque tuviera la oportunidad de hacerlo no sabía como lanzar un golpe, ni estar a la defensiva, yo era.. era...

-¡Ja!, ya está llorando- escuchaba que decían a la lejanía.

-Pobre tonto, no sabe ni dar una patada.

-¡Seguramente irá por su hermana para que nos de una paliza!

-¡Qué gracioso!, va dejar que una mujer lo defienda, es patético.

Hubiera preferido más golpes a las palabras, conocía toda clase de insultos, pero aún así cada uno de ellos dolía más que el anterior. ¿Por qué no era capaz de defenderme?, ¿por qué?

De pronto el dolor cesó al igual que las voces, no sentía nada; ya no había nada que me hiciera daño, ¿habría pasado tanto tiempo que se habían aburrido de mí?, ¿o es que acaso ya estaba muerto?

-Oye...-un tacto cálido y delicado tocó mis hombros, podía sentir el titubeo en ellas, tenue pero persistente.- ¿te encuentras bien?

Mi rostro giró un poco, aún sobre la tierra que me daba comezón en la cara, y fue cuando vi sus ojos, por primera y última vez. Eran claros, unos ojos avellana bien proporcionados en un rostro pálido y alargado que le daban un aspecto soñador. A pesar de eso fui capaz de percibir los raspones que se encontraban regados al rededor de sus mejillas.

Fue como un milagro para mi desdichada y mal aventurada vida, pero lo agradecí; quería decirlo, asegurarme de que aún estaba bajo mi poder lo que estaba protegiendo, aunque eso fue imposible; mis ojos pesaban y poco a poco perdí de vista lo claro de su mirar.

*****

Cuando abrí los ojos mi cuerpo dolía, el respirar también lo hacía, y aunque en primera instancia me descoloqué al no conocer donde me encontraba; todo ello se detuvo una vez que escuché un ruido al lado de mi cabeza.