Cuentos de un capítulo con alguna posible, quizá, continuación. Diferentes situaciones y universos alternos. Escenarios meramente ficticios, no se apoya la violencia de ningún tipo.
Ideas 100% originales, absténgase de realizar copias o adaptacione...
Inspiración: Canción "Heater" Créditos al artista correspondiente.
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Sentado junto al ventanal de la cafetería observo a las personas pasar, hoy es un día de esos fríos dónde solías prestarme un suéter, no puedo evitar que los recuerdos me invadan. Es como aquel 3 de diciembre, recuerdo que me diste tu suéter, dijiste que me lucía más a mi y solo te agradecí pero por dentro estaba tan feliz; conversábamos como siempre, era un día cualquiera mientras caminábamos por la universidad.
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Recuerdo que te paralizaste y tus ojos no se despegaban de ella cada vez que pasaba, te tenía tan hipnotizado y aún no te dabas cuenta. Tus ojos brillaban al verla, tus azules cielo parecían dos lindas estrellas que se llenaban de alegría solo por ella. ¿Dios, por qué siento que muero?
¿No te das cuenta de lo que siento? Claro que no ¿Cómo podría imaginar tan siquiera rozar tus labios? Es algo estúpido mantener esta esperanza dentro de mí pero aún así no puedo evitarlo. Solo quiero que tus ojos me miren a mí pero siendo realistas no soy ni la mitad de lindo de lo que ella es. Jamás tus ojos brillarán así para mí.
Y ahí vas, te acercas a ella con esa sonrisa, con tanta confianza en tí mismo, le hablas y ella te sonríe. Ambos parecen brillar tanto que mis ojos se irritan y prefiero irme, no quiero ser la nube negra que opaque a tan brillante sol pero duele verte ¿Por qué no puedo ser ella?
Recuerdo que comenzaste a pasar menos tiempo conmigo, te gustaba más estar con ella a medida que pasaba el tiempo y es que ¡Dios! Es imposible odiarla, es un como un ángel, siempre atenta y cálida, aún así siento envidia, dime ¿Por qué no puedo ser ella?
Tu ojos solo la ven a ella, se iluminan y le sonríes, tus labios pronuncian su nombre lentamente, o eso me parece, tus manos acarician sus mejillas con tanto cariño. Hoy hace frío pero tú suéter ya lo usa ella. Me miras y sonríes, pero no es igual, quiero llorar pero no sería justo, tú estás feliz y yo solo deseo ser ella. Te veo caminar a lo lejos junto a ella, juntas sus manos y ambos parecen brillar tanto que mis ojos se irritan, observo el cielo y está tan brillante ¿Siempre hizo tanto frío?
Esa noche me hablabas como siempre, jamás lo notaste y no puedo culparte, dime ¿Acaso me verías como yo lo hacía? ¿Pueden llamarme cobarde por no atreverme a arruinar nuestra amistad? Tus palabras eran tan animadas, por supuesto hablabas de ella, decías sentirte feliz y yo solo deseaba ser ella.
¿Es estúpido desear probar tus labios? ¿Es estúpido quererte tanto? ¿Por qué aún me gustas tanto cuando tus manos ya sujetan las suyas? Tus brazo sobre sus hombros mientras le susurrabas cosas que la hacían sonrojar, en verdad es linda y siento que no puedo competir contra eso. Te acercas a ella más de lo usual, quiero odiarte pero te veo sonreír, ella lo hace igual, la besas, en verdad juntos parecen brillar tanto.
Ya no pasabas tiempo conmigo, te gustaba más estar con ella ¿Siempre hizo tanto frío? Aún tus ojos brillaban cuando la veías pero ahora ella siempre caminaba hacia a tí, se veía bien con tu suéter, dime ¿De verdad me quedaban mejor a mí o era mentira? Ahora solo la ves a ella, tus manos se deslizan sobre sus mejillas, tus labios acarician los suyos ¿Por qué debe doler tanto? ¿De verdad brillan o son mis ojos que deciden lagrimear?
Los días fríos se volvieron solitarios, solo podía verte a lo lejos con ella, tomaste la costumbre de rodear sus hombros con tu brazo y sus manos siempre entrelazadas, dejabas tantos besos como podías en sus mejillas, le dedicabas tantas sonrisas. Te veía alejarte cada vez más pero ¿Quien era yo para detenerte? No podía pedirte que te quedaras conmigo si ya eras feliz.
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Te ví pasar frente al ventanal de aquella cafetería, sonreías como siempre, ella junto a ti también lo hacía, no me notaste pero aún así te dedique una sonrisa a pesar de que las lágrimas de mis ojos amenazaban con escapar. Aun brillaban, casi tanto como el sol, pero ya no dolía solo se sentía como una calidez lejana que poco a poco caía en el olvido.
Eres feliz con ella y ahora me tocaba a mí, dejar de pensar en tí, debía seguir y dejar de pensar en lo que nunca iba a pasar. Ya no pensaría en besar tus labios, ya no me compararía con ella, ya no deseaba ser ella, tu suéter ahora era solo tuyo y mis recuerdos solo míos.
- Hey –Una voz conocida llama mi atención y sé que ahora son mis ojos los que brillan– ¿Estás bien, Jace?
Sus ojos me ven a mí, puedo ver si preocupación en su rostro y sus manos acarician mis mejillas. Se siente cálido ¿Cuánto tiempo desee algo así? Ahora que ya no siento frío el dolor se adormece y deja que mi corazón se acelere.
- Sí, Mark, solo pensaba en lo feliz que me haces. Brillas tanto que iluminas mi oscuridad –Sus manos secaron las lágrimas de mis ojos y sus labios se posaron sobre los míos–
- Brillo tanto como el sol, por eso te irrito los ojos –Reí ante sus palabras, mis dedos se entrelazaron con los suyos–
Sus ojos brillan al verme, sus manos se juntan con las mías ¿Así de cálido se sintió para ti? Dime, es maravilloso sentirse así. Me alegra no ser ella.