Llegué a mi casa exhausto, todo ese lío en mi cabeza me hacía sentir cansado...
Caminé a la cocina, abriendo el refrigerador en busca de algo de comer.
-Esther, querida... Ya puedes instalarte en el cuarto de huéspedes, ya está listo. -Escuché decir a mi madre en su habitación.
-Perfecto tía, ya empezaré a pasar mis cosas.
Ok, todo estaba a mi favor, eso sería una gran ayuda, ya por lo menos podría dormir tranquilo sin que su aroma me envolviera y sin temer a que Esther llegaría a tentarme por las noches.
Saqué una manzana y le di un gran mordisco, saboreandola...
-Hola primo... -Me sobresalté.
-Hola Esther. -Sonreí esquivando su seductora mirada.
Pero al notarlo caminó de manera sexy hasta donde me encontraba, sin quitarme la mirada, tomó la manzana que tenía en mi mano y mordiendola coqueta, me la entregó, no sin antes, ponerse de puntitas y darme un pequeño beso, apenas un roce entre labios comparado con los apasionados besos de la otra noche.
Luego caminó hasta mi habitación de manera muy seductora. No pude evitar mirar su perfecto trasero hasta entrar al cuarto.
¡Joder! Será difícil tener que resistirme a todo eso...
Me quedé ahí de pie como un verdadero tonto, terminé de comer la manzana y luego me dirigí a mi habitación, para encontrarme con Esther recogiendo sus cosas y llevarlas a su nuevo cuarto.
No pude evitar dedicarle una sonrisa burlona al verla llevándose sus pertenencias.
-No te rías Jon... - Dijo con un leve enfado en su rostro. - Ésto no ha terminado, el hecho de que me vaya de tu habitación no significa que lo haga de tu vida.
-Y no lo harás jamás... Eres mi PRIMA - Dije recalcando la última palabra. - Sólo eso... - dije un hilo de voz, casi intentando convencerme a mi mismo de eso.
Por un momento diría que esas últimas dos palabras le causaron algún daño pero al instante me di cuenta de que eso era imposible, ella sólo quería jugar y me lo había dejado muy claro...
Se levantó del suelo con una caja llena de sus cosas.
-Nos vemos en la noche primito. -Dijo guiñandome un ojo y saliendo de ahí , dejándome sorprendido.
¿Qué acaso esa niña no entiende? Mierda... Con ella todo es tan difícil.
Las 11:30 de la noche... ¿Porqué rayos sigo despierto? ¿Acaso la estoy esperando? Dios, voy a terminar enloqueciendo...
Decidido me levanté de la cama y le puse seguro a la puerta, ahora podría dormir tranquilo.
El despertador me despertó de un brinco... Desorientado me levanté de la cama, caminé hasta la puerta, con seguro, ¡excelente! Eso funcionó... Esther no apareció en la noche, incluso, creo que fue la noche más tranquila desde su llegada...
Y así lo continué haciendo, hasta que una noche...
Me asusté al sentir un peso sobre mí, abrí los ojos y me topé con la mirada seductora de Esther, quien se encontraba sentada sobre mi miembro.
-Pero qué.... -Casi grité, pero ella me calló con un beso.
Intenté quitarla pero me di cuenta que tenía las manos atadas al cabecero de mi cama. - ¿Esther qué coño estás haciendo aquí? ¿Cómo rayos entraste? - Dije cuando al fin se apartó.
Sonriendome ampliamente tomó una llave que estaba sobre la mesa de al lado.
-¿Creías que no conseguiría la forma de entrar a tu cuarto? Vamos Jon... no me subestimes.
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El juego de Esther
Короткий рассказEsta es la historia de dos primos que después de no verse por 6 años, se reencuentran, pero algo ha cambiado con Esther, ella ya no es aquella niña inocente que Jonnhy recordaba, ahora ella lo enredará en sus juegos eróticos. ¿Podrá Jonnhy resistir...