¿Destinos Robados?

Capítulo 4

Ser amado

Se despertó mandando a volar la sabana con desesperación, se sentó y se refregó la cara hasta que la piel le empezó a arder. Empieza a hartarse de los juegos maliciosos de su mente.

Miró a su izquierda, el espacio vacío y frío en su cama; esta vez Sasuke no se quedó con él. Estúpidamente se preguntó si tenerlo ahí habría evitado que se hundiera en sus sueños de nuevo. La respuesta es no, Sasuke no puede evitar esas cosas, pero tenerlo a su lado al despertar es su mayor consuelo.

Se volvió a acostar suspirando de frustración. Y se quedó mirando el techo, en la penumbra de su habitación oscura, en el sexto piso del edificio. Afuera también estaba oscuro y silencioso, aparte de frío, todavía es de madrugada.

Empezó a repasar su sueño.

Estarse sumergiendo en un agua que no lo mojaba solo era el principio. De repente, parecía estar dentro de otro sueño, o dicho de mejor manera, parecía estar viendo los preciados recuerdos de alguien más, porque definitivamente no eran suyos. Eran de Hinata. Una transición de imágenes de ella añorándolo durante años.

¿Por qué? ¿Significa algo? ¿Siquiera ese pensamiento tiene sentido?

Por cómo van las cosas, desde que aparecieron Sakura y Hinata, apenas ha cruzado un saludo con la que en sus memorias fuera su mujer. Sakura es con quien ha tenido más acercamiento, y eso también es aterrador ¿El sueño de ahora tiene el mismo propósito de entonces? ¿Por fuerza fijarse en Hinata? O para que no suene tan agresivo, ¿Esto significa que debe acercarse a ella ahora?

Sería un poco más simple si los sueños sucedieran en orden, cree que así podría entender mejor su posición y la de los demás en todo ese descabellado asunto. Porque, honestamente, está deseando darse una paliza a sí mismo, a la versión adulta, cansada y ocupada que consiguió todo lo que quería, pero que tardó años para finalmente fijarse en la persona que lo amaba, y solo un par de horas, o hasta menos, para decidir que le correspondería y que pasaría el resto de su vida con ella.

Según sus recuerdos, nunca se lo preguntó, pero ahora si lo hace ¿Qué rayos pasó ahí? ¿Cómo...? Simplemente ¿Cómo?

Sí, al parecer cumplió sus sueños, sus metas, y todas sus promesas también, pero detrás de cámaras eso no lo hizo plenamente feliz, porque solo estaba siguiendo un guion que nunca cuestionó, solo lo aceptó, y de nuevo, los sentimientos de los demás importaban más que los suyos propios. Solo se conformó, y externamente decidió que estaba bien.

Todo es como un rompecabezas con las piezas perdidas, y las malditas son rebeldes, ellas deciden cuando venir a alborotarlo.

Agarró la otra almohada y la presionó en su cara para ahogar un grito de loco mientras pataleaba sin control.

Cuando terminó el berrinche se acostó de lado con la almohada estrujada entre sus brazos. Miró con ojitos el lado vacío de su cama otra vez.

—Te necesito, Sasuke— susurró suavemente, esforzándose por mantener sus pensamientos centrados en él.

No quiere que todo lo que tiene ahora se vaya a la mierda por un movimiento estúpido. No quiere perder a Sasuke. No quiere arriesgar su futuro por señales de un pasado demasiado lejano, y probablemente hasta inexistente. Todavía piensa que es posible que tenga algún trastorno o algo parecido. Aunque Kiara le haya dicho que no cree que esté loco, pero que es seguro que otros piensen lo contrario y lo encierren en un manicomio.

Como siga cuestionando su realidad de esa manera, sí terminará internado.

Aun con sueño, pero sin intenciones de pegar el ojo de nuevo por paranoia, agarró su celular de la mesita a su derecha y comprobó que eran las tres de la madrugada con veintisiete minutos, bien podría volver a dormir como le ruega su sueño, pero la parte activa de su cerebro sigue dando alertas, así que no, gracias, no volverá a dormir.