Capítulo 14

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Itachi por poco se pierde en la emoción del momento, cuando Shisui empezó a detallarle un viejo caso de hace varios años, la relación con su caso actual, y cómo es muy probable que se trate del mismo homicida, y que también tengan problemas desde muy arriba cuando esto sea reportado.

Pero entonces llegó la cena y la conversación giró hacia atrás, a recuerdos agradables de cuando aún estaban en la academia y un poco después. Su primer intento de arresto durante su etapa de patrullaje siempre era algo divertido y vergonzoso de recordar porque salió terriblemente mal, pisaron piso mojado en medio de una persecución y ambos terminaron enredados en el suelo, luego derechito a parquímetros por incompetentes.

Ya un poquito alcoholizado, Itachi no sabría decir en qué momento el nombre de Izumi se coló en la conversación, si habrá sido él, o Shisui, no lo sabe, igual eran hermosos recuerdos, pero esa mirada soñadora y la suave sonrisa de su oyente, desapareció cuando después de un silencio reflexivo Itachi dijo Creo que me voy a divorciar, y fue como si le hubiera dejado caer una caja de herramientas en la cabeza a Shisui.

Cientos de pensamientos y situaciones cruzaron por la mente de Shisui, y solamente fue de capaz de gesticular un torpe ¿Qué?. Y la risa vacía que soltó Itachi tampoco amortiguó el peso de sus palabras.

Muy resumidamente Itachi explicó lo que venía pasando en su familia desde hace unos años, cómo las cosas se enfriaron peligrosamente con Izumi, y cómo literalmente lo único que los mantenía juntos era Akari.

Había muchos factores para llegar a un punto de quiebre. Las cosas empezaron a ponerse tensas cuando la intimidad entre ellos disminuyó y no lo notaron, hasta que Izumi se cansó de las constantes ausencias de Itachi y solo lo enfrentó, la posibilidad de un engaño fue aniquilada y no brindó ningún consuelo. Fue entonces cuando ambos se dieron cuenta de lo separados que estaban. En algún punto, su relación se volvió pura camaradería, y cuando pensaron que aún se podría arreglar, Izumi empezó a ser presionada por sus padres de nuevo; querían un nieto varón, y su constante invasión solo ocasionó conflictos más serios. Izumi se distanció de sus padres, y eso la afectó mucho, aunque ellos no eran precisamente las personas más comprensivas del mundo.

La convivencia pacífica se terminó cuando Izumi no pudo soportar más frustraciones; lo que más la enojaba era la pasividad de Itachi con todo lo que salía mal, y lo poco interesado que se veía en querer arreglarlo. Itachi admite eso. No fue un buen esposo y no apoyó a su pareja debidamente. Mientras Izumi tenía problemas con su familia, Itachi los tenía consigo mismo. Tardó bastante en entender que estaba fallando y que ya no se sentía bien con lo que tenía.

Estaban juntos, pero no revueltos.

Ese cometario hizo que Shisui se pusiera aún más tenso y observara lo borrachito que se estaba poniendo Itachi, ya se había tomado la mitad de la botella que recibieron con el pedido, mientras que él ni siquiera había terminado su primer vaso tras la cena.

Shisui apenas había tenido consciencia para decir una que otra cosa solo para conseguir que Itachi siguiera hablando.

—¿Sabes?— dijo Itachi, después de recuperar la cajita del tiramisú de bolsa en el suelo a un lado del sillón donde se habían acomodado. Su voz no sonaba para nada sobria —Podrías decir algo. Lo que sea, solo para que esto no sea tan incómodo.

—Acabas de emborracharte en menos de media hora mientras me contabas cómo tu matrimonio está por acabar. No sé qué podría decir para que esto sea menos nefasto.

—Pfft, nefasto— se burló con un bocado del postre en la boca —Te ves más deprimido que yo.

Deprimido, no. Preocupado, sí.

¿Destinos Robados?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora