—¿¡Que hiciste qué!?
Exclamaron dos voces al mismo tiempo, ellos con los ojos abiertos y el ceño fruncido, o esto último al menos Jossie, que estuvo a punto de darme un golpe (bien merecido) en el hombro, pero me aparté justo a tiempo. De tanto conocerla ya me sabía todos sus macabros trucos.
—Si, me inscribí en el puesto del chico de mantenimiento de los Caballeros. —admití en voz alta no sin vergüenza por haber vendido mi alma al diablo. —Estaba realmente desesperado, ¿De acuerdo? Todos los puestos están ocupados, incluso se acabaron los cupos en el club de lectura—Jossie parecía sentirse un poco culpable, después de haberme asegurado que siempre habría lugar para mi en su taller literario—y los de ajedrez no van a permitir que me una a su secta de nerds.
—Creo que no eres el indicado para hablar de nerds. —dijo mi amiga con una sonrisa afectuosa.
—Eso es denunciable, si aun quedan cupos en el club de ajedrez tienen que aceptarte...
—Es cierto Tae, pero prefiero no meterme en un lio con los chicos de ajedrez. Si no tengo un buen desempeño no obtendré los puntos necesarios para la beca, y no quisiera entrar por la fuerza en un club...
—¿Y crees que los chicos del equipo de futbol americano te darán mas puntos? Ni aunque hagas bien tu maldito trabajo esos salvajes van a darte crédito. —dijo Tae cruzándose de brazos y negando con la cabeza.
—No. Ellos no se encargar de evaluar mi trabajo. El futbol americano es una actividad extracurricular no independiente, es decir, no es manejado por los propios alumnos, si no que hay un entrenador contratado por la misma institución, así que es el entrenador el que me calificará mi desempeño y escribirá un informe mensual para que lo presente al profesor Farrens. Tengo todo perfectamente bajo control. —contesté, inflando el pecho con orgullo.
—No. Hay algo que no estas teniendo en cuenta... ¿Cómo vas a tolerarlos durante todo un año? Un año entero lavando la ropa de ellos, dándoles agua en los partidos y soportándolos...
—No todos pueden ser una pesadilla. —defendió Jossie, aunque insegura. —posiblemente solo sean inmaduros y se sientan inseguros en presencia de alguien mas inteligente, así que ten cuidado Finn. Intenta parecer un idiota como ellos.
—No soy nada bueno actuando, no puedo. —le recordé. —Y menos puedo hacer un papel tan despreciable como ese...
—Bueno, yo solo intento ayudar. —dijo ella cruzándose de brazos de mal humor— No entiendo porque no nos pediste un consejo antes.
—Si. Ahora vendrás a clases con moretones todos los días.
—Bueno, —trague saliva. —lo hecho, hecho esta, y no entiendo en que haría la diferencia pedirles ayuda, no pueden hacerme un espacio en cualquier maldito taller, incluso si quieren ayudarme, no tienen como.
Ambos suspiraron asintiendo de acuerdo a regañadientes, Josephine entonces recordó que tenía que irse para una reunión emergencia de su club. Siempre me quedaré con la duda de que puede ser tan urgente cuando hablamos de un club de lectura.
—Hay un lado positivo de todo esto, y es que tendré una vista privilegiada de todos los jugadores. —Tae alzó las cejas, sin creerse lo que escuchaba, un poco impropio de mi, que siempre me he concentrado en los estudios antes que en los chicos. —¿Que? El hecho de que sean infradotados no significa que no tengan buen cuerpo. Sin ir más lejos, tu hermano...
—No, por favor no sigas el hilo de ese pensamiento o vomitaré enseguida.
Lo creía realmente capaz, por lo que por el bien de su estomago y del mío decidí no terminar la oración y callarme.
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Jugar, ganar y enamorarse |✔
Teen FictionFinn Gley es un joven abiertamente gay que se vio obligado a realizar una actividad extracurricular, y para su desafortunada conveniencia había un puesto vacante en el equipo de fútbol americano: Mantenimiento. Así que si, debía comportarse como el...