¿Destinos Robados?

Capítulo 15

Sasuke ha aprendido a ser paciente, a tener control sobre sí mismo y esforzarse para no actuar como un imbécil... todavía está trabajando en eso último, pero la gente no coopera, así que es muy difícil.

Pero él es paciente; tener a Naruto como pareja le ha dado años de experiencia para sobrellevar cosas extrañas y molestas. Una parte de él cree que nada puede sorprenderlo, pero otra parte lo reta a esperar y admirar como puede estar terriblemente equivocado, como todo lo que creía seguro se vuelve en su contra y lo golpea en la cara sin guantes.

Por eso también es precavido. Si bien puede llegar a confiar en las personas, las circunstancias a veces no lo convencen. Hay una diferencia importante entre confiar y creer; la confianza implica el descanso y el desahogo, la certeza de que las partes involucradas darán todo de sí para resolver un problema, aunque solo afecte a uno, es el apoyo que se ignora llegará, pero estará ahí como una sorpresa necesaria. Creer es más un juicio, una decisión propia, la esperanza, más como una ilusión; no es seguro, pero importa mucho al profesarlo y recibirlo.

Sasuke confía en Naruto, eso está claro. Y elije creerle cuando él dice que todo estará bien. Aun cuando se están acumulando muchos factores para tener dudas, y sabe que hay problemas... mientras mira el contenido del sobre que encontró en su casillero ultrajado, todavía decide creer en la promesa de su pareja.

Naruto se fue hace apenas unos minutos, junto con todos los estudiantes de la facultad de derecho de su generación. Shikamaru prácticamente tuvo que arrastrarlo hacia el autobús porque el muy paranoico todavía estaba necio.

Oh, Sasuke muy a regañadientes tiene que admirar el buen tiempo de la persona que quiere joderlos. Esto es realmente para preocuparse y estar enojado, más porque no los están enfrentando directamente, puede decir que primero quieren romperlos emocionalmente, y puede apreciar la crueldad en eso.

Después de la visita a la oficina del rector, Sasuke va hacia su clase, bastante controlado, a pesar de que está deseando acorralar al menos a una de esas dos mujercitas que no tienen ni idea de lo que podrían provocar.

Es un recurso barato, bastante humillante si piensa en cuan usado es en las telenovelas que tanto le gusta ver a su madre junto a la señora Kushina. Lo que sí lo deja inquieto es el hecho de que literalmente se deshicieron de la puerta de su casillero y desarmaron su no tan inocente trampa cazabobos, incluso dejaron las partes cuidadosamente ordenadas en una cajita sobre todos los libros que guardaba ahí. No se llevaron nada, por el contrario, dejaron algo extra, aparte de la puerta nueva con exactamente la misma combinación en el candado, estaba ese sobre nada discreto lleno de fotografías comprometedoras que desacreditarían por completo a Naruto hasta en la siguiente vida.

Sasuke solo está algo molesto por tener que responder por algo que él no hizo, y porque deseaba tanto burlarse de la situación en la cara de la máxima autoridad del campus, que no tenía ni idea de quién autorizó el cambio del casillero y en qué momento se hizo. Era para dejar en ridículo a la institución completa, pero se contuvo y tan solo aseguró no ser responsable, y que ni siquiera había llegado a solicitar el cambio de la maltratada puerta del casillero, que muy necesario era.

Era lo que menos le importaba, honestamente.

Agradece que Naruto no esté cerca. Aunque represente un atraso en su no tan ansiosa misión de explicarle lo que está pasando, a Sasuke le viene bien su ausencia para poner en orden las cosas de su lado; tiene demasiadas piezas sueltas y las pistas son hilarantemente confusas.

Llega a su asiento y no se molesta en saludar a Andrew que está ofuscado en su computadora, tan solo chasquea los dedos frente al rostro concentrado de su amigo y se conforma con el asentimiento igual de desinteresado que recibe. Da un rápido barrido a todo el salón, saluda a Juugo y un par de compañeros más en las mesas del otro lado; Hinata tampoco vino hoy. Muy conveniente.