Capítulo 16 - Verdades incomodas

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¿Qué me estaba sucediendo? Por qué no podía decir nada. La noticia que Kakashi sensei me había dicho se sentía fría y al mismo tiempo cálida, ¿Acaso, saber que Sasuke no estaba enamorado de otra mujer me producía alegría o una clase de consuelo? ¿Qué pasaba conmigo? Yo no debía de sentir estas emociones, ya no debía de sentirla, ya había decidido renunciar a mis sentimientos por él y había jurado no volverme a ilusionar ¿por qué sentía esto? Qué sentido tenía revivir aquella situación.

La mirada de mi sensei era fija y estaba segura que estaba buscando en mi rostro señales de alguna clase de emoción.

—¿No sientes curiosidad por saber la razón?

¿Qué pregunta era esa? Por supuesto que sentía bastante curiosidad, quería conocer la razón y quienes eran las personas que él estaba protegiendo, sin embargo, mi corazón se sentía adolorido, temía que sí todo aquello fuera verdad, me dolería aun más, ya que era bastante obvio que el regreso de Sasuke nunca se hubiera dado si aquella chica y su hermano no intervenían en su camino.

«Sasuke no hubiera regresado y yo, seguiría esperando su regreso» Que estúpida vida había tenido todos estos tres años, aferrada a una promesa que nunca hubiera sucedido o tal vez, mejor dicho, esperando un amor no correspondido.

—No—dije sin vacilación. —las razones las conoceré por la misma persona que las realizo.

Tal vez era una miedosa, pero ya no quería lastimarme nuevamente, ya no quería hacerme ilusiones vagas.

Observé el rostro de mi sensei y pude percibir que se sentía arrepentido.

—Respetare tu decisión. Aun así, trabajaras a lado de Sasuke dentro de la misión con la nación del Sol.

Sin querer alegar algo más afirme ante su resolución.

El día había pasado y este era el momento en que todos partiríamos a la frontera con la nación del Hierro para encontrarnos con el General Mifune y su gente, donde nos entrenaría y nos darían las bases y algunas técnicas Samurai. Claro estaba, que esto había una tregua ente Kakashi sensei, como del mismo general ya que el conocer las técnicas y bases de un sistema era sumamente peligros, esto pondría en peligro la misma seguridad de su elite y podría ocasionar conflictos, sin embargo, por alguna clase de acuerdo entre ellos, se pudo lograr que nosotros conociéramos algunas técnicas sin poner en peligro su información.

Ahora bien, el problema que había en estos momentos, era algo más que infiltraciones y técnicas, era; despertar después de una semana ajetreada y difícil en la clínica.

Levantarme se estaba haciendo lo más complicado que había realizado desde hace un gran tiempo, —y eso que recordaba a la perfección los entrenamientos duros con la señorita Tsunade— pero aquello no se podía comparar con el intento grande de levantarme. Esto resultaban ser de lo más complicado.

Para la misión no había sido necesario levantarnos demasiado temprano, de hecho, se nos permitió reunirnos a medio día ya que se esperaba que el general Mifune como otras personas que vendrían de la nación del Sol llegaran primero y ellos empezaran con todos los arreglos, por ende, tal vez corrieron más de ocho horas en las que permanecía dormida, —no tenía la menor idea—, pero creía firmemente que no había descansado lo suficiente, mis piernas no querían hacer nada, y mi mente estaba sumamente relajada y controlada, algo extraño durante este tiempo.

—Sakura, despierta.

Escuché la voz chillona de mi madre, que se abría campo en mi zona de confort. Los ruidos que estaba haciendo con las persianas eran tan molestos que parecían querer dejarme sorda.

Destinado a AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora