Lost Boy

Capítulo 8: "Tengo miedo a la oscuridad."

Me estaba mirando, recorriendo mi expresión con sus bellos ojos azules.
Con un movimiento suave acarició mi cara con sus largos dedos, se sentían fríos pero el tacto de su piel hizo que el calor subiera a mis mejillas y la piel se me erizara; su aliento golpeaba mi rostro, la sensación era extraña pero me gustaba... Echó un ultimo vistazo antes de cortar la poca distancia que había entre nosotros.

Luke no movía sus labios al principio, tan sólo acariciaba los míos con los suyos, era delicado, como si tuviera miedo a que yo me apartara.. Pero no lo hice.
Fue abriendo poco a poco sus labios, lento, suave, acariciando cada segundo de ese momento, él tenía los ojos cerrados mientras yo lo observaba y pensaba en lo  perfecto que era su rostro.

Cerré los ojos y me dé deje llevar por él, por su dulce toque. Luke me estaba tomando de la cintura con una mano mientras que con la otra me tomaba de la cara, sentía que me faltaba el aire... él me quitaba el aliento, literal, pero no me quería separar. Era mágico, era como si nuestros labios encajaran a la perfección.

[...]

—Mackenzie, despierta ya, se te va a hacer tarde—, gritó mi madre tras la puerta de mi habitación.

Me levanté exaltada respirando fuertemente intentando llenar mis plumones de nuevo. Parpadeé una y otra vez para acostumbrarme a la luz. Cuando mis ojos estuvieron completamente abiertos busqué a Luke por toda la habitación, pero no estaba...

Todo había sido un maldito sueño.

(...)

—Hola,—saludé a los 3 chicos sentándome en la silla que quedaba frente a ellos.

—¡Hola, Kenzie!—respondieron al unísono.

—Genial, hoy sí están de buenas,—bromeé.

—Estamos tan de buenas que ya nos vamos. Iremos a mi casa—, dijo Ash con una sonrisa.

—¿Por qué se van? No pueden irse de la escuela.

—Claro que podemos y tú también puedes. Ven con nosotros.—me dijo Mike.

—No, yo no me iré. Tengo clases no puedo faltar,—me crucé de brazos.

—No seas aguafiestas, Mackenzie.—dijo Calum aventándome una papa de su plato.

—¡Hey!—lo miré mal—. Dije que no—, sentencié.

(...)

Nos bajamos del carro de Ashton cuando estuvimos frente a su casa, él se adelantó a abrir para invitarnos a pasar... Sí, me habían convencido.

—Calum, tú pide la pizza,—miró a Cal y él obedeció—. Mike tu ve por las bebidas—, le dijo ahora al otro chico.

—¿Y yo qué hago?—le pregunté a Ashton.

—Puedes subir a mi cuarto y traer mis bocinas, por favor—me dedicó una enorme sonrisa y yo asentí—. Subiendo las escaleras la tercera puerta de la izquierda—, indicó.

Fui escaleras arriba y me dirigí al cuarto de Ash. Cuando entré pensé que vería un gran desastre, pero para mi sorpresa estaba bien ordenado.
Ash tenía pegados unos cuantos pósters en su pared, de algunas bandas que no conocía. Terminé de recorrer su cuarto con la mirada y vi las bocinas, las tomé y salí.

—Ash, ya las tengo—, dije bajando el último escalón.

—¿Las puedes poner en el patio trasero?—gritó Ash desde alguna parte de la casa.

Sin responder me dirigí a la parte de atrás de su enorme casa, abrí la puerta de cristal deslizándola, vi una mesa pequeña y coloqué las bocinas ahí.