Au (Alternative Universe): Normal.
Advertencias: Mención leve a la depresión y el tema del "Bullying"
Afuera el día parece ser agradable, me gustaría salir, respirar algo de aire fresco y no estar encerrado entre cuatro paredes de diferentes habitaciones. El viento mueve las hojas de los árboles de manera suave, desearía ser como esas hojas.
- Connor –Miro frente a mí, él está sentado detrás de su escritorio con la típica tabla de anotaciones– te hice una pregunta, Connor.
- Lo siento, no escuché –Lo observo detenidamente, como siempre, analizando cada una de mis reacciones–
- Te pregunté que ¿Qué es la depresión para ti?
- ¿Por qué la pregunta tan repentina? –Sentí mi cuerpo tensarse y apreté la tela del pantalón blanco haciendo que marcaran mis nudillos–
- Sabes porque estás aquí, siempre te niegas a responder mis preguntas y eso no nos permite avanzar mucho. Ahora quiero que me respondas, cambiaremos las preguntas si te hace sentir incómodo –Acomodó sus lentes metiendolos en el bolsillo del pecho de su bata–
- Yo...–Apreté con más fuerzas mis puños y sentí que mi respiración se agitaba progresivamente– Yo... Está bien.
- Tranquilo Connor, respira. No estás obligado a responder.
Miré la punta de mis zapatos tratando de calmarme, mis ojos ardían pero no dejaría que saliesen lágrimas, mis dedos comenzaron a lastimarse por la fuerza que ejercía en el agarre de la tela y eso me daba una pequeña sensación de calma.
- Connor, necesito que respires. Tranquilízate, relaja las manos.
Sé que solo quiere ayudar pero es tan molesto, tan irritante ese tono monótono, si es tu trabajo al menos trata de hacerlo bien, no me importa si ves a cien personas en este maldito lugar, si tratas de calmarlos con ese tono de voz no lograrás una mierda pero... Sus palabras, quiero oír más de eso.
- Quiero... Quiero hablar antes de responder.
- Está bien ¿De que quieres hablar, Connor?
- De porque estoy aquí –Mis manos se relajaron y sentí como mis labios se tensaban haciéndome sonreír de manera forzada, como si estuviera feliz de hablar de eso–
Lo observé fijamente a los ojos, su rostro seguía neutro a la situación, no hay preocupación real, solo esa expresión profesional. Esa expresión de ya haber pasado por esto cientos de veces con diferentes pacientes. Ni siquiera responde, solo espera en silencio lo que tengo que decir.
- Yo no debería estar aquí.
- Pero lo estás, lo estás porque tu familia está preocupada por tí.
- No, no es así, es mentira, seguramente les pareció patético mi estado. Yo estoy bien, no necesito estar aquí –Mi voz ¿Por qué parece estar tan lejos mi propia voz? Tan suave y distante hasta de mí–
- Connor, no estás bien, solo trato de ayudarte. Déjame ayudarte.
- Yo estoy bien, de verdad, solo fue un intento y no creo que vuelva a ocurrir –Trato de sonreír pero sé que mis ojos, mis ojos me delatan, deben de mostrar todo lo que siento pero nadie lo ve, ni siquiera él que dice querer ayudarme–
- Está bien pero debes asistir a las citas de igual manera y hasta que no me dejes ayudarte no sabré si hemos logrado algún avance.
- Yo solo estaba solo...–Balbuceos, eso es lo único que sé hacer bien– No es necesario que se preocupen por alguien como yo. Ya cicatrizaron las heridas y he mejorado, lo juro.
- Connor, llevas un mes aquí, aún hay trabajo que hacer. Viniste aquí o bien te trajeron porque las personas a tu alrededor piensan que no estas bien. Según tu informe trataste de suicidarte, tu hermano menor te encontró y ahora estás aquí.
- Pero ahora estoy bien...
- Los antidepresivos son adictivos. No puedes ir por la vida tomando antidepresivos. Sería negligente de mi parte tan siquiera dar esa aprobación.
- No estoy deprimido y no necesito antidepresivos.
- ¿Quieres que cambie la pregunta? –Se inclina sobre el escritorio y vuelve a clavar sus ojos en mí, analizando cada uno de mis movimientos– ¿Por qué trataste de suicidarte?
- No lo sé –Volteo el rostro nuevamente y contemplo el exterior a través de la ventana– usted sabe, fue quien me diagnóstico con depresión.
- Sí, pero ¿Por qué?
- ¿Por qué estaba deprimido? –Sonrio suavemente con algo de nostalgia– no lo recuerdo.
- Es normal en casos como el tuyo ¿Quieres que te lea el informe? –¿Estará bien que haga eso? Está sujetando unos papeles que parecen ser el informe, con algo de curiosidad asiento– Muy bien. Vienes de una buena familia, sin antecedentes de violencia, vivías con tus padres y tu hermano menor. Un nivel económico estable, dicen que tenías un buen grupo de amigos pero hay dos versiones. Según tu hermano, sufriste acoso escolar y las personas que eran tu grupo de amigos fueron quienes lo hicieron. Luego de cinco años de vivir en un ciclo lleno de contantes abusos por tus compañeros tomaste una decisión, acabar con todo. Ahora Connor, dime ¿Por qué no lo hablaste con tus padres?
- Miedo –Miré fijamente el suelo quizá esperando que de la nada se abriera y decidiera llevarme hasta las entrañas de la tierra– se supone que debo ser fuerte, ellos solo estaban jugando, se supone que eran simples bromas de adolescentes. Es normal molestarse un poco... No podía dejar que me afectara ¡Soy hombre maldita sea! Debo aguantarme toda esa mierda porque tenía miedo de verme débil y eso solo me hacía sentir miserable. –Guardé silencio unos segundos analizando lo roto que estaba– Usted me preguntó que es la depresión para mí ¿No?
- Sí, puedes responder si así lo deseas.
- Creo que... Creo que lo haré –Dejé escapar una risa suave sin una pizca de gracia en ella– supongo que se siente como vagar, caminar sin rumbo constantemente, estar a la deriva en el vacío y aún así avanzar. Pero a cada paso sientes que se cae una pequeña pieza de quién eres, de lo que eres, como si te estuvieras desarmando con cada paso, aún así sonríes y sigues caminando porque debes estar bien, se supone que estás avanzando, pero te pierdes poco a poco y aunque trates de que alguien te ayude solo puedes sonreír, sonreír aunque las lágrimas te nublen la vista y te desorientes más en aquel vacío por el cual caminas. Y finalmente es como encontrar un sendero que te guiará a dónde debes estar y eso te hace llenarte de una falsa felicidad para finalmente darte cuenta que este no es el camino amarillo que debes seguir, y todo se destroza frente a ti, todo se rompe pero permanece igual, quien se rompe eres tú mismo y es desesperante y asfixiante.
Lo miré y le sonreí como si todo aquello que dije me hiciese gracia, como una burla hacia mi mismo. Él solo observó el reloj de su muñeca y dió por terminada la sesión, despidiéndose de mí mientras los guardias entraban y sujetaban cada uno mis brazos sin aplicar mucha fuerza, con la intención de guiarme a mi habitación.
- Hoy logramos algo, estamos avanzando lentamente Connor, eso es bueno. Espero que en la próxima sesión estés dispuesto a cooperar como hoy.
- ¿Por qué debe importarme cooperar? Usted solo quiere hablar de porque los maté.
Reí fuertemente mientras me sacaban de aquella habitación, reí para distraer mi mente de mis ganas de romper en llanto, reí para apaciguar mi corazón de aquella sensación pesada que invadía mi pecho. Reí porque sabía que no me arrepentía, no me arrepentía de nada, solamente de no lograr morir.
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El Rincón De Los Relatos
RandomCuentos de un capítulo con alguna posible, quizá, continuación. Diferentes situaciones y universos alternos. Escenarios meramente ficticios, no se apoya la violencia de ningún tipo. Ideas 100% originales, absténgase de realizar copias o adaptacione...