La boda

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Au: Normal.

Advertencias: Angst.

Observé el contenido en mi copa, el borde de cristal manchado con mi labial

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Observé el contenido en mi copa, el borde de cristal manchado con mi labial. Observé el salón de fiesta, la iluminación tenue y de tonos azules y morados dejaba un ambiente cómodo.

Lo ví sentado en la mesa central, todos estaban contentos o eso parecía, sujetó su mano y besó justo encima de donde se encontraba el anillo, sus ojos se concentraban en ella ¿Y como no hacerlo? Se veía tan hermosa con su vestido de novia, Amber siempre fue hermosa pero esta noche se veía mejor que nunca. Sus ojos chocaron con los míos y me sonrió, por cordialidad le devolví la sonrisa, siguió conversando con Amber y mis ojos cayeron nuevamente a mi copa vacía, me sentía asquerosa, tal vez sea masoquista ¿Quién iría a la boda de la persona de la que está enamorada desde hace años? Pues yo, aquí estoy viendo cómo Steve, mi mejor amigo desde primaria y mi amor platónico desde hace años, se casa con Amber.

El traje le sienta bien, lo hace ver más atractivo, su cabello bien peinado, su sonrisa. Ahora toda la situación se sentía tan ajena a mí. La música se detuvo y algunas personas comenzaron a dedicarles buenos deseos, un matrimonio feliz y demás cosas que me hacían sentir peor pero trataba de disimular.

Le pasaron el micrófono y comenzó a hablar sobre lo feliz que es, sobre Amber, la mujer de su vida, lo mejor que le ha pasado. Inevitablemente mis ojos se humedecieron, sin darme cuenta ya todos aplaudían y él señalaba en mi dirección.

Alguien me hizo llegar el micrófono, observé mi alrededor, todos me miraban así que después de tragar con fuerza el nudo en mi garganta y sentir mis labios temblar decidí hablar.

- Yo... Estoy muy feliz por ambos, hoy es su día especial y espero que lo estén disfrutando –Miré como se abrazaban sentados en su mesa y sentí más ganas de llorar– al principio jamás creí que esto pasaría, nadie lo creía, cuando se conocieron parecían odiarse y mirense ahora –Reí junto con los demás para disimular mis lágrimas– aún recuerdo cómo Steve se quejaba de la pequeña rubia que le hacía los días imposibles. De verdad estoy muy feliz por ustedes.

Coloqué mi mejor sonrisa y pasé el micrófono a alguien más, los aplausos no se hicieron esperar y mientras alguien más hablaba caminé hacia la salida. Respiré profundamente mientras contaba mentalmente y me decía que todo estaría bien, las lágrimas se deslizaban lentamente por mis mejillas. Me senté en el suelo junto a la puerta sin importarme ensuciar mi vestido, me abracé a mi misma y observé el cielo lleno de nubes oscuras. Suspiré y me reí por ser tan tonta, no debí haber venido, pensar que si tal vez hubiese compartido mis sentimientos antes, quizá yo, quizá quien llevase el vestido de novia fuese yo. Acerqué mis rodillas a mi pecho y las observé como si fuese muy interesante ver cómo mis lágrimas humedecen la tela que las cubre.

Tal vez estuve 5 minutos llorando en silencio hasta que una suave tos llamó mi atención, levanté la mirada y me encontré con Devan el mejor amigo de Amber, caminó lo suficiente como para darme la espalda y lo ví elevar la cabeza al cielo

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Tal vez estuve 5 minutos llorando en silencio hasta que una suave tos llamó mi atención, levanté la mirada y me encontré con Devan el mejor amigo de Amber, caminó lo suficiente como para darme la espalda y lo ví elevar la cabeza al cielo.

- Es difícil ver cómo la persona de la que estás enamorado se casa con alguien más, es feliz con alguien más, ama a alguien más. –Su voz sonaba melancólica y suave, asentí aún sabiendo que no me veía y lo escuché reír con el mismo tono– Nos conocemos desde que nacimos, siempre estuvimos juntos, me di cuenta que estaba enamorado de ella antes de que conociera a Steve. Es estúpido pensar que el haberle dicho a Amber lo que sentía podría haber cambiado todo.

Volteó a mirarme y me sonrió triste, se sentó junto a mí y mantuvimos un silencio cómodo. Recordé el día que lo conocí, fue después de que Amber y Steve se comenzaran a llevar bien, Steve quería que saliéramos en grupo a ver una película y Amber fue con Devan. Ese día tanto Devan como yo teníamos la misma energía de incomodidad, ambos veíamos a nuestros mejores amigos coquetear entre sí, tal vez por eso comenzamos a hablar, gracias a qué los otros dos nos ignoraban, después de eso nos dimos cuenta de que teníamos cosas en común. Terminamos siendo amigos de secretos, el día en que Amber y Steve comenzaron a salir fuí a ver a Devan y lloré, le confesé mi enamoramiento unilateral y él me habló del suyo por Amber. Y ahora después de años ambos estamos viendo a nuestros amores platónicos casarse y ser felices.

- Es muy difícil... Me siento estúpida por aún tener estos sentimientos, ya nada va a cambiar –Apoyé mi cabeza sobre su hombro, cerré mis ojos y lo escuché suspirar– ya es tarde para hacer algo, no podemos cambiar el pasado, no tenemos un DeLorean para viajar a través del tiempo y poder hacerlo.

- Tú siempre con tus referencias ni deprimida las dejas –Nos reímos, siempre entendió cada una de mis referencias, incluso más que Steve– necesitamos a Doc Emmet, yo no sabría cómo armar esa cosa ¿Y de dónde sacamos plutonio?

- Me encanta cuando haces eso –Sonreí cuando sus ojos me miraron con confusión– cuando me sigues las referencias, ya sabes, desde que nos conocemos logras sacarme una sonrisa.

- Es que siempre me gustó tu sonrisa.

Me aparté para poder ver su rostro, dentro de mí toda la tristeza se había disipado y ahora solo estaba algo confundida, impresionada ante el comentario inesperado. El silencio se instaló entre nosotros y mantuvimos contacto visual. Después de conocernos nos hicimos muy unidos, siempre estuvimos para apoyar al otro cuando no podíamos lidiar solos con la carga emocional. Solo queríamos que nuestros mejores amigos fueran felices aunque no fuese con nosotros, aunque nos quedaremos en silencio con nuestro amor no correspondido.

Me acerqué a Devan y apoyé mi frente sobre la suya, su respiración chocó en mi rostro, cálido.

- Creo que es hora de buscar nuestra felicidad, no podemos vivir pensando siempre en lo que pudo pasar –Sus ojos chocaron con los míos, le sonreí aunque tuviese lágrimas en mis ojos–

Su mano acarició mi mejilla y se alejó de mí rostro, sus labios se movieron sin emitir sonido para decirme "Te ves hermosa" y de un momento a otro sus labios besaban los míos, en menos de un segundo mi corazón se aceleró, sentí mi estómago burbujear de nerviosismo y mis músculos faciales se tensaron ante la sorpresa pero, lentamente, cerré mis ojos y disfruté de la sensación de poder seguir, hacer una vida diferente a la que tenía planeada, dejar ir a mi primer amor y permitirme intentar.

El Rincón De Los RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora