Capítulo 12

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—No me gusta, Naruto.

Una risa salió de su pecho, Sasuke se escucha duramente enfurruñado, no debería ser gracioso, pero el simple hecho de estar hablando con él mientras camina hacia la plaza es lo que lo hace dar cada paso.

—Creí que estabas apoyándome.

—Claro. Solo te hago saber lo que pienso.

Creyó conveniente enviarle una captura del mensaje de Sakura a Sasuke. No se arrepiente de haberlo hecho, así al menos no tendrá que preocuparse por ocultarle otra cosa o mentirle.

—¿Sabes que es lo que me molesta?

Sorteó a una mujer que intentaba calmar a su bebé en una carriola, en medio de la acera, no pudo evitar parar y mirar un momento a esa cosita llorona, tan pequeña y con tanta fuerza para gritarle al mundo que está ahí. Le sonrió a la madre cuando esta lo volteó a ver confundida, se disculpó en silencio y siguió caminando.

—Dime.

—Se supone que esta llamada era para discutir tu horario de estudio…— Naruto sonrió —No para calmarte mientras te vas a encontrar con una mujer.

Es extraño que Sasuke bromee sobre eso, pero sabe que también se está esforzando por mantener la compostura. Internamente, Naruto había estado deseando que Sasuke se negara a dejarlo ir a encontrarse con Sakura; y no es muy tarde, si acaso le dice que se dé la vuelta y regrese, lo hará sin dudarlo.

—No deberías parecerme lindo mientras finges estar celoso— Sasuke le parece lindo incluso en las situaciones más bizarras. Es un problema, pero es su problema.

Escuchó un suspiro, y luego un grito lejano de Akari. Sasuke murmuró algo y escuchó que se levantó a cerrar la puerta de su cuarto. Le había dicho que estaba trabajando en sus guías; en estos momentos, los exámenes es lo que menos preocupa a Naruto, pero sabe muy bien Sasuke no lo va dejar reprobar nada, incluso si anuncian el fin del mundo para la siguiente semana.

—Naruto, si algo te pasa, voy a quemar viva a esa perra.

Rio nerviosamente. Sabe muy bien que eso no fue una broma.

—No la llames así— no hay necesidad de insultarla, todavía le sabe mal por ella.

—Eres demasiado confiado y considerado.

Y Sasuke es… bueno, es Sasuke, no necesita mayor explicación, ahora o antes, siempre ha tenido gran aversión por las personas que no le gustan y nunca ha tenido filtros para expresarlo.

—No debiste dejarme venir, entonces, si estás esperando que me pase lo peor.

—¿Y seguir retrasando el desenlace de tu misterio? No, gracias— sonó bastante irónico —Estoy bien tomando venganza si acaso te secuestran y te dejan medio muerto a la orilla de la carretera.

Oh, él es un amor.

—Wow.

—Sí, prometo vengarte, zorrito.

No termina de descubrir por qué Sasuke lo llama así en ocasiones. Es decir, lo ha hecho desde siempre, más o menos desde que tenían doce años, y nunca se atrevió a preguntarle por qué. Antes estaba Kurama, tendría un poco más de sentido, pero ni siquiera entonces Sasuke lo llamaba así. Ahora es raro y a veces le da escalofríos escucharlo, pero también es un gusto culposo; si no recordara nada, podría disfrutar de eso también sin verse perturbado.

Se encuentra justo frente al enorme parque de la plaza, cruzando la calle. Es un lugar muy bonito y popular, de importancia histórica incluso, así que siempre hay personas alrededor, incluso con el frío que trae el otoño, la gente viene hasta este lugar para apreciar los monumentos y los colores de la estación pintada en los árboles, antes de que todo empiece a caer junto con las temperaturas que gradualmente bajan hasta traer el invierno.

¿Destinos Robados?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora