Capítulo 44: Una misión divina siempre tendrá prioridad

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"Es una pena, todo sería más sencillo si fueras un creyente del dios Shiam. Pero, aun así, apelaré a tu conciencia y te resumiré la situación", dijo el archimago, mientras negaba suavemente con la cabeza; como lamentando mucho este hecho.

Owen mostro una sonrisa sarcástica al escuchar esto, y dijo:

"Anciano, no te lo tomes mal, pero, por lo que sé, las familias Mistan y Enaran han contrataron a una orden de asesinos para librarse de tu hija, tu yerno y ahora de tu nieta, mientras simultáneamente orquestaban un golpe de estado en el Imperio Andrasin, y todo esto pasó con tu consentimiento y ayuda... Así que, vas a necesitar una muy buena excusa para no parecer un demente sin conciencia ante mis ojos".

El archimago, con total seriedad, preguntó retóricamente:

"Qué tal evitar la destrucción del continente entero tal cual lo conocemos... ¿Es una excusa lo suficientemente válida para ti?"

Owen se quedó mudo durante un momento, sin saber que decir realmente.

¿Cómo podría tener algo que ver el asunto de matar a una jovencita con la salvación del mundo? ¡Esto sonaba a puras patrañas para él!

"Comprendo tu mirada escéptica. Pero, deberías haber escuchado sobre las tres profecías finales de Shiam y, sobre todo, sobre la última, la cual aún no se ha cumplido... " El anciano tanteó sobre esto con calma, y no parecía estar molesto por la mirada de desconfianza de Owen.

El Gran Mago asintió levemente con la cabeza. Aunque no era un versado en los asuntos religiosos, de hecho, jamás les puso atención a estos; igualmente conocía algo sobre esta cuestión tan particular.

Esto era debido a que de las tres profecías de Shiam, quién actualmente era considerado como un dios en algunas partes del continente, dos ya se habían cumplido con total certeza. Pero, la tercera, la más terrible de todas, todavía estaba por llegar.

"¿Qué tiene que ver el supuesto nacimiento de un niño maldito que destruirá el continente entero con tu nieta?" la mirada escéptica de Owen, se había profundizado aún más.

Aunque todos sabían que las primeras dos profecías se habían cumplido ya, para muchos esto era tan solo una historia vieja. Varios siglos habían pasado desde la última de estas y la tercera todavía no había sucedido.

"Joven ¿De verdad conoces la tercera profecía? ¿Acaso no logras ver la similitud de esta con Alanna?", preguntó el archimago, frunciendo el ceño ligeramente.

Owen Shan se encogió de hombros, sin vergüenza alguna, y se quejó:

"Solo la conozco superficialmente, pero nunca le di demasiada importancia a su contenido exacto. Veras, la vida es demasiado corta y el mundo arcano demasiado interesante, como para estar perdiendo mi valioso tiempo en aprender asuntos tan abstractos como ese."

El archimago negó con la cabeza lentamente y explicó:

"Ya veo, lamento que pienses así, pero no te culpo. A tu edad, quizás yo también pensaba de una forma similar. Y con respecto a la tercera profecía inconclusa, esta dice así... -En el año donde la trinidad gobierna, las dos grandes estirpes, arcanas y guerreras, darán a luz a la princesa del oeste. Ella será heredera de un poder que jamás ejercerá y de una pureza que no podrá mantener. A la sazón, la doncella será tentada por la oscuridad en su lecho y de su vientre, germinará el destino maldito que contaminará el mundo, provocando un pandemónium. La voluntad de Shiam podría sucumbir ante el crecimiento de esta maldad absoluta..."

Owen lo meditó durante un instante y dijo:

"Aunque no soy bueno con este tipo de cosas, creo que lo entiendo. Con trinidad se refiere al Imperio Andrasin, al Imperio Elessar y al Reino de Arcia. Y las dos grandes estirpes serían las familias Mistan y Enaran. El resto se cuenta por sí solo, pero... ¿De verdad vas a matar a tu nieta por algo que dijo alguien hace tantos siglos atrás?"

El archimago tenía su rostro ennegrecido ahora y comenzaba a perder la paciencia.

"Joven, no es solo alguien. ¡Se trata del dios Shiam! Además, esto fue aseverado a través de una revelación divina que le fue dada recientemente al Gran Sabio de Shiam, en el ancestral templo divino. ¿Acaso crees que el líder de la teocracia mentiría sobro algo tan grave como esto?" El archimago habló con dureza, en un tono bastante más exasperado que el que usó antes.

"Lo único que sé con certeza es que buscan excusas para matar a una jovencita indefensa. Además, eres alguien del mundo arcano como yo y deberías saber que la Teocracia de Shiam, durante siglos ha reprendido brutalmente a todos los magos del continente. Y te lo advierto, anciano, las excusas usadas para masacrar inocentes por tan solo poseer un poco de talento mágico no me importan en lo más mínimo. ¿Por qué demonios seguirías a semejantes bastardos siendo un archimago? ¿Acaso estas senil por la edad?", reprendió Owen Shan, sonando algo indignado en su voz. En este momento, estaba seguro de haber tomado la decisión correcta al no haber disuelto a su invocación de magma. Para el Gran Mago, este anciano era solo un fanático religioso, que estaba loco de remate y, definitivamente, no creía en poder llegar a un acuerdo sensato con alguien así.

El Mago y la Princesa Imperial ✔️ Libro 0 ✔️ Deidades Arcanas saga ✔️ PrecuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora