LA CENA

26 2 0
                                    

-Luke nos contó que había explotado tu experimento- comenta su madre mientras corta un pedazo de carne -¿Cómo sigues, cariño?-

-Bien, gracias…no fue nada grave-

Bajo la mirada a mi plato, a mí derecha está Luke y mi hermano, en una cabecera (quedando a mí izquierda), Jeremías, el padre de Luke, está en la otra cabecera, dejando a Bárbara, la madre de Luke frente a mí y mi madre a su lado.
Para mí ha sido algo incomoda esta cena, no es como las otras veces en las que solían preguntarme sobre cualquier cosa que estuviera pasando en ese mismo instante. Es como si ellos supieran que yo comienzo a entender el secreto que ellos guardan y en el que están involucrando a su hijo.
Siento que la mirada de Bárbara baja hasta mi mano izquierda, no me había cambiado el anillo y no pensaba hacerlo, así estoy bien el resto que se joda.

-¿Y ese anillo, Carla?- pregunta ella.

Mierda.

“Mayday, mayday” el desespero corría en círculos.

-Yo se lo regale- me salva Luke.

Es por eso que te amo.

¿Te amo? No, eso es muy cursi.
Me gusta pero no puedo amarlo, no puede repetirse la historia, no puede pasar lo mismo que pasó con Mike. No fue nada grave, es solo que él fue el primer chico que me gusto enserio y él fue un idiota que me traiciono durante todo el tiempo que estuvimos juntos…me traiciono durante dos años con la rubia teñida de Alicia Cotter, la odio, pero no por eso.
Mike fue mi primer novio a los quince años; a pesar de que admito que Luke es lindo, en ese entonces lo veía como mi mejor amigo y el que evitaba que me castigaran. Y Mike era el chico más popular del colegio ¿Cómo lo conocí? Veíamos historia juntos, y un día él se acerco a pedirme que lo ayudara con el proyecto y ahí empezaron las cosas, como en una típica novela, solo que sin el típico final.
Resulta que él y Alicia tenían un plan, el cual era lastimarme. Hasta el día de hoy no sé porqué lo hicieron. Yo nunca le había hecho daño a ella y ella de la nada viene a lastimarme…Deje de prestarle importancia porque Luke hacia todo lo posible por evitar que yo pensara en Mike.

-¿Y por qué no nos lo mencionaste hijo?- reprocha su madre –Sabes lo que eso significa en nuestra familia-

-¿Qué significa?- despierta la curiosidad de mi madre.

Oh. My. Fish.

¿Acaso no puedes dejar de ser tan curiosa, mamá?

“Mira quién habla” contraataca mi subconsciente.

Es diferente.

-Es tradición- dice Jeremías –Cuando un hombre de nuestra familia le regala un anillo a una chica, significa que esa chica se acaba de comprometer-

-¿Comprometer?- mi hermano se ahoga con el jugo que había estado tomando –No entiendo- se hizo el loco.

-Es la máxima prueba de amor en nuestra familia- dice Bárbara obvia.

Mi corazón se detuvo. ¿Es verdad?
De la emoción, el amor se desmayó.

-Estás roja- susurra Luke a mi derecha.

-Cállate- susurro de vuelta, mirándolo, veo la diversión en su rostro.

Maldito cara de nalga.

Siento que alguien corre mi silla, me sobresalto y me doy cuenta de que es Thomas quien la mueve hacia su lado con disimulo mirando a Luke con desconfianza. Es inevitable que suelte una risa nerviosa y todos giren su atención a mí.

Saben que odio esto, ni que fuera la mejor atracción del pueblo.
Aunque un tomate sí.

Muevo mis pies incomoda, pues ha reinado el silencio desde el último comentario de la madre de Luke. Lo miro de reojo y veo como mueve su silla para acercarse a mí, tomar mi mano, la cual ha estado escondida bajo el mantel y entrelazar nuestros dedos. Cursimente lindo. ¿Pero qué puedo hacer al respecto? Es Luke y temo que cambie su actitud, temo que este soñando.
Lo conozco demasiado bien, y cuando creo conocer cada uno de sus estados de ánimo aparece uno nuevo. Primero es cariñoso y en menos de un segundo es distante y frío. Es muy discreto en cuanto a expresar sus emociones.

-¿Qué crees que haces?- escupe mi hermano al chico a mi lado.

Aunque interrumpe nuestro cursi momento, estoy agradecida con él, pues me ha salvado de media noche metida en mis pensamientos sobre las posibles respuestas al porqué de las acciones de Luke.

-Nada, hermano- dice él siendo “cool”

-Te vigilo-

-Y yo a ti- digo en medio de risas, sé que debo parecer una morsa, pero me vale.

-¿Cómo van sus negocios?- mi madre interrumpe la “pelea” de Thomas y Luke, y de paso ahoga mi risa, ahora si presto más atención, puesto que Luke se acaba de poner tenso pienso que esos “negocios” pueden ser la reclutación de Luke.

-Bien- contesta Jeremías –Hemos pensado en que Luke podría tomar mi lugar en la asociación-

-¿Asociación?- pregunto con fingida curiosidad -¿De qué tipo?-

-Eso es algo que aún no entiendes- me reprende mi madre.

-¿Cómo que no?- contraataco –Tú dices que soy capaz de entender todo lo que me digan, mamá-

-No este tipo de cosas- dice poniendo fin a mi protesta.

Y ese es un punto a mi favor, mi madre está confirmando lo que nadie sabe y me incluyo…Ella lo sabe, está al tanto de que es esa dicha asociación ¿Por qué? ¿Mi padre también? ¿Es por eso que se marchó?
Luke me da un beso en la mejilla, queriendo decir que luego yo lo entendería todo, pero ¿Cuándo?

-La cuide de todo el mundo, menos de su mejor amigo- mi hermano susurra con la mirada en el techo y extendiendo sus manos, como si le reclamara al pobre techo de su fracaso.

-¿Cuántos tragos te tomaste?- le pregunto.

-Ninguno- me mira como si estuviera loca -¿Y tú?- arquea su ceja.

-Ninguno-

Luke toma mi mano por debajo de la mesa poniendo un pequeño papel sobre esta y posteriormente cerrándola, lo miro sin dejar que nadie más lo haga:

“No te duermas temprano, deja la ventana abierta”

Espero con ansias a que la cena termine y me despido antes que todos con la excusa de que me siento algo indispuesta. Lo primero que hago al llegar a mi cuarto es cerrar con seguro y ponerme algo cómodo, me quito el sostén y me pongo una camisa de Thomas que me tapa perfectamente el trasero.
Me siento en mi cama mirando fijamente la ventana, en menos de diez minutos Luke la había cruzado y me miraba intensamente.

-¿Qué me ves?-

-¿No podrías haber escogido algo menos…distractor?- dice ejerciendo presión sobre el puente de su nariz con su mano derecha y luego la pasa por su cara.

-Eh…no- me burlo de él poniéndome de pie.

ADIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora