"¡Puedes dar la cara! Sé que te encuentras oculto por aquí cerca... ¡Bastardo de la familia Mistan!" Owen gritó esto con voz atronadora. Y probablemente todas las casas de alrededor escucharon su declaración con claridad. Pero ¿Qué les importaba? La enorme criatura de magma y el calor abrazador que sentían, era lo único que les preocupaba en esta fatídica noche a los pobres ciudadanos que vivían en esta ancha calle de la ciudad de Duphe.
Algunos de los guardias de la ciudad ya se habían acercado al lugar ante tal conmoción producida. Pero al ver el enorme caos y la monstruosidad gigante de lava, fingieron no ver nada y se marcharon a toda prisa. ¿De todas formas que podrían hacer ante semejante situación?
"Haha..." Una risa melodiosa y antigua sonó en los alrededores, mientras una delgada cúpula de maná se cerró por completo alrededor del Gran Mago y de su invocación gigante.
Solo alguien con conocimiento arcano podría notar esto, pero todos los sonidos habían sido bloqueados desde ahora para quienes estuvieran en el exterior de esta cúpula invisible.
"Joven, eres más perceptivo de lo que pareces", comentó un anciano calvo, que vestía con una túnica dorada y negra; mientras aparecía súbitamente desde la nada misma.
Owen sabía que probablemente el sujeto siempre estuvo allí, pero se encontraba oculto bajo alguna poderosa ilusión que ni él podía detectar.
"Veo que eres especialmente bueno para ocultarte", mencionó Owen, con sarcasmo en su voz. Y luego, agregó:
"Como seguro su excelencia arcana habrá notado, es probable que su nieta ya haya sido consumida por las llamas actualmente..."
El anciano observó hacia la vieja posada de madera, que ahora comenzaba a derrumbarse lentamente debido a la propagación del fuego, y mostró una ligera sonrisa en su rostro.
"Joven, lamento decirte que, cuando yo creaba esquemas más complejos que el tuyo, todavía no habías nacido..."
Owen frunció el ceño con fuerza al escuchar esto. El anciano tenía razón en burlarse de él. Quizás podría engañar a los asesinos de la Orden del Loto Rojo, pero no al creador de la marca de seguimiento que portaba Alanna.
"La posada debe tener alguna clase de túnel de escape subterráneo. ¿Correcto? Puedo sentir que mi bella nieta se mueve lentamente hacia el norte ahora..." indicó, con una amarga sonrisa, el archimago Mistan.
"¡Tch!", chistó Owen, con disgusto, y argumentó:
¿Por qué deseas tanto la cabeza de tu propia sangre? ¡Ella no representa ninguna amenaza para ti!"
"Lo sé. Y realmente no hay ningún problema con ella", sentenció el archimago, con amargura en su rostro.
"¿Por qué deseas matarla entonces...?" preguntó, Owen, mientras intentaba estabilizar su maná al máximo.
"Me temo que la razón real es más complicada de que lo crees, y el padre de la chica tampoco quiso entender la misma... Hay un importante motivo por el cual las familias Mistan y Enaran tomaron está dura decisión en conjunto. Dado que eres un hombre del más alto nivel en el mundo arcano, quizás puedas ser más comprensivo al respecto y no hacer las cosas más difíciles de lo que ya son actualmente". explicó el archimago, con el rostro ennegrecido.
Owen asintió con la cabeza; mientras comenzaba a notar que este anciano, en realidad no tenía la más mínima intención de hacerle daño a su propia nieta. Pero, aun así, lo haría.
Algo exasperado por esta contradicción, el Gran Mago, exclamó:
"¡Por Shiam! Anciano ¡Explícate de una vez!"
El archimago, extrañado, levantó una ceja y comentó:
"Así que también eres un creyente de Shiam, esto hará las cosas más sencillas..."
"¡No! Solo uso la puta expresión por costumbre. Ahora, no desvíes el tema y dime de una vez lo que quiero saber". Owen estaba gastando maná constantemente al sostener su enorme invocación de magma. Necesitaba decidir si este archimago se convertiría en un enemigo, o no, lo más pronto posible. Cada minuto que pasaba, su maná era drenado y su rival tendría más ventaja luego.
Pero si deshacía su invocación ahora, le costaría demasiado trabajo volver a realizarla y, además, el principal gasto de maná se daba al momento de levantar la misma. El Gran Mago había utilizado varias magias distintas en un corto periodo de tiempo y realmente dudaba de tener suficiente maná total para poder volver a crear a su mejor arma, otra vez, durante esta misma noche.
Owen Shan sabía que; sin esta monstruosidad de lava para respaldarlo, no tendría la más mínima chance de poder hacerle frente a un poderoso archimago como este.
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El Mago y la Princesa Imperial ✔️ Libro 0 ✔️ Deidades Arcanas saga ✔️ Precuela
FantasyEl gran mago Owen Shan, se ve envuelto en una serie de intrigas políticas, por parte de los distintos poderes del continente; debido a la búsqueda de una misteriosa joven desaparecida. Atrapado entre los intereses del Reino de Arcia y el Imperio And...