Carles

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Me ha dado un vuelco el corazón. Una chica que desconozco ha escuchado mi conversación privada con Amanda, y eso no me gusta nada. Ha aparecido de la nada y se ha plantado a nuestro lado sin que nos diésemos cuenta. Ha debido entrar por el baño, como Kingo y Valentín, y no hemos escuchado sus pasos por el pasillo. Estábamos tan metidos en nuestra conversación, que no vimos su llegada.

       Sigue parada a menos de un metro de distancia, y aprieta sus labios con rabia. Parece enfadada.

       –Hola –dice Amanda algo asustada.

       Ella no responde ni se mueve de su sitio. Me mira fijamente y me siento realmente intimidado por ella. Parece una chica muy fuerte. Está tonificada, y viste con un top que muestra su abdomen esculpido a la perfección y unos vaqueros estrechos. Sus brazos son como mis dos piernas juntas. Yo no lo entiendo, la gente parece que ha estado preparándose durante meses para entrar a La Casa del Lobo... Madre mía, ¡Ni que esto fuesen Los Juegos del Hambre!

       La chica nueva se abre paso entre nosotros dos sin abrir la boca. ¿Habrá escuchado lo de nuestra alianza? ¿Se lo dirá al resto de compañeros? Quizás nos interese tenerla en nuestro bando antes de que sea tarde, aunque me da un poco de miedo su actitud seria. Se marcha sin decirnos nada.

       Valentín la ve llegar y le da la bienvenida con un gran recibimiento, pero ella no le responde con la misma amabilidad.

       –¿Crees que habrá escuchado lo de nuestra alianza? –dice Amanda.

       Me encojo de hombros mientras la sigo con la mirada.

       –No es eso lo que más me preocupa –digo–. Yo solo espero que no sepa... lo nuestro.

       Miro hacia arriba en busca de alguna cámara que nos pueda estar grabando. Prefiero no hablar demasiado claro, Amanda ya me entiende. Si la nueva sabe que ya nos conocíamos de fuera, podría decírselo a nuestros compañeros y eso solo nos daría problemas.

       –Volvamos con ellos –me dice Amanda.

       Nos incorporamos con el resto y nadie se entera de nuestra llegada. Incluso me atrevería a decir que tampoco se dieron cuenta de nuestra ausencia, lo cual me alegra. La chica nueva ahora capta la atención de todos.

       Las pantallas vuelven a encenderse, y aparece la cara de Xavier acompañado de un fuerte aplauso del público que le acompaña en el plató. La nueva lo mira sorprendida y con la misma cara de odio con la que nos observaba a Amanda y a mí.

       –Bienvenida a la casa, Dora.

       Se escucha una risa burlona de Romeo al escuchar su nombre. Ella le lanza una mirada fulminante y éste se echa para atrás con cara de arrepentimiento. Ya solo le faltaba a Romeo tener un enemigo más en la casa.

       –Como ya sabréis, Dora no puede hablar debido a un problema que tuvo de pequeña en sus cuerdas vocales. Imagino que ya os lo habrá dicho... –hace una pausa–. Claro, ella no os lo ha podido decir –se ríe incomodo, pero, esta vez, nadie le sigue la broma.

       –Me caes mal ­–dice Kingo poniéndose de pie.

       Todos nos sorprendemos con la intervención de Kingo.

       –¿Cómo? –pregunta Xavier nervioso buscando quien de nosotros le ha interrumpido.

       –Qué me caes muy mal, tío. Y probablemente sea eso lo que esté pensando ella también –dice señalando a Dora–. ¿Por qué no te centras en hacer tu trabajo de presentador cutre y dejas de hacer chistes malos? Eres patético.

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