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𝐒𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥.

Parte 2

No mentía Natalia cuando dijo que el rojo me hacía resaltar...

Estoy en la habitación de Javier arreglándome, tengo puesto el vestido que me regalo Nati, y una chaquetilla de mezclilla, ya que son aproximadamente las cinco de la tarde y afuera hay mucho viento.

Escucho que golpean la puerta y de fondo escucho a Nati preguntándome si estoy lista.

Abro la puerta con una tímida sonrisa.

—Gracias a Dios.. creí que no lo usarías. —dice suspirando Nati.

—No tengo pensado salir corriendo, por ahora. —ironizo.

Ella suelta una risita para luego pasar y dejar un estuche lleno de maquillaje en cima de la cama.

Ahora que la veo bien, ella lleva puesto un vestido amarillo ajustado a su cuerpo muy bonito.

—¿Como te maquillas siempre? —me pregunta Nati.

—Solo uso máscara de pestañas...

—Natural entiendo, pero.. como hoy es tu cumpleaños, y uno muy importante, ya que ahora eres mayor de edad. Vamos a maquillarte un poco más, ¿te incómoda?

—No para nada, estoy lista para probar cosas diferentes. —digo decidida.

—Me alegra escuchar eso. —me guiña un ojo, para luego sacar un montón de maquillaje de su estuche.

Sigo todas las instrucciones que me da Natalia, y trato de moverme lo menos posible para no arruinar el maquillaje.

Así pasamos al rededor de media hora, después me arreglo el cabello, me lo plancho y me hizo unas ondas en las puntas.

—Para que sigas siendo la chica rulos. —me explica Nati al terminar con las ondas en mi cabello. —Ahora puedes ir a verte al espejo.

Sin pensarlo dos veces me levanto y voy directo al espejo que Javier tiene en su baño.

—Wow.. —no les voy a mentir, me costo unos segundos creer que esa persona que estaba en el espejo era yo.

—Si.. estas wow, te ves muy bonita. —miro a Nati a travez del espejo.

—Gracias Nati, en serio.

—Gracias nada. Somos amigas, las amigas hacen esto y más. —me abraza de costado, y yo sigo mirando mi reflejo con sorpresa.

—Sienna, ¿te puedo pedir un favor? —habla Nati de la nada.

—Claro dime.. —me giro para prestarle más atención.

—No lo dañes.

—¿A quien? —pregunto sin entender a lo que se refiere.

—Javier, no dañes a Javier. El a sufrido demasiado.. no sé si él te contó su pasado, con el cual sigue lidiando hoy en día... —dice con la mirada perdida hacia algún lugar de la habitación.

Enséñame tus colores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora