Sienna, ¿Como describiría la vida?, oscura.
Ella siempre a estado sola, y eso la ha llevado a no ser feliz.
Para ella el mundo no tiene colores, solo una nube gris
la cual no la deja ver más allá de los problemas.
Pero Sienna si quiere ver más allá...
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—¡¡Sienna el pedido de la mesa cinco!! —grita Jonathan, mi jefe.
Me acerco rápidamente hacia el mostrador, tomo el pedido, pero el me detiene de golpe.
—En verdad me alegro que te vayas de vacaciones Sienna, te las mereces, pero debes bajar de la nube en la que estás, y ponerte a trabajar. —Jonathan me da un último apretón amistoso en el hombro, y luego se va hacia la cocina.
Mi jefe es muy simpático, pero cuando se trata de trabajo... es recomendable no hacerlo enojar.
Y él tiene razón, desde mi cumpleaños.. bueno para ser más exacta, desde que Javier me regalo un pasaje por dos semanas a Francia, no he podido dejar de pensar en eso.
A veces me quedo como tonta parada, mirando la nada. Pero en mi cabeza solo fantaseo con Yo y Javier en París.
Voy a la mesa cinco, le dejo los cafés y waffles a la pareja que está en esta.
Suspiro cansada, estoy desde las siete de la mañana acá, son exactamente las ocho de la noche, y mi turno recién termina a las doce.
~Quiero mi cama..
Suena el timbre de la mesa siete y me dirijo casi arrastrando los pies hacia allá.
—Buenas.. ¿Cual es su pedi- —me quedo callada de golpe, al ver a Javier y los chicos sentados en la mesa.
Todos me están mirando con una sonrisa en la cara.
—¿Que-que están ha-haciendo aquí chicos..? —tartamudeó al hablar.
—Venimos a ver a la chica rulos. —Dice emocionada Nati.
—Y también por unos ricos Waffles. —Recalca Max.
—Si.. pero venimos más por la mesera que nos va a traer los Waffles. —dice coqueto Javier.
Mierda.
—Yo.. emm.. si-si claro, díganme con que los quieren y se los traigo. —Javier por el amor de Dios, deja de mirarme tan fijamente.
Anotó como puedo el pedido, ya que me tiembla la mano de los nervios.
—Okey, se los traigo apenas estén listo. —No dejó que me respondan, porque prácticamente huyo de esa mesa.
Le dejo el pedido a mi jefe, ya que él aparte de jefe, también es el cocinero del coffee.
Suspiro de alivio, al ver que todas las mesas ya fueron atendidas.
