Amanda me cae bien, y es muy guapa. Si la hubiese conocido fuera de esta casa estoy seguro de que hubiese caído ante mis encantos. Al menos yo lo hubiese intentado, como siempre. Pero aquí no sirve de nada. He venido para sobrevivir y ganar un increíble premio económico para el resto de mi vida, no para ligar.
Y creo que lo puedo conseguir. Ganar el concurso digo, no ligármela. Aunque eso tampoco estaría mal. Estoy bastante mentalizado en llevar a cabo mi misión cueste lo que me cueste, y ahora me siento más fuerte mentalmente que nunca. No puedo despistarme con tonterías. Tengo clara cuál es mi función aquí, la leí en el interior de ese sobre negro que escogí hace unos minutos.
–¿Quieres otra copa? –me pregunta Selena.
Apenas la conozco, pero juraría que ya ha cogido el puntillo con tanto vino blanco.
Selena no es mi tipo. Y eso que tiene una cara preciosa. Unos ojos azules enormes que brillan con gran intensidad, una sonrisa casi tan perfecta como la mía, y parece muy simpática... Pero no, no es mi tipo. Su forma de vestir no es de mi agrado, y su cuerpo... no sé, nunca he estado con alguien así.
–No, gracias. Y creo que no deberíamos beber más hasta que llegue el resto de compañeros, ¿no crees? –digo con una media sonrisa seductora.
Selena se ruboriza.
Todavía faltan seis concursantes más, si no me equivoco. El último en entrar ha sido ese tal Carles, o Charles, no recuerdo bien su nombre. Y no me gusta. Intento ser agradable con él, pero hay algo en su persona que no me gusta.
La primero que no entiendo es porqué ha entrado por otra puerta distinta a nosotros. ¿Tendrá eso algo que ver con su función aquí en el concurso? No creo... su destino lo debe marcar ese sobre rojo que ha escogido. Pero entonces, ¿por qué no ha entrado por ese pasillo oscuro como el resto?
Y lo segundo que me ha despistado un poco de él, ha sido su actitud al ver a Amanda. Quizás Selena no se haya percatado de esto, pero yo soy muy observador y puedo asegurar que he visto algo raro entre ellos. Se han quedado un rato mirándose perplejos, sin saber como reaccionar. Él la miraba con los ojos muy abiertos y ella detuvo su paso nada más verle, pasmada, sin saber cómo reaccionar, hasta que por fin él se levantó para darle dos besos. Pero temblaba, ambos temblaban. Yo lo vi.
–Bueno, y ¿de dónde sois? –pregunta Carles mirándome mientras pega un trago.
No suelen gustarme los chicos, pero considero que Carles tiene algo. No es que sea guapo, pero tiene cierto atractivo que le hace interesante. Quizás solo fue eso lo que le pasó a Amanda nada más verle, amor a primera vista.
–Yo vivo en Leganés, Madrid, pero soy de Colombia –digo–. Nací en Cali, y allí estuve hasta los quince años, pero me tuve que venir por problemas familiares –no quiero tampoco dar más explicaciones ni entrar en detalles.
Si me pongo dramático a contarles toda mi caótica vida entenderían porqué estoy participando en este concurso. Pero prefiero guardármelo para mi.
–¡Sabía que eras de allí! Mi mejor amiga también es de Cali –me dice.
Le sonrío porque no sé que más responderle. Es simpático conmigo, las cosas como son, y tampoco quiero que haya malos rollos nada más empezar. Pero sigo pensando que algo extraño nos oculta.
–Yo soy de Mallorca, de un pueblecito muy pequeño que no conoceréis; Deyá –dice Selena feliz mientras bebe otro sorbo de su copa.
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La Casa del Lobo
Teen FictionLlega el nuevo reality basado en el famoso juego de El Lobo. Las normas son sencillas: • Los inocentes tendrán que huir • El Lobo matar Y solo uno de los 1o concursantes logrará ganar.