Sienna, ¿Como describiría la vida?, oscura.
Ella siempre a estado sola, y eso la ha llevado a no ser feliz.
Para ella el mundo no tiene colores, solo una nube gris
la cual no la deja ver más allá de los problemas.
Pero Sienna si quiere ver más allá...
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El fin de semana se me hizo eterno, o creo que fue porque estoy un tanto ansiosa por empezar a hacer cosas diferentes.
Estuve sábado y domingo trabajando en coffee (es una cafetería muy reconocida en la cuidad), pero lo mejor es que pagan bien y dejan trabajar medio tiempo a menores de edad.
Regrese a mi casa y no había nadie. A veces simplemente me gustaría saber como es tener una familia, un hermano que me moleste todo el día o una hermana que me saque la ropa sin mi permiso, o solamente dos padres que me amen.
Pero al fin llegó el día en que todo cambie para mi.
Voy entrando a la escuela, me dirijo hacia mi casillero, pero paro en seco cuando veo a Javier apoyado en este.
¿me esta esperando? O solo es casualidad.
Me voy a cercando un tanto insegura y me paro al frente de él.
—¿Hola? —digo nerviosa.
—Hola. ¿Cómo te llamas? Nunca me lo dijiste. —me pregunta sin preámbulos
—Ahh cierto, me llamo Sienna Hair —digo avergonzada, le ofrezco mi mano, pero el no la toma, solo la mira extrañado.
—Okey Sienna, te espero después de clases en el estacionamiento. No tardes. —ni siquiera me mira a la cara.
—Esta bie.. —no alcanzo ni ha terminar la frase, y el ya se había ido.
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Tocan el timbre, y es hora del almuerzo, voy camino a la cafetería hago la fila para pedir mi comida, cuando me doy la vuelta para ver alguna mesa vacía, no me sorprende no encontrar ninguna.
Otro día que tendré que almorzar en el patio, Sola.
¿Se dan cuenta de que la palabra: Sola, es muy nombrada en mi vida?
Pero me detengo en seco cuando a lo lejos lo veo. Javier está sentado en una mesa solo para el (como es de costumbre), bueno entiendo a las demás personas, el en verdad intimida.
¿Me voy a sentar con el?
Estas tonta!! Obvio que si
~¿Y si nos echa?
La vida es corta..
Sin pensármelo dos veces me acerco a su mesa.
Estoy frente a él, pero él está mirando su comida, esta tan concentrado en su almuerzo que no me ve hasta que me siento al frente suyo.
El levanta la mirada sorprendido, y lo comprendo, soy la única persona en esta escuela que se ha atrevido a sentarse con el.
O simplemente a hablarle.
—Ho-hola —tartamudeo, vaya ¿donde quedó mi confianza?.
