7.

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—Pero claro que estas invitado, Finn.

—No estoy seguro...

—Ah, pero yo sí. —Steven apretó más mi costado contra el suyo y dio una palmada a mi hombro.

Había sobrevivido a duras penas mi primera semana como el 'tipo de mantenimiento' de los caballeros, manteniéndome siempre al lado de los "buenos" del equipo y esquivando a Yongmin y otros imbéciles.

Lo más difícil fue ignorar los comentarios degradantes y las humillaciones frente a las porristas, incluso fuera de los horarios de entrenamiento. Pero pude hacerlo pensando en Fred, quien soporta eso a menudo, quien tiene una paciencia envidiable y un optimismo solo semejante al de Allegra y particularmente irritante algunas veces.

Una semana es todo un logro de cualquier manera.

—Vamos. Todos los de nuestro curso estarán en esa fiesta, —y más gente. Las fiestas en casa de Steven eran conocidas por ser masivas, ya que vivía en una jodida mansión. —Y la pasarás excelente. ¿Que dices?

—Mmh... yo...

—¿De que hablan?

Thomas hizo su aparición entonces, todos lo recibieron en su círculo amistosamente, con sonrisas y saludos especiales típicos entre amigos de mucha confianza. Yo inmediatamente me puse tenso y apreté mis labios con incomodidad, pero no huí de allí. No le daría esa satisfacción. Me miró con el ceño ligeramente fruncido, e inmediatamente Steven intervino.

—Finn esta con nosotros ahora y no puedes ser un imbécil con él en este momento. —él puso una mano en mi hombro y yo le sonreí.

Pedí no terminar enamorándome de la atención y trato de Quincy, o estaría en problemas.

El resto no dijo nada, pero parecía silenciosamente de acuerdo con las palabras de mi curioso defensor. Thomas hizo un pequeño puchero que puede o no haberme parecido adorable y aceptó la condición a regañadientes.

—Estábamos hablando de la fiesta del viernes. —le proporcionó la información Leon. —Steven intenta convencer a Finn de que vaya.

—¿En serio? ¿Intentas convencerlo para ir a una de tus fiestas? Cualquiera en su lugar estaría agradecido y no lo pensaría dos veces antes de aceptar.

—¿Con cualquiera en mi lugar te refieres a alguien no popular? —pregunté con voz desafiante. Quizás fue la seguridad con la que Steven me defendió, pero me sentía valiente para probar suerte. —Porque hablando en representación de ellos, estoy seguro de que no tienen nada que agradecer, no por una invitación a una vana fiesta. Ni ellos ni yo como parte de ese fabuloso club de "asociales" si se nos puede decir de esa manera...

—Ciertamente los fenómenos como tú tienen que agradecer la oportunidad de poder hacer relaciones sociales con gente como nosotros. —dijo él de manera altanera.

Algo me dijo que detrás de esa capa de arrogancia no tenía muy claro lo que estaba diciendo. Por alguna razón, estaba seguro de que esas no eran palabras suyas.

—¿Eso es tu pensamiento o lo que repites de lo que dicen tus desagradables compañías?

A pesar de que tenía aptitudes de líder, parece seguir con los más canallas para ganarse su favor, ya que son una seria, ya sea por miedo o admiración. Tal vez Hanlon es inconsciente de este hecho, pero no lo justifica.

—Cállate. —ordenó con un tono que definitivamente NO fue sexy. —Tu presencia no hará de la fiesta un lugar mejor y están invitándote por pena, así que acepta y agradece con la cabeza gacha.

—Es una fiesta a la que irán un montón de adolescentes ebrios. No una oferta de trabajo. —gruñí entre dientes, mucho más irritado que antes.— Agradeceré a quien me invita porque es amable, pero no voy a besarle los zapatos porque me permita hablar con él. A algunos, la popularidad no se les sube a la cabeza.

Jugar, ganar y enamorarse |✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora