Cuentos de un capítulo con alguna posible, quizá, continuación. Diferentes situaciones y universos alternos. Escenarios meramente ficticios, no se apoya la violencia de ningún tipo.
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Sabían lo que verían detrás de aquella puerta, no se sentían preparados, estaban tensos y tenían miedo pero no miedo de lo que verían, tenían miedo de no poder controlarse a si mismos, respiraron profundamente y Ross levanto la mano hasta la perilla de la puerta, sus dedos temblaban y sus manos estaban frías. Con lentitud abrió y se asomó con sus otros dos amigos detrás de ella, todos entraron y vieron lo mismo que estuvieron viendo los últimos días. Allí estaba Sora, con su sonrisa de siempre, esa sonrisa que transmitía ese sentimiento de negación, sus ojeras parecían estar más marcadas que antes y la comida del almuerzo permanecía intacta a un lado de la camilla, ella los miró como siempre y como si de una niña pequeña se tratase, de un pequeño salto se levantó para acercarse.
- ¡Hola! Tuve un sueño muy loco chicos –Todos se tensaron más de lo que estaban, la situación era difícil– fue una horrible pesadilla pero me alegra saber que es mentira. Todos estamos bien.
- Sora, debes escucharme –Su tono fue más brusco del que esperaba pero Ross tampoco podía ni sabía cómo lidiar con la situación– te estás haciendo daño.
- No lo hago, todo está bien, todos estamos bien, no sé de que hablas.
La sonrisa de Sora se hizo más grande pero en sus ojos se notaba aquella desesperación, esas ganas de huir y no aceptar la realidad, se acercó a un peluche y lo lanzó suavemente al aire en un juego donde trató de distraerse de las palabras de sus amigos.
- Sora, por favor...–Louis habló suavemente, realmente se esforzaba por mantenerse firme–
- Porque está es la parte donde me dice que es una broma y que todos estamos bien, porque así son las cosas, todos estamos bien.
A pesar del tono aniñado de Sora Jenn fue el primero en voltear la mirada y cubrir su rostro con la espalda de Louis, el ambiente era pesado y todos se sentían devastados ¿Por qué es tan difícil? Todos se preguntan eso pero era necesario hacer lo que debían hacer, romper aquella burbuja de negación dónde se había encerrado Sora era necesario.
- Sora –Esta vez la voz de Ross sonó más suave logrando que la mencionada la mirara manteniendo aquella expresión caotica– debes aceptar que él...
- ¡Todos estamos bien! Porque todos salvamos el día, fuimos héroes y aquí estamos. Logramos derrotar al villano, a los malos, salvamos a todos y luego salimos victoriosos y fuimos felices –Las voces de ambas chicas comenzaron a sonar al mismo tiempo–
En el pasillo todos escuchaban los pequeños gritos por parte de ambas, mientras una se encerraba dentro de su negación y decidía no escuchar algo más que no fuera su voz, la otra trataba de hablar y de hacer entender por completo la situación. A todos les dolía, todos se esforzaban por entender a Sora pero no podían, seguir viendo su deterioro con el paso del tiempo solo los lastimaba a todos, a ella en especial, no lo soportaban más, debían hacer algo aunque ese algo fuese más doloroso para todos. No importaba sentir un momento un poco más de dolor si con eso ayudaban a mejorar el estado de Sora, no tenían más opción ¿Que más podían hacer? Son héroes, se esfuerzan por salvar vidas sin importar que la suya esté en riesgo. Todos los ven como un rayo de esperanza, ellos son sus protectores, nadie piensa en el otro lado de la moneda, en que ellos también caen, también se golpean tan fuerte que sienten que no se podrán volver a levantarse, tienen límites. Y simplemente explotan.
- ¡Entiende que Hans murió! –Ese grito fue todo lo que se escuchó cuando el silencio reinó nuevamente– ¡Él murió hace una semana, acéptalo, no va a volver!
- ¡Lo sé!... Lo sé, yo... Lo sé.
La sonrisa de Sora se desvaneció por completo y se aferró a aquel peluche con el que jugaba, su rostro se contrajo en una mueca igual que la de los demás, todos se sentían al borde del abismo pero no de la misma manera que ella, Sora parecía romperse, se desmoronaba frente a ellos y ellos solo no podían hacer nada. Louis bajó la mirada mientras apretaba la mandíbula para evitar que las lágrimas cayesen, Jenn apretó la tela de la camisa de Louis mientras lloraba silenciosamente aún escondido tras él y Ross mordía su labio con lágrimas en los ojos mientras permanecía inmóvil observando a Sora.
El silencio pareció devorarlo todo, como si todo el ruido del mundo hubiese sido puesto dentro de una cajita y luego la hubiesen escondido, fue un silencio abrumador y denso, un silencio que solo fue capaz de romperse por la suave y destrozada voz de Sora.
- Lo sé, sé que ya no está... Pero está se supone que es mi historia, es mi historia, en mi historia él no puede estar muerto –La desesperación de sus ojos se hizo más notoria al igual que sus ojeras gracias a las lágrimas que caían continuamente ahora que aceptaba la realidad–
- Lo siento –Ross se abrazó a si misma mientras veía a Sora aferrarse a aquel peluche que le había dado Hans años atrás–
Se supone que los héroes son invencibles, son poderosos, los héroes son de alguna forma inalcanzables y todos creen en ellos. No importa si eres héroe o no, nada te prepara para ver como un villano asesina a tu pareja frente a tí, nada te prepara para abandonar su cuerpo inerte en el suelo y así poder rescatar a los rehenes. Nada te prepara para saber cómo lidiar con esa clase de perdida cuando el peso de las expectativas y esperanzas de muchas personas están sobre tus hombros. Aquel pequeño grupo de héroes lloraban desconsoladamente dentro de aquella pequeña habitación de hospital, destrozar aquella burbuja en la que se encerraba Sora les resultó más doloroso de lo que realmente llegaron a imaginar. No hay un manual de héroes, no hay un manual de vida, no hay un manual de nada que te prepare para el día en el que no puedes ser más un héroe, el día en que la máscara cae ante la cruda realidad, para que te advierta de lo difícil que será y aunque lo hubiera no explicaría la mitad de lo doloroso y traumante que realmente es.
