Premio y castigo

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Au: Normal.

Advertencias: Violencia leve.

Los días se habían convertido en una especie de tiempo que ya no lograba distinguir, dentro de aquella habitación se mantenía de manera constante una iluminación opaca

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Los días se habían convertido en una especie de tiempo que ya no lograba distinguir, dentro de aquella habitación se mantenía de manera constante una iluminación opaca. Él a veces apagaba las luces por lo que yo podría considerar horas, quizá días, ciertamente no lo sé, el concepto del tiempo se distorsionó completamente para mí y no podría decir con exactitud que fecha era, de lo único que era consciente es que llevaba más de 5 meses ahí.

Mi tobillo ardía, igual que algunas heridas, quizá llevaba una hora forcejeando con el grillete pero sin importar mis esfuerzos este no cedía.

Lo único que podía hacer en aquel lugar era acostarme en el suelo y pensar, pensar lo más que podía para tratar de encontrar una manera de escapar. Él no cumplía un horario. Al principio, después de recibir mi primer castigo, traté de saber la rutina que seguiría conmigo pero de manera constante él cambiaba sus hábitos después de un tiempo, si lograba establecer un horario en el que era alimentado él de la nada ya no lo hacía y pasaba días enteros sin venir a verme o alimentarme.

Luego de que mis intentos de huida fueran completamente frustrados, como castigo me dió el grillete, un grillete junto con una cadena de metal grueso que está firmemente anclado a la pared

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Luego de que mis intentos de huida fueran completamente frustrados, como castigo me dió el grillete, un grillete junto con una cadena de metal grueso que está firmemente anclado a la pared. Observé forzadamente mi tobillo lastimado, lo acaricié y sentí mis ojos arder. Quiero salir de aquí, quiero volver a casa y decirle a todos que estoy bien, quiero saber si alguien aún me busca, quiero ver a mi madre y decirle que la amo.

Estar solo me hace sentir miserable, ver mi cuerpo pequeño me hace sentir débil, quizá si fuese más atlético podría haberme defendido o tal vez incluso pude haber huido. Soy pequeño a comparación de los chicos con los que me solía juntar, nunca fuí muy atlético y jamás me preocupé por serlo, sabía que era débil y siempre evite conflictos físicos. Ahora desearía cambiarme, ser más fuerte, más alto, menos delgado, más musculoso.

El sonido oxidado de la puerta me saca de mis pensamientos, mantengo mis ojos en el suelo, él siempre me dice que no lo miré y llegué al punto de obedecerlo en todo para evitar más castigos.

El Rincón De Los RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora