Sienna, ¿Como describiría la vida?, oscura.
Ella siempre a estado sola, y eso la ha llevado a no ser feliz.
Para ella el mundo no tiene colores, solo una nube gris
la cual no la deja ver más allá de los problemas.
Pero Sienna si quiere ver más allá...
Un motivo llamado: Ingrid, empezó a tocar la puerta como loca solo porque tenía hambre. Y eran recién las ocho de la mañana.
Cuando pensaba que no podía ser más molesta, nos despierta un día viernes temprano.
—Y ese es el motivo por lo que empecé con mi carrera de modelaje. —dice Ingrid concluyendo su historia.
—Ahhh.. —es lo único que digo, ya que no preste atención a ninguna palabra de lo que dijo.
—Y tu Sienna, ¿Que quieres estudiar? —ella cuestiona.
—Emm me gustan las cosas relacionadas con los libros. —aún no tengo nada en claro, solo sé que me encanta el mundo de la lectura.
—¿Haz pensado ser escritora y escribir tus propios libros? —pregunta curioso Javier.
—La verdad nunca lo he pensado.. —digo sincera.
—Pues deberías guardar como una opción la escritura. —me guiña un ojo Javier.
—¿Y tu Javi? —interrumpe Ingrid.
—Algo que se relacione con las ventas. Así poder ser eficiente en mi empresa familiar.
—¡Eso es genial! Hace tiempo que no voy a la famosa empresa Beader..
—Está como siempre, mi padre se rehusa a gastar dinero a beneficio de la empresa. —dice encogiéndose de hombros.
—Tengo una leve curiosidad de cómo es tu padre físicamente.. porque ya sé que en su forma de pensar no se parecen en nada. —explico tímidamente.
—Tienes razón, yo y él no nos parecemos en nada. —Javier dice aliviado.
—Quizás no se parezcan en su forma de ser, pero físicamente son iguales. —se mete la pelirroja.
—Lamentablemente...
—Por lo menos eres buena persona, inteligente y guapo.. —digo mirando mi malteada.
Y ahí es donde caigo en cuenta de que ya me expuse. Acabo de dar a conocer que encuentro lindo a Javier Beader.
Mierda.
—Así que me encuentras buena persona, inteligente y guapo, ¿Algo mas que agregar a este ser perfecto? —dice mirándome risueño.
No puedo evitar sonrojarme. —Ah si, se me olvidaba que también tienes un ego más grande que la Torre Eiffel.
—Vaya que grande... —puedo ver su doble sentido al hablar.
—Chicos, ¿Que vamos a hacer hoy día? —dice Ingrid, haciendo que aleje mi mirada de Javier. —Podemos seguir con el recorrido, conozco muchos lugares para visitar, y restauranes muy populares de Paris.
