El Mago y la Princesa Imperial ✔️ Libro 0 ✔️ Deidades Arcanas saga ✔️ Precuela

Capítulo 42: Batalla Sangrienta #6

Owen había sido instruido en el pasado por el archimago de la Torre de Rignos, en un nuevo arte mágico creado recientemente por dicha eminencia arcana y que trataba de la combinación de dos tipos de lanzamiento de magia distintos, sellos y hechizos, con el objetivo de poder acelerar la velocidad del proceso de lanzamiento y minimizar el gasto total de maná, a la hora de utilizar una magia sumamente poderosa como la que estaba gestando ahora.

Esto era algo nuevo para el mundo arcano y, actualmente, casi nadie conocía sobre esto en el continente. Pero las ventajas al perfeccionar este arte eran simplemente enormes.

Por empezar, una magia excesivamente poderosa, difícilmente podría ser lanzada en combate utilizando un hechizo; debido al enorme gasto de maná que requería y al riesgo de recibir un fallo de lanzamiento, que podría causar daños permanentes en el mago ejecutante.

Por otro lado, hacerlo mediante el uso de los largos mantras mágicos de los conjuros o de la formación de cientos de distintos sellos mágicos con las manos, podría ser algo demasiado laborioso y lento. Básicamente, no sería efectivo en un combate entre potencias arcanas.

Lo que Owen Shan estaba haciendo era complementar lo mejor de estos dos tipos de lanzamiento, para acelerar al máximo el proceso de lanzamiento y disminuir el gasto de maná a su mínima expresión posible.

Esto no era algo sencillo de hacer. Se necesitaba un control preciso y perfecto de las manos, la boca y la frecuencia vibratoria del maná de uno; entre otros aspectos de menor importancia. Pero Owen había entrenado mucho esto. Y lo había hecho de una forma bestial. ¡Poniendo su propia vida en riesgo al hacerlo! El sufrimiento de años de duro entrenamiento arcano en esta área daría sus frutos hoy.

El Gran Mago terminó su sello-hechizo, gritando:

"¡Custos de Mons Igneus!" (Guardian del Volcán)

~ ¡Brruum! ~

~ ¡Brruuumm! ~

La tierra vibró con fuerza, la calle fue partida en dos y una colosal criatura de lava emergió; destrozando todo lo que se interpuso en su camino. El carruaje de madera, los cadáveres de los magos del Loto Rojo, la calle en sí misma y el hechizo de oscuridad de la maga.

¡Todo fue arrasado hasta no dejar rastros de su existencia previa!

La asesina superior era una veterana, con más de 100 asesinatos completados. Pero, a pesar de su enorme experiencia... ¡Ella jamás esperó algo como esto!

« ¡Debo escapar! » Este pensamiento fugaz e instintivo, fue lo primero que llegó a su mente ahora. Pero hacerlo no sería una tarea sencilla.

La colosal criatura de magma se abalanzó hacia ella, mientras encendía todo a su paso.

« La posada ya está completamente en llamas y la princesita ya debería estar quemada o ahogada. ¡Mi única preocupación es salir con vida de aquí! » La asesina se decidió, mientras comenzaba a recitar velozmente un conjuro de oscuridad. Realmente, ella hubiera preferido un hechizo rápido; que le permita irse cuanto antes. Pero había usado demasiados hechizos de forma continua y ahora no tenía la capacidad de otro. Si lo intentaba, probablemente recibiría un terrible retroceso de maná.

La monstruosa mano de la criatura de lava se acercaba sobre la cabeza de la asesina y comenzaba a gotear pequeñas gotas de esta sustancia extremadamente caliente.

La miembro de la Orden del Loto Rojo estaba a punto de completar el mantra de su conjuro escape; cuando una gota de lava, que se acercaba a los 1000 grados centígrados de temperatura, impactó contra su rostro por casualidad.

En tan solo un momento más, habría podido escapar con éxito de este peligroso lugar. Pero, el dolor provocado por esta pequeña gota de lava, interrumpió completamente su concentración y recibió un fallo de lanzamiento al instante; provocando un pequeño daño en su maná, el cual no era nada en comparación al dolor físico que sentía en su rostro.

La mujer no tuvo la oportunidad de chillar demasiado, ya que, al siguiente segundo, una enorme mano caliente la aplastó como si fuera un simple insecto.

El Gran Mago no podía mantener por demasiado tiempo a este colosal monstruo, debido a que el gasto de mana continuo era bastante excesivo. Pero, antes de dar por concluida su poderosa magia, puso mucha atención al entorno. Él sabía que, observando desde las sombras, probablemente tenía un archimago con el cual lidiar. Alguien antiguo y poderoso, que lo superaba en todos los aspectos arcanos que pudiera imaginar.