Capítulo 15: La princesa que perdió su inocencia (3)

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Luego de escuchar la segunda explosión, Alanna quedó algo conmocionada, mientras pensaba:

« El enemigo ha logrado pasar las fuertes defensas del palacio e ingresar hasta la zona central del mismo, a pesar de todos los encantamientos defensivos y soldados... ¿Cómo es posible que lo hayan logrado en tan poco tiempo? Para lograr pasar rápidamente por todos estos obstáculos, como si no fueran nada, se requeriría de un mago muy poderoso o quizás... no... »

Ella sabía la respuesta, pero no quería admitirla. Enterró estas emociones en lo profundo de su alma y se concentró en no dejar que fueran en vano, todas las vidas perdidas; en nombre de qué ella y su madre pudieran preservar las suyas.

Alanna sospechaba que el enemigo tenía la ayuda de traidores en el interior del palacio, de lo contrario, sería imposible el tan repentino avance de estos hacia este lugar.

El mago de túnica roja, luego de un momento, se detuvo en frente de un tubo metálico de color negro, que tenía un pequeño panel de cristal en su parte media. Este era su objetivo inicial.

"Asegúrate de destruir este lugar, para que nadie pueda volver a usar este enlace de teletransportación de nuevo. Y si logras enterrar vivos a los malditos intrusos, será mejor todavía." la emperatriz le ordenó esto al mago de larga barba blanca, con ira notable en su tono de voz.

Este mago se inclinó con serenidad, a pesar de la situación actual, y dijo:

"¡Ha sido un honor servir a su majestad y a su familia durante tantos años!"

Fruto de su larga experiencia en batalla, la situación extrema no lo superaría. De inmediato, regresó en sus pasos, hasta alejarse lo suficiente del grupo, y empezó a recitar algunos mantras en idioma mágico; poniendo encantamientos defensivos en los alrededores.

Finalmente, Alanna lo vio desaparecer en una esquina del pasillo.

Ella se quedó viendo a la distancia, por un corto periodo de tiempo, esperando a que el mago regresara y todos pudieran teletransportarse a su primer lugar de escape, la pequeña ciudad de Brazhaq. Pero, en el fondo, sabía que las anteriores palabras del viejo mago, significaban que esto no sería posible.

"¡Maldición! ¡¡NOOOOOO!! Agghhf..." los fuertes gritos de agonía del mago de barba blanca, se escucharon a la distancia.

Alanna se quedó atónita y aterrorizada. No quería creer en el hecho de que el enemigo haya pasado tan fácilmente a través de todas las defensas que se habían implementado en el palacio o que hayan derrotado tan rápido al poderoso y experimentado mago. Alguien que protegió a su familia, durante tantos años, no podría caer tan fácilmente. ¿Verdad?

Ella volteó su cabeza y miró al mago de túnica roja, que estaba comenzando a activar el panel de cristal del Enlace de Teletransportación. A Alanna no le quedó más que aceptar, con frustración y dolor, que los gritos agónicos del viejo mago significaban que no volvería a verlo otra vez.

Aunque este anciano no era su abuelo, ni tenía ningún parentesco real, ella había crecido viéndolo a diario. Para Alanna, este experimentado mago era alguien muy importante; que siempre la acompañó en el pasado y que debió ceder a sus caprichos de joven, en muchas ocasiones. Pero, ahora, sentía que no volvería a verlo otra vez y una lágrima de dolor se formó en su bello rostro.

El Enlace de Teletransportación que tenían al lado, se encontraba diseñado para transportar a todas las personas que se encontraran dentro de un rango de 3 metros de este. Y Alanna sabía que, el mago de túnica roja, estaba a punto de usarlo para desplazarlos a todos hacia su destino, en la ciudad de Brazhaq.

Ella miró con dolor a su madre, solo para descubrir que la emperatriz parecía estar tan destrozada como ella misma.

Pero, cuando estaban por marcharse, un sonido de algo pesado cayendo al suelo; retumbó con eco en el pasaje, detrás del grupo. Alanna se dio vuelta rápidamente, encarando lo que había creado este desconcertante y abrupto sonido.

A pesar de la oscuridad que rodeaba al pasaje, Alanna pudo divisar con horror, la terrible escena ante sus ojos.

El sonido fue provocado por el mago de barba blanca, que cayó abruptamente al suelo, derritiéndose a una velocidad notablemente visible; a causa de un líquido negro y viscoso, que contaminaba su cuerpo.

Una extraña sombra, se movió con velocidad aterradora a través de la oscuridad y pareció detenerse durante un instante, justo en frente del grupo. Era como si estuviera estudiando a sus objetivos.

Este sujeto sombrío, que vestía de negro y que se ocultaba en la oscuridad, desprendía una clara intención asesina, que parecía congelar del miedo a sus presas.

Como si fuera la mismísima muerte, apuntó con su mano al grupo, y susurró:

"Fera Ignis" (Fuego Salvaje)

De su mano, salió disparado un gran brillo de fuego, iluminando el camino a su alrededor; mientras se precipitaba hacia su objetivo.

Alanna supo que este resplandor se dirigía en dirección hacia su madre, que se interponía con su cuerpo entre ella y el mago, mientras sentía la conocida sensación de la teletransportación a su alrededor.

El extraño sentimiento volvió a asaltarla otra vez, en este preciso momento, susurrándole en el alma que este horrible acontecimiento ya lo había vivido antes.

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Notas:

Hola amigos,  tengo una pregunta para todos: ¿Prefieren leer dialogos como ahora, entre comillas inglesas, o con guiones tradicionales de la RAE?

Se subirá otro capítulo de inmediato al alcanzar los 10 votos .


El Mago y la Princesa Imperial ✔️ Libro 0 ✔️ Deidades Arcanas saga ✔️ PrecuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora